‘Elvis’: el rey del rock sigue en el edificio


Austin Butler da vida a Elvis Presley en el biopic 'Elvis', de Baz Luhrmann.

Aviso a navegantes. La nueva película de Baz Luhrmann (El gran Gatsby) sobre la figura de Elvis Presley no es un musical. Al menos no uno al uso, como podría ser Bohemian Rhapsody (2018). Hay composiciones arriesgadas, montajes visualmente llamativos, música moderna… pero todo ello nos permite tener la sensación de que el rey del rock sigue en el edificio, sigue con nosotros.

Todo el mundo conoce a Elvis. Su iconografía, sus movimientos, algunas de sus canciones. Pero su vida, lo que hubo detrás de su prematura muerte y, sobre todo, la relación con un personaje tan oscuro como su manager (al que da vida un extraordinario Tom Hanks –Finch– en un papel muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados) no son aspectos tan conocidos para el gran público. Y ahí es donde acierta Luhrmann con este Elvis. La cinta no se afana en mostrar el proceso creativo de un hombre que revolucionó la música, sino que opta por mirar más allá, por mostrar el impacto en una sociedad cohibida y segregada, pero sobre todo su amor por la música y los escenarios, algo de lo que algunos supieron aprovecharse hasta, literalmente, conducirle a la muerte.

Puede que para muchos la película resulte algo confusa en algunos momentos (es Luhrmann, al fin y al cabo, ¿qué esperáis?), y en realidad, aunque es evidente quién es el villano de la función, el director opta por no mostrar lo evidente, sino que dota de una pátina de realidad una tóxica relación y cómo algunos son capaces de explotar las debilidades ajenas para obtener un beneficio hasta que no queda nada más que sacar. Es cierto que los focos, la música y el espectáculo pueden cegar el verdadero trasfondo, pero el hecho de mostrar esas últimas imágenes del auténtico rey del rock y, sobre todo, los paralelismos que la cinta establece entre la infancia de un joven apasionado por la música y un agotado cantante nos invitan a reflexionar sobre la tristeza que rodeó a un hombre cuya música sigue influyendo y marcando generaciones.

A Elvis, la película, pueden criticársele muchas cosas. Su guion es excesivamente largo, algunas escenas pueden resultar confusas y, desde luego, la elección cromática y visual de Luhrmann quita dramatismo a una historia que, a todas luces, es una tragedia. Pero más allá de eso, el espectáculo logra su objetivo. Con un reparto en estado de gracia (junto a Hanks brilla con luz propia un Austin Butler –Los muertos no mueren– que pone su propia voz al personaje), la película nos muestra a un joven complejo, perdido, cuya única pasión era la música y su familia, y cómo la manipulación y los intereses de aquellos que solo querían explotar la gallina de los huevos de oro terminaron por dejar al mundo sin uno de los grandes artistas del siglo XX. Por el momento es una de las películas más interesantes de lo que llevamos de año.

Nota: 7,5/10

‘Piratas del Caribe: La venganza de Salazar’: abandonen el barco


Construir una saga sobre una primera película sencillamente brillante es difícil. Muy difícil. Pocos son los casos en los que una segunda parte supera a la primera. Y lo más normal es que la calidad evolucione inversamente proporcional a la espectacularidad de las historias. La serie ‘Piratas del Caribe’ es uno de los mejores ejemplos modernos, pero su última entrega ofrece, además, una curiosa visión de lo que significa abandonar el barco, nunca mejor dicho.

Y no porque sea una mala película… al menos no la peor de las cinco. Sin embargo, Piratas del Caribe: La venganza de Salazar emana despedida en cada fotograma. Su propia historia viene a terminar con un concepto recurrente en prácticamente todas las cintas, y es la maldición que suele afectar al villano de turno. Historia, por cierto, que cada vez es más repetitiva, utilizando una estructura que no por insistir resulta igualmente efectiva. Existe un cierto hastío en ver cómo Jack Sparrow (un Johnny Depp que está perdiendo la gracia) pierde su barco, lo recupera, logra vencer al malo contra todo pronóstico y se embarca en una nueva aventura, todo ello botella en mano y con un equilibrio un tanto desequilibrado.

