‘Guardianes de la galaxia: Volumen 3’: el fin de una era


Los Guardianes de la Galaxia afrontan su última aventura juntos

Los que se dedican a crear historias suelen decir que la comedia es el género más difícil, pero de un tiempo a esta parte empiezo a pensar que lo verdaderamente complicado es encontrar el equilibrio entre la comedia y el drama, y pasar de uno a otro en cuestión de segundos para llevar al espectador a una montaña rusa de emociones. Eso es lo que ha logrado James Gunn (El Escuadrón Suicida) con la tercera entrega de estos superhéroes galácticos. Entre otras muchas cosas.

A diferencia de lo que venía ocurriendo en las producciones del Universo Cinematográfico Marvel, Guardianes de la galaxia: Volumen 3 es una película seria, que sabe perfectamente cuáles son sus limitaciones y sus puntos fuertes, y explota estos últimos hasta convertir una historia aparentemente sencilla en un espectáculo incomparable en el que tiene cabida la acción, el drama, la ironía, el desarrollo de personajes y una creatividad desbordante. Todo ello bañado en una pátina de despedida, lo que engrandece aún más los acontecimientos que se narran. El hecho de centrarse en el pasado de uno de los personajes y construir a partir de esto todo un relato que cabalga entre el presente y el pasado no hace sino aportar un plus de originalidad teniendo en cuenta la estructura habitual de las películas de Marvel.

Es el fin de una era, de eso no cabe duda. Primero por el final que tiene esta tercera entrega. Segundo porque su director, uno de los más creativos que ha dado el séptimo arte en los últimos años, se pasa a la competencia, con lo que La Casa de las Ideas pierde un importante valor narrativo. Y tercero porque con esta trilogía se cierra definitivamente la etapa que podríamos denominar clásica, centrándonos por completo a partir de ahora en nuevos personajes y una nueva forma de entender las historias de superhéroes (nueva, que no necesariamente mejor, como se ha venido demostrando con las series). Posiblemente todas estas emociones mezcladas son lo que impulsan el fenómeno fan en torno a estos Guardianes, pero eso no debería impedir ver que la película, más allá de un guion bien construido y de unas espectaculares imágenes, tiene algunos momentos ciertamente innecesarios que no hacen sino ralentizar el ritmo que Gunn le imprime al resto del film. Eso por no hablar de algunos secundarios innecesarios.

Estos problemas de ritmo, sin embargo, son puntuales. En líneas generales, Guardianes de la galaxia: Volumen 3 es un entretenimiento con mayúsculas. Una obra pensada únicamente para cerrar un capítulo y abrir la puerta a nuevas aventuras. Una especie de carta de despedida de su director y de muchos de los personajes que protagonizan esta aventura. Con un guion sólido que es capaz de ahondar en el drama a través de sus flashbacks, de apasionar con la fuerza visual de las galaxias y los mundos que hay en ellas, y de divertir con la ironía de sus personajes (algunos rozando peligrosamente el ridículo, todo hay que decirlo), la cinta recupera en líneas generales el espíritu que Marvel imprimió a sus producciones en las primeras películas. Quizá lo peor, más allá de problemas secundarios, sea que se acaba. No solo la película, sino una etapa completa. Puede que haya más Guardianes en el futuro, pero no será lo mismo.

Nota: 8/10

Los ‘Guardianes de la galaxia’ regresan con una tercera aventura


Con la llegada de mayo comienzan a aterrizar en la cartelera los grandes estrenos del año. Y como viene siendo habitual desde hace ya muchos años, entre ellos destacan los de Marvel, como es el caso de este viernes día 5. Junto a este blockbuster, varios títulos europeos completan unas novedades algo más limitadas en cantidad que en fines de semana pasados.

Comenzamos, como es lógico, por Guardianes de la galaxia: Volumen 3, tercera entrega de la saga sobre este grupo de superhéroes que vuelve a dirigir James Gunn (El Escuadrón Suicida) antes de meterse de lleno en el Universo DC, y que adelantó su estreno a ayer jueves. La trama sitúa de nuevo al grupo en una misión para salvar la galaxia, pero en esta ocasión hay algo distinto. Han perdido a una de los suyos y, si la misión no se lleva a cabo con éxito, podría suponer el fin de los Guardianes. Acción, humor y aventura vuelven a ser los ingredientes de esta superproducción hollywoodiense que cuenta con un reparto en el que destacan los nombres de Chris Pratt (Thor: Love and Thunder), Zoe Saldana (Avatar: El sentido del agua), Dave Bautista (Llaman a la puerta), Karen Gillan (La burbuja), Pom Klementieff (Patrulla Trueno), Sean Gunn (Agnes), Bradley Cooper (El callejón de las almas perdidas), Vin Diesel (Bloodshot), Will Poulter (Midsommar), Chukwudi Iwuji (Noticias del gran mundo) y Elizabeth Debicki (Tenet).

España está presente, junto a México y Estados Unidos, en Asedio, thriller de acción que tiene como protagonista a una policía antidisturbios que, durante un desahucio en Madrid, descubre un dinero escondido que destapa una trama de corrupción policial. La mujer se ve obligada a huir a un territorio hostil en el que no conoce el idioma y su autoridad no vale nada. Tan solo la ayuda de una joven nigeriana le permitirá poner en marcha los mecanismos para hacer público el problema del que forma parte el sistema. Dirigida por Miguel Ángel Vivas (Tu hijo), quien colabora en el guion, la cinta cuenta entre sus principales actores con Natalia de Molina (Espejo, espejo), Bella Agossou (Pan de limón con semillas de amapola), Francisco Reyes (Malnazidos), Fran Cantos (serie Paraíso), Chani Martín (Historias lamentables), Jorge Kent (La niebla y la doncella) y Efraín Rodríguez (El debut).