Los problemas de esta entrega dirigida por Joachim Rønning y Espen Sandberg (Kon-Tiki), cuya marca tras las cámaras se limita casi a las escenas en tierra firme, no se ciñen exclusivamente a la estructura dramática. Los personajes veteranos parecen estar de paso en un guión con toques cómicos pero que pierde fuerza por momentos, y los nuevos roles, llamados a tomar el testigo, no terminan de encajar en su pálido reflejo de lo que un día fueron Orlando Bloom (Zulu) y Kaira Knightley (Laggies). Y aunque Javier Bardem (El consejero) consigue hacer interesante un personaje pintado con brocha gorda, lo cierto es que su mera presencia no es suficiente para cargar sobre su espalda todo el peso narrativo y dramático.

Al final, Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (que alguien me explique el porqué de este nombre cuando el original –Los muertos no cuentan cuentos– es mucho más atractivo y se menciona en la propia película) se convierte en una simple y llana aventura, incapaz de ofrecer nada más que un broche final más o menos digno a muchos de los personajes que durante años han surcado las salas de todo el mundo haciéndose con un botín que todavía sigue aumentando. Espectáculo, por supuesto. Diversión, bastante asegurada. Interés, poco. Originalidad, más bien nada. Y a pesar de todo, parece que la Perla Negra seguirá surcando los mares.

Nota: 6,5/10

‘Lion’: el largo viaje a casa


Dev Patel protagoniza 'Lion'.Habrá quien quiera ver en el debut en el largometraje de ficción de Garth Davis una historia excesivamente lacrimógena, capaz de despertar todo tipo de sentimientos en el espectador. Y en efecto, así es. Lo que cabe analizar, por tanto, es el modo en que se logra esa emotividad. No es a través de un viaje plagado de infortunios. No es con giros dramáticos marcados por la pérdida. Porque aunque tiene parte de todo ello, en realidad es un viaje personal de auto descubrimiento, de comprensión de quienes somos en realidad y cómo eso define todos y cada uno de nuestros pasos, incluso cuando no nos movemos del sofá.

Y es aquí donde Lion logra la grandeza que la convierte en una de las candidatas a los Oscar. Dividida en dos partes desde un punto de vista narrativo, la trama aborda en todo momento la soledad de un personaje literalmente perdido en el mundo. Incapaz de conocer sus orígenes, la historia se mueve constantemente motivada por la necesidad de conocer los orígenes, la familia que se ha dejado atrás. De ahí que la historia transmita un mensaje tan poderoso en cada momento del viaje, ya sea con un niño perdido en una gran urbe, con un joven que trata de construir una vida sin conocerse a sí mismo, o con un viaje que se desarrolla fundamentalmente a través de internet.

El carácter verídico de la historia confiere al conjunto, además, un tono si cabe más dramático que tiene su punto álgido con las imágenes finales. Pero más allá de todo esto, destaca la labor de Davis tras las cámaras, dotando al conjunto de una lírica y una belleza idóneas, incluso en aquellos momentos más trágicos. El lenguaje visual, con planos más amplios al comienzo y mucho más cercanos a medida que avanza la trama, introduce al espectador en el cuerpo del protagonista hasta llegar a sentir la angustia y la desolación de la pérdida, primero, y las de la dificultad para encontrar su hogar, después. A todo ello contribuye Dev Patel (About Cherry), quien no solo vuelve a demostrar el gran actor que es, sino su capacidad para dotar a sus personajes de una versatilidad única.

Desde luego, Lion es una de las películas del año. Su carga dramática es alta, muy alta, pero distribuida con inteligencia a lo largo de un viaje que se pasa en un suspiro y que se realiza tanto física como digitalmente. Una historia de supervivencia, de superación y determinación que conmueve cualquier corazón que se haya sentido perdido en algún momento de su vida, ya sea real o figuradamente. Ante su fuerza, su belleza y su mensaje el espectador solo puede dejarse llevar y acompañar a este niño en ese viaje que termina como un adulto. Y atentos a la resolución final con el destino de algunos personajes.