Puramente española es Las buenas compañías, drama dirigido por Silvia Munt (La granja del Pas) y ambientado en 1976. El argumento gira en torno a una joven de 16 años que lucha por visibilizar la causa feminista en una época de cambios. Su sentimiento de rebeldía se sumará con algo inesperado cuando conozca a una chica algo mayor que ella y de buena familia, una relación que marcará un antes y un después en su vida. Alicia Falcó (13 exorcismos), Elena Tarrats (Nadie puede soñar por ti), Itziar Ituño (Irati), Ainhoa Santamaría (Las leyes de la frontera), María Cerezuela (Maixabel), Nagore Cenizo (Por un puñado de besos) y Helen de Lucas (El día del estreno Off) encabezan el reparto.

Desde Reino Unido nos llega The Lost King, comedia dramática de 2022 basada en la historia real del descubrimiento de la tumba del rey Ricardo III bajo un aparcamiento municipal en Leicester. Todo gracias a una historiadora aficionada cuya pasión permitió impulsar el proyecto a pesar de las objeciones y burlas de historiadores y académicos. Dirigida por Stephen Frears (Florence Foster Jenkins), la cinta está protagonizada por Sally Hawkins (La forma del agua), Steve Coogan (Viaje a Grecia), John-Paul Hurley (La tragedia de Peterloo), Jessica Hardwick (serie Float) y Glenna Morrison (Verborgen gebreken).

Thriller, drama y comedia se dan cita en Mi crimen, producción francesa ambientada en el París de los años 30 cuya trama arranca cuando una joven y guapa actriz sin talento es acusada de asesinar a un famoso productor. Con la ayuda de su mejor amiga, una joven abogada sin trabajo, logra ser absuelta del crimen y empezar así una nueva vida de fama y éxito que solo se verá amenazada por la verdad. François Ozon (Peter Von Kant) dirige esta cinta en cuyo reparto destacan nombres como los de Nadia Tereszkiewicz (La gran juventud), Rebecca Marder (De grandes espérances), Isabelle Huppert (El viaje a París de la señora Harris), Fabrice Luchini (Lo mejor está por llegar), Dany Boon (Una misión de locos) y Jean-Christophe Bouvet (La rupture), entre otros.

El último estreno de ficción es El trío en mi bemol, drama portugués de 2022 que se construye sobre los encuentros de dos antiguos amantes a lo largo del año. Encuentros y desencuentros que, a través de la música, les irán uniendo cada vez más mientras un lunático director de cine rueda una adaptación de la única obra de teatro que escribió Éric Rohmer. Rita Azevedo Gomez (Danzas macabras, esqueletos y otras fantasías) escribe y dirige esta historia protagonizada por Rita Durão (La portuguesa), Pierre Léon (Barbara), Adolfo Arrieta y Olivia Cabeza.

Terminamos con dos documentales españoles. Unzué. El último equipo de Juancar, es un retrato del día a día de Juan Carlos Unzué desde que en junio de 2020 hiciera público que tiene ELA. La película se centra en su trabajo para visibilizar esta enfermedad, en las reuniones y conversaciones con el FC Barcelona y el Manchester City para organizar un partido de fútbol que logró recaudar 4,3 millones de euros destinados a la investigación, todo ello acompañado de una mirada al lado más íntimo del que fuera portero y entrenador del Barça. La cinta está escrita y dirigida a tres bandas por Jesús Muñoz, Santi Padró y Xavi Torres, que de este modo debutan tras las cámaras.

Por último, La mala familia se centra en los integrantes de la banda que da nombre al documental, un grupo de amigos que a los 18 años cometieron un error que les llevó a la cárcel y un enrevesado proceso judicial. Años después, y con la distancia que impone el tiempo, se reúnen para comprobar y demostrar que siguen siendo una familia. Luis Rojo (para quien es su ópera prima) y Nacho A. Villar (La maleta de Helios) dirigen el film.

‘Avatar. El sentido del agua’: Na’vi, el regreso


Jake Sully deberá volver a rechazar a los humanos en 'Avatar. El sentido del agua'.

Cuando algo como la secuela de Avatar te golpea como lo hace desde sus primeros minutos, hay que rendirse a la evidencia: James Cameron (Titanic) es uno de los grandes directores de la época moderna (y posiblemente de la historia, pero para eso creo que hay que tomar más perspectiva). Y digo director, que no realizador. Porque ahí radica la gran diferencia. Su narrativa visual, su concepto del desarrollo dramático y la épica que aporta a cada uno de los momentos de esta extraordinaria continuación deja sin palabras.

Habrá críticas que destrocen Avatar. El sentido del agua. Para gustos, los colores. Pero acusar a esta mastodóntica producción de no tener guion, de presentar unos personajes bastante planos o de no profundizar en algunos de los conflictos que plantea es, simplemente, irrisorio. Para empezar, porque la película no va de eso. Y para continuar, porque no siempre es necesario ahondar en las capas emocionales de una historia para que esta funcione. Un guionista me dijo una vez que el cine, y por extensión el guion, es un relato en imágenes. Son estas las que tienen que transmitir emoción, las que tienen que pegarnos al asiento y obligarnos a mirar sin descanso lo que esta ocurriendo. Cameron consigue esto durante las tres horas y cuarto que dura esta película. Y dicho sea de paso, creo que es la primera vez que una duración tan larga se me hace corta.

En realidad, Cameron no recurre a nada nuevo. Su concepto de secuela para esta historia viene a ser repetir lo mismo de la primera parte, solo que en lugar de un frondoso bosque, nos sitúa en un paradisíaco mar. Pero el desarrollo de la historia es muy similar, con unos protagonistas que deben aprender nuevas costumbres (lo que le ocurrió al héroe de la primera mitad), con nuevos amores, nuevas alianzas y un enemigo que regresa con la intención de acabar con él y con la forma de vida de los Na’vi. El director de Aliens. El regreso (1986) recurre un poco a la misma teoría que ya utilizó en aquella película de ciencia ficción: misma estructura que la original, más épica y más grandilocuencia, aportando si cabe algunos elementos que hacen más complejo el universo en el que se desarrolla. Al fin y al cabo, si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Puede que en manos de un director inexperto o sin la grandeza de Cameron esta estrategia diera como resultado un estruendoso fracaso, pero al igual que ya ocurriera con la primera parte, tiene la capacidad de maravillarnos con una narrativa única que aprovecha el avance de la tecnología para transportarnos a un nuevo mundo.

Entonces, Avatar. El sentido del agua ¿no tiene nada malo? Sí, claro que sí. Su principal problema es que ha perdido el factor sorpresa. Hay una sensación en toda la película de que las maravillas que nos deleitaron hace 13 años ya no nos sorprenden tanto. Y Cameron lucha contra ese sentimiento durante todo el metraje. A veces lo consigue, a veces no. Y cuando no lo logra, es cuando el delicado equilibrio parece a punto de derrumbar el conjunto. Pero ahí está también la grandeza del director, que propone al espectador una aventura sin descanso en la que la tragedia, el mensaje ecologista y el carácter destructor del ser humano sobrevuelan el conjunto. Incluso se permite el lujo de dejar algunas líneas argumentales abiertas para explorar en esas tercera, cuarta y quinta parte que, por fortuna, ya está preparando. Es cine con mayúsculas de gran tamaño.

Nota: 8,5/10

James Cameron nos lleva de vuelta a Pandora con ‘Avatar: El sentido del agua’


Estrenos 16diciembre2022

Y llegó el día. Han tenido que pasar 13 años para que la cartelera reciba de nuevo una superproducción de estas características. Y a tenor de las previsiones, en los próximos años veremos hasta tres películas más de estas características. Quizá la mejor evidencia de su relevancia esté en el resto de estrenos. Porque a diferencia de semanas anteriores, este viernes, 16 de diciembre, apenas llegan un puñado de novedades a las salas españolas.

Y todas ellas, claro está, eclipsadas por Avatar: El sentido del agua, primera de las cuatro secuelas del famoso film que durante años ha sido, de forma ininterrumpida, el más taquillero de la historia. El director James Cameron (Mentiras arriesgadas) vuelve a ponerse al frente de este ambicioso y costoso proyecto estadounidense que combina imagen real, personajes creados por ordenador a partir de la captura de movimientos de actores, y mucha, mucha fantasía. La trama está ambientada más de una década después de Avatar (más o menos el mismo tiempo que ha pasado realmente), situando al protagonista al frente de su propia familia. Todo parece estar en armonía, pero pronto descubrirá que los humanos no pararán hasta lograr su objetivo, por lo que deberá hacer todo lo posible para mantener a salvo a los suyos, incluido volver a luchar en una devastadora guerra. Sam Worthington (El último hijo), Zoe Saldana (Vengadores: Endgame), Sigourney Weaver (Cazafantasmas: Más allá), Stephen Lang (No respires 2), Joel David Moore (Ciudad de asesinos) y CCH Pounder (Godzilla: Rey de los monstruos) repiten sus papeles, sumándose al reparto nombres como los de Kate Winslet (serie Mare of Easttown), Cliff Curtis (Reminiscencia) y Edie Falco (La tierra de las buenas costumbres), entre otros.

Reino Unido y Estados Unidos colaboran en Aftersun, drama ambientado a finales de los años 90 del pasado siglo. La protagonista es una niña de 11 años que trata de aprovechar al máximo el tiempo junto a su padre, pero a medida que entra en la adolescencia, el hombre tratará de construir una vida fuera de la paternidad. Cuando ella ya es adulta intenta reconciliar los aspectos que conocía y que desconocía de su padre. Escrita y dirigida por Charlotte Wells, que de este modo debuta en el largometraje, la cinta está protagonizada por Paul Mescal (La hija oscura), Frankie Corio, Celia Rowlson-Hall (A morning light), Kayleigh Coleman, Sally Messham (Artemis Fowl) y Harry Perdios.

Puramente europea es EO, drama con capital polaco e italiano que dirige Jerzy Skolimowski (11 minut), quien también participa en el guion. El argumento sigue el viaje de un asno gris de ojos melancólicos, durante el cual se cruzará con gente buena y otra no tan buena. El animal conocerá la alegría, la pena, la felicidad y el desastre, pero manteniendo siempre su inocencia. Entre los principales actores destacan Sandra Drzymalska (El maestro de las fugas), Lorenzo Zurzolo (Morrison), Mateusz Kosciukiewicz (Zuzel), Isabelle Huppert (Promesas de París) y Tomasz Organek.