Nota: 8/10

‘Lion’ lidera unos estrenos múltiples que invitan a ‘Vivir de noche’


Estrenos 27enero2017Último fin de semana de enero, y como ha venido siendo habitual desde que comenzara 2017, a la cartelera llegan novedades con aroma a Oscar y premios en general. De hecho, la principal película de este viernes, 27 de enero, fue una de las más nominadas en los últimos Globos de Oro y ha acaparado unas cuantas nominaciones a los premios de la Academia de Hollywood. Pero junto con ella aterrizan propuestas para todos los públicos que van desde el thriller hasta la animación.

Comenzamos el repaso con Lion, adaptación del libro de Saroo Brierley en el que narra su viaje para reencontrarse con su familia después de 25 años. La trama arranca cuando, de pequeño, se pierde en un tren y se ve obligado a vivir solo en Calcuta, donde una familia australiana le adopta. Años después, y convertido en un hombre, regresa sobre sus pasos y sus recuerdos para localizar a aquellos que perdió hace tanto tiempo. Dirigido por Garth Davis, que debuta de este modo en el largometraje de ficción, este interesante drama coproducido entre Estados Unidos y Australia está protagonizado por Dev Patel (Chappie), Nicole Kidman (El editor de libros), Rooney Mara (Carol), David Wenham (300: El origen de un imperio) y Nawazuddin Siddiqui (Kick), entre otros.

Desde Hollywood llega Vivir de noche, nuevo trabajo de Ben Affleck (Argo) como director en el que adapta una novela de Dennis Lehane. El argumento se centra en un grupo de gángsteres en plenos años 20, durante la Ley Seca. Buscando prosperar en su negocio, se trasladan a Florida, donde no solo deberán hacer frente a la competencia y al Ku Klux Klan, sino al pasado que arrastran con ellos. Protagonizada por el propio Affleck, la cinta cuenta con un notable reparto en el que destacan nombres como Sienna Miller (Burnt), Zoe Saldana (Star Trek: Más allá), Elle Fanning (The neon demon), Chris Cooper (Agosto), Brendan Gleeson (En el corazón del mar), Chris Messina (serie The newsroom) y Clark Gregg (serie Agentes de S.H.I.E.L.D.).

Este viernes también supone el regreso de M. Night Shyamalan (La visita) al thriller con dosis de terror. Múltiple narra la historia de un hombre con un trastorno de identidad disociativa que tiene un total de 23 personalidades. Su vida da un giro cuando una de ellas le lleva a secuestrar a tres jóvenes. La historia, escrita también por el director indio, tiene como principal protagonista a James McAvoy (X-Men: Apocalipsis), al que acompañan Anya Taylor-Joy (La bruja), Betty Buckley (El incidente), Brad William Henke (The tank) y Haley Lu Richardson (Bronce).

Y nueve años después de su última película como director, Sean Penn (Caza al asesino) regresa tras las cámaras con Diré tu nombre, drama ambientado en los conflictos bélicos de África y que gira en torno a la relación entre la directora de una agencia de ayuda internacional y un apasionado médico que ha dedicado buena parte de su vida a salvar vidas en el continente. Lo que comienza como un apasionado romance se sembrará de dudas cuando las decisiones que él tomó en el pasado terminen por influir en la relación. Charlize Theron (Mad Max: Furia en la carretera) y Javier Bardem (El consejero) dan vida a la pareja protagonista, y están acompañados por Adèle Exarchopoulos (Los anarquistas), Jean Reno (Escuadrón de élite) y Jared Harris (Operación U.N.C.L.E.).

El thriller también define la historia de Como perros salvajes, adaptación de la novela de Edward Búnker cuyo argumento se centra en tres ex convictos contratados para llevar a cabo un secuestro en Los Ángeles. Sin embargo, el trabajo sale mal y se verán obligados a iniciar una carrera en la que no solo tratarán de salvar sus vidas, sino que lucharán por no volver a la cárcel. Paul Schrader (Adam resucitado) se pone tras las cámaras en este film protagonizado por Nicolas Cage (Policías corruptos), Willem Dafoe (Pasolini), Reynaldo Gallegos (El francotirador) y Magi Avila (La reyna del pacífico).