En cuanto a animación, tan solo se estrena un título. El pequeño Nicolás es una aventura familiar que relata la historia detrás de la famosa serie de libros infantiles creados por René Goscinny y Jean-Jacques Sempé. A través de las aventuras del personaje, el espectador descubrirá el estudio de los creadores de Nicolás, que cuentan cómo se conocieron y se hicieron amigos, y sobre todo cómo idearon a este niño risueño y travieso. Dirigida a cuatro manos por Amandine Fredon (C’est bon) y Benjamin Massoubre (para quien es su ópera prima), esta producción con capital procedente de Francia y Luxemburgo cuenta con las voces originales de Alain Chabat (Play), Laurent Lafitte (El origen del mundo), Simon Faliu (Les blagues de Toto), Alicia Hava (Bula), Claire Dumas (Voir le jeur) y Quentin Faure (Miss).

Terminamos con el documental El techo amarillo, cinta española que dirige Isabel Coixet (Nieva en Benidorm) y que aborda la denuncia que nueve mujeres realizaron en 2018 contra dos de sus profesores del Aula de Teatro de Lleida por abusos sexuales. Por desgracia, la denuncia llegó cuando el caso ya había prescrito. Sin embargo, sus testimonios pueden haber abierto una puerta a otro escenario en el que no todo está perdido.

‘Ámsterdam’: la misteriosa elección del género


Christian Bale, Margot Robbie y John David Washington protagonizan 'Ámsterdam'.

Hay algo fundamental a la hora de componer una historia a la que, al menos desde fuera, no se le suele dar demasiada importancia: el formato y el género. Estamos tan acostumbrados a ver series y películas que tendemos a dar por sentado que el modo en que se cuentan es el adecuado. Por ejemplo, ¿alguien se imagina la serie Friends como un drama? ¿O que Lo que el viento se llevó tuviera gags al más puro estilo American Pie? Pues en cierto sentido, esto es lo que le ocurre a la nueva película escrita y dirigida por David O. Russell (Joy).

No es que Ámsterdam sea una mala película. De hecho, es una historia muy interesante. Pero sus elementos pertenecen más al thriller y al cine negro que a la comedia dramática, y eso termina por generar un conflicto no solo en el espectador, sino en el propio corazón del film. La trama está construida con inteligencia, tratando de mantener cierta intriga a lo largo de sus primeros minutos, pero poco a poco, aspectos que nada tienen que ver con la historia terminan por devorar al conjunto y lo debilitan hasta desfigurar un proyecto con muchas posibilidades. Dicho de otro modo, la cinta tiene todo para ser una gran obra, pero se queda a medio camino por decisiones relativamente cuestionables. Y desde luego, una de ellas no es el espectacular reparto que protagoniza el film; contar con este plantel de actores y actrices incluso para papeles de apenas unos minutos es un lujo que cualquier director sueña tener. Russell lo sabe y lo aprovecha con acierto, a pesar de que algunos roles entren y salgan casi más como muletas para otros personajes que por tener una entidad propia.

Pero no, el problema radica más bien en el tono irónico que sobrevuela toda la trama. Más allá de un uso (y cierto abuso) de flashbacks tan largos que rompen la narrativa natural de la trama (uno de los pocos e importantes «peros» al guion, junto al ya mencionado formato), la cinta se mueve en todo momento entre un enfoque irónico de los hechos y una cierta locura e incomprensión en sus diálogos, dando la sensación de que los personajes siempre están un paso por delante del espectador. Es una falsa herramienta para crear la intriga, y se nota. Pero lo más interesante es ver cómo esta elección de un formato tragicómico termina por restar gravedad a un desarrollo argumental que toma como base unos hechos realmente inquietantes de la historia de Estados Unidos, y que no son otros que una conspiración nazi para hacerse con el control del país. Las imágenes finales del personaje histórico al que da vida Robert De Niro (El irlandés) consolidan esa sensación de que, a lo largo de sus algo excesivas dos horas y 15 minutos, se ha quitado algo de importancia a lo ocurrido, envolviéndolo en una suerte de viaje trastabillado en torno a tres personajes que encontraron en la amistad y el amor la salvación al horror de la guerra.

Esto, como mensaje pacifista, está muy bien. Y personalmente, creo que Ámsterdam es un producto más que correcto, bellamente filmado y con una reflexión en torno al poder, la amistad, la lucha de clases y aquello que es correcto, que merece mucho la pena. Sin embargo, el modo en el que se cuenta eso, la elección de la comedia y cierta extravagancia en la definición de sus personajes, le resta interés, y sobre todo crea una contradicción entre lo que se está viendo y lo que realmente se quiere contar. De ahí que, como decía al inicio, la elección del formato sea fundamental. En todo caso, disfrutar de un reparto como este es un lujo que no se ve mucho hoy en día, así que, si se pueden dejar a un lado los problemas, se puede disfrutar de un rato agradable, aunque el sabor que deje en unos días sea algo agridulce.

Nota: 6/10

‘Vengadores: Endgame’: y Marvel reinventó el cine


En una época de series y consumo inmediato, Marvel ha logrado, una vez más, lo imposible: que nos sentemos tres horas seguidas para ver lo que podría calificarse como el evento del año… no, de la década… no, del cine moderno. No dudo que haya detractores del cine de superhéroes, considerándolo poco menos que un producto de marketing pensado para adolescentes y frikis. Y aunque haya algunas películas que puedan responder a ese estereotipo, la Casa de las Ideas ha demostrado que este género es algo más. Vengadores: Endgame es la prueba definitiva de ello.

La película de los hermanos Russo, autores la precedente Vengadores: Infinity war, es sencillamente indescriptible. Y contrariamente a lo que pueda pensarse, no lo es por el aluvión de efectos digitales que contiene. Ni siquiera por la inmensidad de su trama. Lo es por la complejidad de sus personajes, por el desarrollo dramático de unos acontecimientos trágicos y traumáticos y el modo en que un grupo de personajes deciden afrontarlos. Esto confirma que toda buena película necesita explorar las motivaciones, los miedos y los deseos de sus personajes, llevarlos a situaciones límite y mostrar cómo reaccionan ante ellas. Y da igual cuál sea el contexto. En el caso que nos ocupa, todo ello con un inteligente toque humorístico en los momentos adecuados, aliviando la tensión dramática. El único problema, si es que puede considerarse así, es que existen tantos personajes que muchos quedan relegados a meros testimonios presenciales.

Pero Vengadores: Endgame es más, muchísimo más. Ahora que las series de televisión parecen haberse adueñado del entretenimiento, esta película confirma que si la pequeña pantalla puede beber de influencias cinematográficas, el séptimo arte puede hacer lo propio con el formato episódico. Desde este punto de vista, esta conclusión podría entenderse como el último capítulo de una primera temporada que ha durado 11 años y ha tenido 22 capítulos. Y en cierto modo, así está planteado. Desde que se estrenara Iron Man en 2008 todo lo que se ha visto en cada una de las películas estaba perfectamente planificado para formar parte de una macrohistoria mucho mayor y compleja que ha derivado en este ‘fin de partida’. No se trata simplemente de presentar personajes y juntarlos luego en otra película. No, cada acontecimiento, cada cambio, trauma, decisión y victoria (o derrota) han definido todo para llegar a este punto. Y esa es la esencia misma de cualquier producción seriada.

Y por si hubiera dudas de ello, la propia estructura dramática del film se encarga de asentar la idea. A lo largo de su desarrollo (y sin desvelar nada de la trama), la cinta viaja por el pasado de los personajes y por momentos de otros títulos de Marvel tanto física como psicológicamente. El espectador asiste a una introspección mucho mayor de los héroes que durante más de una década le han acompañado. Se produce así una mayor comprensión de sus motivaciones, de sus decisiones, de su ira y su temor. Pero sobre todo se logra un grado de empatía con todos ellos difícil de alcanzar en un film normal y corriente. A esto contribuye, claro está, haberles visto crecer a lo largo de cada film. Posiblemente muchos ya os hayáis dado cuenta, pero esta descripción de personajes es exactamente la misma que se puede hacer en una serie, que basa buena parte de su éxito en que los personajes pueden desarrollarse durante más tiempo que en una película.

Si no he mencionado nada de los efectos especiales o la acción no ha sido deliberado. Es sencillamente que la profundidad dramática de la cinta relega las espectaculares batallas a un segundo plano. Tal es la complejidad de Vengadores: Endgame. Y tal es el homenaje que Marvel rinde a sus fans, a los que ofrece un producto final más que excepcional. Los hermanos Russo, con su habitual y notable pulso narrativo, logran que las tres horas de duración sean un suspiro. Su sello se deja ver en cada plano, especialmente en ese combate final con plano secuencia marca de la casa. ¿Y el final? Pues el que debería ser, ni más ni menos, títulos de créditos incluidos. La película deja clara una cosa: que es el fin de una era y que nada volverá a ser lo mismo. Pero también deja la sensación de estar ante algo tan grandioso que será difícil de superar, tanto en espectacularidad como en carisma de sus protagonistas. En los años 60 Marvel revolucionó los cómics; ahora ha hecho lo mismo con el concepto mismo del cine, traspasando la propia dimensión de película autoconclusiva o de la secuela.

Nota: 9,5/10

‘Vengadores: Infinity War’: infinitamente Marvel


Han pasado 10 años desde aquella primera aventura de Iron Man. 10 años en los que Marvel ha construido, algunas veces con más acierto que otras pero siempre con mimo y cuidado, todo un universo en el que poder desarrollar las aventuras de sus personajes, sus motivaciones, sus debilidades y los conflictos que les definen a lo largo de los años. Y todo eso desemboca aquí, en una macroproducción superheróica en la que nada se deja al azar y todo, absolutamente todo, tiene un objetivo: convertir a este film en el mayor espectáculo de la historia. Que lo haya conseguido o no es cuestión de puntos de vista, pero algo queda claro: se puede conseguir.

Porque en efecto, Vengadores: Infinity war es un espectáculo. Pero también es una historia, un drama capaz de generar desasosiego, de enfrentar a estos personajes capaces de cosas extraordinarias ante un enemigo invencible, ante ese desafío que, como se menciona en la película, les hará fracasar estrepitosamente. Toda historia debe construirse, al menos en teoría, sobre un crecimiento constante de tensión, de acción o de drama. En el cine de superhéroes esto, habitualmente, se traduce en combates que ponen al héroe ante un desafío cada vez mayor que debe superar para, al final, enfrentarse a la gran amenaza. Y aunque esta cinta de los hermanos Russo (Capitán América: El soldado de invierno) responde a esa idea, ese crecimiento dramático está construido sobre desafíos fallidos, sobre una lucha en la que el villano vence constantemente, hasta un final que… que aquí no revelaré, pero que puede generar cierto desasosiego.

Se trata, por tanto, de una producción compleja, de una obra de arte del género que merece ser reconocida como tal. Nada de enfrentamientos cuyo final se conoce de antemano; nada de momentos narrativos que restan ritmo al conjunto. Todo en el film se construye con el único objetivo de ofrecer una historia dinámica, profunda, en la que las motivaciones son lo primero y los efectos (sencillamente espectaculares, dicho sea de paso) lo segundo. Es más, pocas veces podrá verse que uno de los momentos más dramáticos de un film lo protagonice un villano que debe luchar entre lo que persigue y la única persona a la que alguna vez ha querido. Y los hermanos Anthony y Joe imprimen al conjunto un estilo visual brillante, aprovechando al máximo los planos generales de las batallas y las posibilidades de los numerosos superhéroes que aparecen a lo largo del metraje.