Estados Unidos, Reino Unido y China colaboran en Billy Lynn, drama bélico basado en la novela de Ben Fountain cuyo argumento se centra en un grupo de soldados que se convierten en héroes tras una angustiosa batalla en Irak. Uno de ellos, un joven de 19 años, verá cómo sus vidas son convertidas en espectáculo a su regreso a Norteamérica, iniciando una gira de la victoria que nada tiene que ver con lo que realmente vivieron en Oriente Medio. Dirigida por Ang Lee (La vida de Pi), la cinta cuenta en su reparto con el debutante Joe Alwyn, Steve Martin (El gran año), Kristen Stewart (Café Society), Garrett Hedlund (Pan: Viaje a Nunca Jamás), Vin Diesel (El último cazador de brujas) y Chris Tucker (El lado bueno de las cosas).

El terror tiene a su máximo representante en Somnia. Dentro de tus sueños, cinta dirigida por Mike Flanagan (Hush) en la que una pareja decide adoptar a un niño al que le aterroriza dormir. Aunque al principio creen que se debe al traumático pasado del pequeño, poco a poco descubren que sus sueños se proyectan en la realidad, por lo que muchas veces las terribles pesadillas que tiene adquieren forma física. Para poder salvarse deberán averiguar qué se esconde tras los sueños del niño. Kate Bosworth (Hombres de élite), Thomas Jane (El velo), Jacob Tremblay (La habitación), Annabeth Gish (Tierra de asesinos) y Dash Mihok (serie Ray Donovan) encabezan el reparto.

En lo que a estrenos europeos se refiere, El último rey es una propuesta de aventuras y acción con capital noruego, danés, irlandés y húngaro cuya trama se ambienta en la Noruega de 1206. En plena cruenta guerra civil el rey agoniza en su lecho de muerte, pero en secreto nace uno de sus hijos, destinado a sucederle en el trono. Los enemigos del monarca ponen precio a la cabeza del bebé, y tan solo dos fieles soldados, dispuestos a sacrificarlo todo, se interpondrán para que el niño llegue a convertirse algún día en el nuevo rey de Noruega. Dirigida por Nils Gaup (En busca de la estrella del Navidad), la película está protagonizada por Jakob Oftebro (serie 1864), Nikolaj Lie Kaas (El niño 44), Thorbjørn Harr (serie Vikingos), Kristofer Hivju (serie Juego de tronos) y Pål Sverre Hagen (La leyenda de Ragnarok).

Francia y Canadá colaboran en Ballerina, aventura familiar de animación que dirigen a cuatro manos Eric Summer y Éric Warin, ambos debutantes en el largometraje de ficción. El argumento gira en torno a una joven huérfana cuyo único sueño es convertirse en bailarina. Para ello contará con la ayuda de su mejor amigo y de un inventor, con los que vivirá múltiples aventuras en un París mágico. Entre las voces originales encontramos las de Elle Fanning, que esta semana repite estreno, Dane DeHaan (Condenados), la cantante Carly Rae Jepsen y Maddie Ziegler.

Fuera de Europa destaca la surcoreana El imperio de las sombras, nuevo film escrito y dirigido por Kim Jee-woon (El último desafío) cuya trama, ambientada a finales de los años 20, durante la ocupación japonesa de Corea, aborda un juego de espías en el que la resistencia trata de destruir una base japonesa en Seúl. En medio del conflicto se encuentra un policía que colabora con los japoneses pero que se siente obligado a colaborar en una causa mayor. En el reparto destacan nombres como los de Lee Byung-hun (Los siete magníficos), Song Kang-ho (Sado), Gong Yoo (Train to Busan), Park Hee-soon (Ga-bi), Eom Tae-goo (Cha-i-na-ta-un) y Han Ji-min (Yeok-rin).

Desde Chile llega Las Plantas, drama de 2015 que gira en torno a una joven de 17 años que cuida de su hermano en estado vegetativo y que sobrevive gracias a su madre, que está en el hospital. Fan de los cómics, un día descubre un extraño ejemplar cuya historia llevará a la chica a descubrir su sexualidad y a un mundo en el que fantasía y realidad se mezclan. Ópera prima de Roberto Doveris, la cinta está protagonizada por Ingrid Isensee (El bosque de Karadima), Ernesto Meléndez (serie Vuelve temprano), Mauricio Vaca (Miguel San Miguel) y Violeta Castillo.

El documental tiene como representante El fin de ETA, producción española dirigida por Justin Webster (Seré asesinado) en torno a las conversaciones que durante años mantuvieron en el caserío Txillarre, de Elogiar (Gipuzkoa), el líder del PSOE vasco Jesús Eguiguren y el líder de Batasuna, Arnaldo Otegui. Un diálogo personal que adquirió mayor trascendencia cuando en 2004 el PSOE llegó al Gobierno de España de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero.

Snyder va mucho más allá del cómic en su adaptación de ‘300’


Un momento de '300' en el que los espartanos fabrican un muro de cadáveres.El reciente estreno de 300: El origen de un imperio ha devuelto a la actualidad la película de 2006 de la que toma nombre: 300. Este tipo de acontecimientos son perfectos para echar la vista atrás y poder analizar, con la perspectiva que da la distancia temporal, un film de las características del dirigido por Zack Snyder (El hombre de acero), pero en esta ocasión se revela incluso imprescindible dada la enorme deuda que aquella película tiene con el original. Una deuda formal, por supuesto, pero también narrativa y argumental, hasta el punto de que se puede considerar un complemento. Que sea un producto necesario o no es algo discutible, pero de lo que no cabe duda es del enorme impacto que tuvo hace 8 años el film basado en la novela gráfica de Frank Miller (Sin City).

Para aquellos que no hayan visto el film o no sepan qué historia narra, la película de Snyder es una recreación de la batalla de las Temópilas, uno de los conflictos enmarcados dentro de las II Guerras Médicas, en las que el dios rey persa Jerjes trató de invadir lo que hoy conocemos como Grecia. Dicha batalla enfrentó en un angosto paso flanqueado por dos grandes muros de piedra el enorme ejército persa contra un grupo de espartanos liderados por su rey Leónidas. La fiereza en el combate de los soldados espartanos y las ventajas del terreno les permitieron aguantar los ataques, pero finalmente fueron derrotados cuando Jerjes les rodeó gracias a las confidencias de un traidor. Su sacrificio, sin embargo, permitió al resto de pueblos aunarse y prepararse para repeler al enemigo.

Esto, narrado de forma tan genérica, puede dar pie a pensar en un tradicional peplum. Nada más lejos de la realidad. Sin duda, el mayor acierto de Snyder a la hora de adaptar el cómic de Miller fue seguir a pies juntillas el estilo del dibujante, cargado de contraluces, contrastes entre blancos y negros, trágicas siluetas y un uso del color muy particular. La genialidad del director de Amanecer de los muertos (2004) fue lograr que las viñetas del papel cobraran vida propia, conformando un film único hasta entonces y capaz de erigirse como independiente a pesar de no olvidar sus orígenes. Gracias a los numerosos cambios de ritmo entre las cámaras lentas y rápidas las batallas, sangrientas donde las haya, adquieren un grado superlativo de dramatismo, apelando al mismo tiempo a la tragedia y el sadismo de este tipo de conflictos. A este estilo formal contribuyó de forma determinante el uso de escenarios ficticios que pudieran recrear todo el mundo imaginario plasmado en la novela gráfica.

Porque sí, el mundo al que Snyder da vida en 300 es de todo menos histórico. Tampoco se pretende, la verdad. Una de las principales críticas que se le hizo al film es el alegato tan descarado en favor de la testosterona y el machismo generalizado de sus secuencias (de ahí que algunas secuencias hayan quedado para la posteridad como irónicas, como la conversación entre Jerjes y Leónidas). Puede que algo de todo eso exista en el film, pero lo cierto es que la película va mucho más allá en todos los sentidos. Entre su acción desmesurada, el uso y abuso de efectos visuales (algo que le ha pasado factura al propio director) y de sangre digital, y las frases que ya forman parte de la historia del cine, existen muchos conceptos que convierten a esta película en todo un ejercicio narrativo que supera su propia condición de entretenimiento.