Desde luego, Vengadores: Infinity War es la cinta que todo fan lleva esperando 10 años. Pero es más. Es un relato sobre el fracaso, sobre la lucha contra un destino que parece escrito y que es incapaz de ser cambiado. Una lucha frustrante, en definitiva. Y no hay nada más satisfactorio, dramáticamente hablando claro esta, que ver a un héroe caído para volver a levantarse. Y dado que en este caso son decenas de ellos, la sensación agridulce que deja el final del film se multiplica de forma exponencial. Ahora sí, Marvel ha logrado alcanzar un clímax dramático en su cine, un nivel que posiblemente no sea tan adulto como el de su principal competidor, DC Cómics, pero sin duda sí ha sabido profundizar más que en otras ocasiones. Y desde luego, ha dado una lección sobre cómo construir este tipo de relatos tan complejos, cómo introducir a cada uno de los personajes y cómo mostrar la derrota individual de cada uno. ¿Tiene algo malo entonces? Bueno, mucha gente la verá sólo como una más de superhéroes. Y, por supuesto, que hay que esperar un año para el desenlace.

Nota: 9/10

‘Guardianes de la galaxia Vol. 2’: éxitos del pasado, errores del presente


La división cinematográfica de Marvel parece haber encontrado el camino para lograr el éxito casi con cada nueva película que hace. Da igual que sea un superhéroe o varios, que sean muy conocidos o casi clandestino. Combinar ironía, algo de humor blanco, ciertas dosis de drama elaborado lo justo para no bajar el ritmo y, sobre todo mucha acción, parecen ser los pilares de los taquillazos que de un tiempo a esta parte está consiguiendo la compañía. Sin embargo, la base sobre la que construir todo ello es idéntica a cualquier film: una buena historia. Y es algo que no se debería perder de vista, pues la segunda aventura de estos defensores galácticos peca, precisamente, de esto.

Es innegable que Guardianes de la galaxia Vol. 2 es entretenida, hace reír (a algunos más que a otros) y tiene algunas escenas realmente espectaculares, sobre todo en sus primeros compases con ese plano secuencia en el que la acción, curiosamente, transcurre en segundo plano, lo que no deja de ser una idea diferente y loable. Y sí, la trama explora, aunque sea mínimamente, cómo evoluciona la relación de estos variopintos personajes en un grupo cuya unión se mantiene gracias a un frágil equilibrio entre el amor y la exasperación. En este sentido se podría decir que la cinta de James Gunn (Super), cuya labor tras las cámaras es intachable, ofrece más en todos los sentido, lo cual por cierto es lo que cabría esperar de una obra como esta.

Pero el problema es el trasfondo del asunto. Mientras que su predecesora tenía una historia relativamente compleja, que incluso encajaba dentro de los planes de desarrollo a nivel global de Marvel, esta segunda parte se desinfla a medida que pasan los minutos en lo que a argumento se refiere. Con la excusa de buscar los orígenes del protagonista, la cinta se pierde en un sinfín de caminos ya investigados en numerosas películas, cayendo en una previsibilidad que, por desgracia, termina restando frescura al conjunto. Da la sensación de que, en ese intento de superar el reto de más y mejor, la cinta se centra mucho en el «más» y se deja por el camino el «mejor», recurriendo a herramientas manidas y algo arquetípicas. La ironía y mala leche de los personajes queda anulada, en parte, por esto, y es eso lo que termina por descafeinar una película que, por lo demás, mantiene el espíritu original.

Desde luego, Guardianes de la galaxia Vol. 2 no es mejor que la primera parte, ni mucho menos. Su falta de ambición a la hora de buscar una trama fresca y diferente hace que la cinta se vuelque por completo en los elementos que engalanaron la original historia de la cinta inicial. Dicho de otro modo, la saga parece encaminarse hacia un futuro vacío de contenido pero tan dinámico y espectacular que hará que dos horas se conviertan en dos minutos. Y eso es un peligro. Todavía se puede reconducir la situación, está claro, y prueba de ello son los minutos iniciales de esta continuación, todo un ejercicio de buen cine, narrado con originalidad y en el que la acción, el humor y la inteligencia se mezclan para dar unos minutos de auténtico oro. Hay esperanza, sí, pero sin el fondo la forma al final se pierde.

Nota: 6/10

La panda de pringaos regresa en ‘Guardianes de la galaxia, vol. 2’


Tras varias semanas de numerosos estrenos de diferente interés, sobre todo para el gran público, abril termina por todo lo alto, al menos en lo que a variedad se refiere. Blockbusters, películas de autor, viejas glorias e historias de todo el mundo se dan cita en la cartelera este viernes, día 28. O mejor dicho, más que historias de todo el mundo, lo que llega a España son historias de toda la galaxia.