Músculo rojo

El principal es la predominancia de una paleta cromática cálida liderada por el rojo. Salvo escenas nocturnas (y alguna que otra también se antoja bañada por ese color), la tendencia del film es impregnar de rojos, amarillos y naranjas todo el entorno en el que se desarrolla la acción. Gracias a esto, el espectador percibe con mayor claridad la pasión de una cultura entregada al combate cuya máxima en la vida era morir en la batalla. Unos colores, por cierto, asociados tradicionalmente no solo a la pasión, sino a la sangre. Este último elemento muy presente, incluso sin tener en cuenta la presencia explícita. Ese último plano de los espartanos caídos y atravesados con flechas es muy significativo. Si uno lo ve tiene la sensación de estar ante un cuadro en el que la sangre baña todos y cada uno de los recovecos que dejan los cuerpos. Empero, apenas existe sangre como tal. Todo, absolutamente todo, esta provocado por las capas de los soldados, colocadas de forma muy concreta.

Una paleta cromática que, no por casualidad, está en el polo opuesto a la utilizada en 300: El origen de un imperio, en la que la predominancia de azules no solo permite diferenciar a espartanos de atenienses, sino que define los diferentes caracteres de ambas sociedades. Pero más allá de todo esto, 300 destaca por una banda sonora excepcional (de la que hablaremos en otro momento) y por unas interpretaciones que, dentro de los parámetros de la propia historia, son sencillamente perfectas. Gerard Butler (Objetivo: La Casa Blanca) resulta, con los años, un Leónidas único, capaz de captar la dicotomía entre el guerrero que no acepta una retirada y el padre y marido cariñoso en un mundo definido por la violencia. Igualmente, Snyder logra que el grupo de espartanos enviados a su sacrificio no sea únicamente un conjunto de músculos y cuerpos perfectos (que, dicho sea de paso, sufrieron un entrenamiento bastante duro). Todos y cada uno de ellos, al menos los principales protagonistas, muestran las diferentes caras de unos hombres formados para la guerra pero humanos al fin y al cabo.

La épica del film, lograda como hemos dicho por esa combinación de velocidades de cámara, la estética cromática y los efectos visuales, se completa con un ritmo que no decae prácticamente nunca. En comparación con la novela gráfica, además, la película introduce una trama secundaria tan interesante como es la de la traición en el propio seno de Esparta, que corre de forma paralela a la traición del ejército por Efialtes (aquí un espartano deforme que clama venganza interpretado por Andrew Tiernan) y que enriquece más el, por otro lado, algo insulso personaje de Jerjes (Rodrigo Santoro), presentado como un simple villano que no hace más que destruir todo a su paso. El hecho de que sus estrategias ofrezcan algo más que la acción directa no solo se antoja lógico y plausible, sino que incluso refleja las intrigas y conspiraciones entre la élite de los pueblos de la Grecia antigua.

Desde luego, 300 no es un film que busque una aproximación histórica a la batalla de las Termópilas. Ni siquiera lo intenta. Es un entretenimiento, es cierto, pero más allá de todo eso, de su parafernalia y de su épica, de su estética digital y de la anunciada tragedia, es una película que ha creado un punto de inflexión en la forma de entender la narrativa audiovisual. Su legado, más allá de su continuación, puede verse en la serie Spartacus. Pero a diferencia de todas ellas, la película de Zack Snyder es capaz de narrar en diferentes planos, desde el cromático hasta el sonoro, desde el dramático hasta el cómico. Un relato completo en todos los sentidos que, con los años, ha adquirido más y más peso, siguiendo su camino hacia el estatus de imprescindible en la tradición cinematográfica.

‘300: El origen de un imperio’: Leónidas sigue reinando


Sullivan Stapleton protagoniza '300: El origen de un imperio', dirigida por Noam Murro.Han pasado 8 años desde que 300 (2006) abriera el camino a una nueva forma de entender la épica grecorromana. Un camino que muchas otras producciones han seguido con desigual fortuna. Ahora su más directa heredera, nada menos que la continuación, llega para intentar, por lo menos, ser digna del legado de Leónidas y sus valientes espartanos. Y el resumen podría ser que cumple con lo previsto, aunque sería un resumen algo simplista e indudablemente incompleto. Porque lo cierto es que la película, aun teniendo numerosos elementos a su favor, peca de aquello que nunca puede faltar en un film: un destino.

No deja de ser irónico que 300: El origen de un imperio (me encantaría que alguien explicara a qué imperio hace referencia el título) tenga «origen» pero no final. La cinta, que viene a narrar los acontecimientos que suceden de forma paralela a lo acontecido en su predecesora, aprovecha las características de la saga, es decir, fotografía, efectos digitales y violencia, para mostrar una cruenta batalla por la libertad. Sin embargo, la verdadera batalla en la que los pueblos griegos lograron derrotar la amenaza de un futuro bajo el yugo persa queda, literalmente, inconclusa. La sensación, por tanto, es la de estar ante una especie de 300 pero desde otro punto de vista, lo cual no hace sino restar méritos a los acontecimientos y protagonistas de esta historia, que no son otros que los atenienses, cuyas capas son azules para distinguirse de los apasionados espartanos.

La narrativa de Noam Murro (Gente inteligente), por otro lado, debe demasiado a la labor que en su día realizó Zack Snyder. Sí, su uso de las tonalidades azules y frías otorgan al conjunto otro aspecto y transmite otras sensaciones, definiendo al pueblo ateniense de forma diametralmente opuesta al espartano, de tonalidades más rojas. Empero, el uso de determinados planos (algunos demasiado similares al original) y de los recursos de la cámara lenta remiten en exceso al original, lo que en ningún momento permite entender este film como un ente independiente y complementario del anterior. Más bien parece ser un necesario derivado. Eso sí, como toda secuela que se precie ofrece más en todos los sentidos: más violencia, más espectacularidad y más sangre. Mucha más sangre.

Al final, 300: El origen de un imperio se revela como una digna secuela, realizada con cabeza y no como un producto débil y sin sustento. Sus constantes reminiscencias a la gesta de las Temópilas, sin embargo, enturbian el desarrollo propio de una historia que, aunque relacionada, debería ser independiente. La ira de los espartanos llega hasta tal punto que su presencia en Salamina pone punto y final a la historia, que no a la batalla, que se narra en el film. Curiosamente, el final debería haber sido algo en lo que imitar a su predecesora, y es lo único en lo que no se la imita. El sacrificio de Leónidas se hace, si cabe, aún más grande.

Nota: 6,5/10

La cartelera regresa a la Grecia clásica con la secuela de ‘300’


Estrenos 7marzo2014Marzo comienza con fuerza en lo que a estrenos se refiere. Con numerosas propuestas para este viernes, 7 de marzo, destacan por encima de todo películas destinadas al entretenimiento en estado puro y, sobre todo, a obtener la mayor recaudación posible. Son, por decirlo de algún modo, la avanzadilla de lo que está a punto de llegar en las próximas semanas, pues salvo algún que otro título de Oscar, van a predominar cintas de acción, ciencia ficción y espectáculo. Y hablando de espectáculo, nada mejor que la continuación de una de las cintas más espectaculares de los últimos años.