Y es que se estrena Guardianes de la galaxia, vol. 2, continuación del éxito de Marvel de 2014 que repite prácticamente en todos sus aspectos la fórmula que tan buenas sensaciones dejó la primera entrega. La trama continúa las aventuras de este grupo mientras intentan mantener unida esta familia recién descubierta, tratan de averiguar los orígenes de uno de ellos e incorporan a su lucha a viejos enemigos convertidos ahora en necesarios aliados. Acción, aventura, humor y mucha diversión son los ingredientes de este film aderezado con una banda sonora de lo más ochentera y en el que repiten los responsables originales. Así, James Gunn (Super) se pone tras las cámaras para dirigir a Chris Pratt (Passengers), Zoe Saldana (Vivir de noche), Dave Bautista (Spectre), Bradley Cooper (Juego de armas), Vin Diesel (Fast & Furious 8), Michael Rooker (serie The walking dead), Karen Gillan (La gran apuesta) y Glenn Close (Decadencia), a los que se suman Kurt Russell (Los odiosos ocho), Tommy Flanagan (Running wild), Elizabeth Debicki (Operación U.N.C.L.E.) y Sylvester Stallone (Creed: La leyenda de Rocky).

Entre los nuevos títulos de este fin de semana destaca también La excepción a la regla, comedia dramática con una notable carga romántica escrita y dirigida por Warren Beatty (Enredos de sociedad), quien también se reserva un papel relevante en esta trama que arranca cuando una joven actriz llega a Los Ángeles para trabajar a las órdenes de Howard Hughes. Poco a poco inicia una relación con el chofer del famoso multimillonario, productor y director; relación que desembocará en una historia de amor que desafiará la regla del magnate de que sus empleados no intimen con sus actrices. El extenso reparto de este film de 2016 está compuesto por nombres tan conocidos como los de Alden Ehrenreich (¡Ave, César!), Lily Collins (Un invierno en la playa), Haley Bennett (La chica del tren), Candice Bergen (Guerra de novias), Martin Sheen (Trash, ladrones de esperanza), Taissa Farmiga (serie American Horror Story: Roanoke), Alec Baldwin (La verdad duele), Matthew Broderick (Manchester frente al mar), Ed Harris (Retales de una vida), Annette Bening (Casi perfecta) y Oliver Platt (The ticket), entre muchos otros.

Muy diferente es Una historia de venganza, thriller dramático protagonizado por Arnold Schwarzenegger (Terminator: Génesis) que se inspira en la historia verídica del accidente aéreo de Überlingen, en Alemania, donde dos aviones chocaron y dejaron decenas de muertos en 2002. Un hombre, cuya mujer e hija fallecieron en el suceso, inicia entonces una búsqueda para vengarse del hombre responsable de la tragedia. Elliott Lester (Blitz) dirige la propuesta, cuyo reparto se completa con Maggie Grace (V3nganza), Scott McNairy (Expertos en crisis), Kevin Zegers (Colonia V), Hannah Ware (Shame) y Glenn Morshower (Lugares ocultos).

Fuera de las fronteras de Hollywood destaca Lady Macbeth, film británico que adapta la novela de Nikolai Leskov en la que una mujer vive amargada y angustiada por un matrimonio con un hombre que le dobla la edad y una despiadada familia. Ambientada en la Inglaterra rural de 1865, la mujer comenzará un romance con un joven que trabaja en la hacienda de su marido, lo que despertará en ella una poderosa fuerza que la llevará a conseguir todo lo que quiere. Dirigida por William Oldroyd (In mid wickedness), la cinta está protagonizada por Cosmo Jarvis (Doble identidad: Jaque al MI-5), Florence Pugh (The falling), Paul Hilton (London road) y Naomi Ackie (serie The five), entre otros.

El principal estreno español es Plan de fuga, thriller escrito y dirigido por Iñaki Dorronsoro (La distancia) que gira en torno al duelo entre un ladrón de bancos y un policía. El primero se alía con una banda para robar la inexpugnable caja fuerte del banco Suizo, cuya entrada es difícil y la fuga, en teoría, imposible. El segundo inicia una investigación para tratar de desbaratar todo el plan. Luis Tosar (Toro), Javier Gutiérrez (Assassin’s Creed), Alain Hernández (Palmeras en la nieve) y Alba Galocha (El hombre de las mil caras) encabezan el reparto.

También española es La mano invisible, drama de 2016 que reflexiona sobre el mundo laboral actual mediante una historia que se centra en 11 trabajadores que son invitados a desarrollar su labor en una nave industrial y ante la mirada de cientos de personas, sin saber muy bien el motivo por el que están allí o el objetivo de lo que ocurre. David Macián debuta en el largometraje con este film que protagonizan Marta Larralde (Novatos), Marina Salas (Por un puñado de besos), Josean Bengoetxea (Que Dios nos perdone), José Luis Torrijo (Los amantes pasajeros) y Eduardo Ferrés (La final).

Con algo más de retraso llega Todo mujer, producción española de 2015 escrita y dirigida por Rafael Gordon (Bellos suicidios) que, en clave dramática, cuenta la historia de una mujer que vive como una ermitaña en un palacete segoviano que se cae a pedazos, en el que además habita un intruso enamorado. Su única forma de supervivencia es una gallina que pone un huevo con el que no se muere de hambre. La vida de la mujer cambia por completo cuando conoce a un mendigo en peores circunstancias que ella y decide acogerlo. En el reparto destacan los nombres de Isabel Ordaz (Una hora más en Canarias), Julia Quintana (Mussolini va a morir), Miguel Torres García, Arantxa de Juan (Terca vida) y Alfonso Arranz Lago.

Entre el resto de estrenos europeos destacan dos cintas italianas. Un italiano en Noruega narra en clave de comedia las peripecias de un funcionario del sur de Italia cuya vida se desmorona cuando se produce una reducción de plantilla y sufre un traslado forzoso a Noruega, donde deberá de encargarse de una estación científica en el Polo Norte y adaptarse a las costumbres de este país. Dirigida por Gennaro Nunziante (Sole a catinelle), la cinta está protagonizada por Checco Zalone (Che bella giornata), Eleanora Giovanardi (Amo la tempestad), Sonia Bergamasco (La straniera), Mauricio Micheli (Valzer) y Lino Banfi (Focaccia Blues).

A medio camino entre el drama y la comedia se encuentra Maravilloso Boccaccio, adaptación de varios relatos del ‘Decamerón’ que toman como punto de partida el mismo que el clásico escrito por Boccaccio. En 1348 un grupo de jóvenes huye de la peste que asola los núcleos urbanos de la Toscana, refugiándose en una mansión en la que, para pasar los días, cada uno de ellos debe contar una historia cuya duración o género no importan. Tan solo deben tener una cosa en común: deben hablar de amor. Paolo y Vittorio Taviani (César debe morir) dirigen esta versión protagonizada por Kasia Smutniak (Limbo), Jasmine Trinca (Miel), Kim Rossi Stuart (Anni felici), Riccardo Scamarcio (Pasolini) y Lello Arena (Facciamo paradiso), entre otros.

Lejos de Europa encontramos La chica dormida, producción australiana de 2015 que adapta a la gran pantalla esta obra de teatro cuya trama se centra en una joven que está a punto de cumplir 15 años y convertirse en una mujer. Para celebrarlo, su madre organiza una fiesta a la que invita a familiares y amigos de la joven, que comenzará a sentirse presionada. Tras la celebración, la chica entrará en un mundo incomprensible algo violento y erótico. Ópera prima de Rosemary Myers, la película está interpretada por Bethany Whitmore (Mental), Harrison Feldman (serie Upper Middle Bogan), Tilda Cobham-Hervey (52 martes), Matthew Whittet (Australia), Danielle Catanzariti (Closed for winter) y Eamon Farren (Chained).

Desde India llega la conclusión de la superproducción de acción y aventura Baahubali 2: The conclusion, que dirige, al igual que la primera entrega, S.S. Rajamouli (Eega). La trama se centra en el hijo de Baahubali, quien descubre la verdad sobre su pasado y emprende un viaje para encontrar las respuestas a las preguntas que le han atormentado, descubriendo que la historia del reino está muy ligada a su propia vida. Prabhas (Rebel), Tamannaah Bhatia (Bengal tiger), Anushka Shetty (Lingaa) y Rana Daggubati (Baby) encabezan el reparto.

Terminamos el repaso con Dancing Beethoven, documental escrito y dirigido por Arantxa Aguirre (El esfuerzo y el ánimo) cuya temática se centra en la preparación de la Novena Sinfonía de Beethoven por parte del Béjart Ballet Lausanne y el Ballet de Tokio. Ambas compañías representan esta pieza en Tokio acompañadas por la Orquesta Filarmónica de Israel, dirigida por Zubin Mehta.

‘Vivir de noche’: el pasado siempre vuelve


Ben Affleck dirige y protagoniza 'Vivir de noche'.Con cada película que hace, Ben Affleck (Argo) se confirma por partida doble. Se confirma con un director más que notable, con un lenguaje narrativo sobrio a la par que bello y sumamente expresivo. Y se confirma como un actor muy limitado, sobre todo si da vida a personajes con una expresividad relativamente alta. Su último film como director, guionista y actor confirman la máxima, lo que puede llegar a dejar un sabor agridulce en el paladar para los amantes del cine de gánsteres y, en general, para los amantes del buen cine.

En efecto, Vivir de noche es un film completo y complejo en el que más allá de la violencia del mundo en el que se desarrolla la trama, durante la Ley Seca de Estados Unidos, se aborda en realidad la evolución de una sociedad convulsa, marcada por una Gran Depresión y el miedo a lo diferente. En este marco, Affleck desarrolla una historia (basada en una novela de Dennis Lehane, autor de ‘Mystic River’ o ‘Shutter Island’) de un modo extremadamente lineal pero con muchas ramificaciones que enriquecen la aparente simplicidad de la propuesta. Con un reparto de altura y una factura técnica impecable, la cinta aborda temas como el racismo, la violencia y, sobre todo, el modo en que el pasado marca nuestras vidas incluso cuando parece que ha quedado definitivamente enterrado. El final, en este sentido, es tan impactante como esclarecedor. La historia, asimismo, está salpicada de secuencias de acción brillantemente ejecutadas, sobre todo el clímax final.

El problema es el propio Affleck. Si bien es cierto que su personaje adolece de cierta melancolía durante buena parte del metraje, el actor no logra imprimirle la naturalidad que debería, sobre todo en la segunda mitad de la trama. De hecho, contrasta sobremanera con el resto del reparto y, especialmente, con los personajes con los que comparte más planos. No son pocos los momentos en los que resta emotividad y dramatismo a las escenas compartidas, amén de un discurso pro igualdad racial que, aunque intenso, está enunciado con una falta de sentimiento bastante evidente. Todo ello termina por afectar a algunas partes del desarrollo dramático.

Puede que Vivir de noche no sea una película intensa, pero sin duda es una obra muy rica en matices. Tanto que es importante no perder detalle del desarrollo de la trama. Con un equilibrio espléndido entre drama y acción, entre el bien y el mal, Affleck logra como director una cinta compleja que reflexiona sobre el modo en que nuestras acciones tienen consecuencias, sobre cómo el pasado nos acosa hasta encontrarnos en el momento que menos se espera. Todo ello en un contexto social que muchas veces se pasa por alto en este tipo de films. El problema es, como suele ocurrir en sus películas, que él mismo se pone delante de las cámaras. Aunque, hay que reconocerlo, no es algo insalvable en este caso.

Nota: 7,5/10

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