300: El origen de un imperio narra los acontecimientos que siguieron a la batalla de las Termópilas en la que el rey Leónidas de Esparta y 300 soldados perecieron tras combatir durante días contra Jerjes, rey persa, en su camino hacia la conquista de los territorio griegos. En concreto, la película, basada en el cómic de Frank Miller «Xerxes», narra la batalla naval de Salamina, en la que el rey dios persa, acompañado de Artemisia, se enfrentó al ejército compuesto por diferentes pueblos griegos y liderado por Temístocles. Una batalla que, desde un punto de vista temporal, sucede poco antes de la escena final de 300 (2006) en la que se muestra el inicio de la batalla de Platea. Acción, efectos especiales y 3D se dan cita en esta épica historia que cuenta con Zack Snyder, director de la primera parte, únicamente como guionista y productor. Con un aspecto visual similar a su predecesora, la película está dirigida por Noam Murro (Gente inteligente) y protagonizada por, entre otros, Sullivan Stapleton (Gangster Squad), Eva Green (Sombras Tenebrosas), Hans Matheson (serie Los Tudor) y Callan Mulvey (The hunter). Igualmente, repiten en sus respectivos personajes Rodrigo Santoro (El último desafío) como Jerjes; Lena Headey (The purge: La noche de las bestias) como la reina espartana Gorgo; y David Wenham (Enemigos públicos) como Dilios, el soldado espartano que sobrevive a las Temópilas.

Para los más pequeños llega Las aventuras de Peabody y Sherman, cinta animada que se basa en la serie de televisión y que narra las aventuras a través del tiempo del perro más inteligente del mundo y de su hijo humano adoptado. Unas aventuras que serán puestas en peligro cuando el joven le enseñe la máquina del tiempo que utilizan para viajar a una compañera de clase, transportándose al pasado y provocando un agujero en el universo que amenaza con destruir el pasado, el presente y el futuro. Rob Minkoff (El rey león) es el director, mientras que las voces principales en la versión original las ponen Ty Burrell (serie Modern family), Max Charles (The amazing Spider-Man), Leslie Mann (Si fuera fácil), Allison Janney (serie Masters of sex), Ariel Winter (Llamada perdida), Stanley Tucci (Los Juegos del Hambre: En llamas), Lake Bell (Sin compromiso) y Mel Brooks (Drácula, un muerto muy contento y feliz).

Del 2012 es la co producción entre Estados Unidos y Japón Emperador, drama bélico que narra la historia real del general Bonner Fellers, quien recibió el encargo de recoger datos y pruebas que llevaran a juzgar al emperador japonés por crímenes de guerra una vez terminada la II Guerra Mundial. Sin embargo, sus investigaciones le llevarán a conclusiones totalmente distintas a las que esperaba. Dirigida por Peter Webber (La joven de la perla), la película está protagonizada por Matthew Fox (serie Perdidos), Tommy Lee Jones (Lincoln), Kaori Momoi (Memorias de una geisha), Toshiyuki Nishida (Asa Hiru Ban), Aaron Jackson (Existence) y Eriko Hatsune (Tokio blues).

Con más retraso todavía llega Apollo 18, cinta de terror espacial del 2011 de producción norteamericana y dirección española. En clave de falso testimonio de lo que realmente ocurrió, el film narra una misión a la Luna de la que nunca se tuvo información. Décadas después se encuentra una cinta grabada por los astronautas que revela lo que realmente ocurrió y los motivos por los que el hombre no la ha vuelto a pisar. Gonzalo López-Gallego (El rey de la montaña) es el responsable de poner la trama en imágenes, mientras que Warren Christie (serie Alphas), Lloyd Owen (Miss Potter), Ryan Robbins (serie Falling Skies), Michael Kopsa (Repeaters) y Andrew Airlie (Normal) son sus principales protagonistas.

Y como siempre, tras los estrenos del otro lado del charco nos centramos en Europa. Joven y bonita es el título del nuevo drama francés escrito y dirigido por François Ozon (En la casa) que narra el cambio físico y mental de una joven de 17 años a lo largo de un año y cuatro canciones que reflejan su despertar sexual, la búsqueda de su identidad y su inmersión en el amor. Marine Vacth (Lo que el día debe a la noche) es la principal protagonista, a la que acompañan Géraldine Pailhas (Don Juan DeMarco), Frédéric Pierrot (Populaire) y Fantin Ravat, entre otros.

También francesa, aunque producida en 2012, es Cherchez Hortense, comedia que narra los esfuerzos de una pareja por reflotar su matrimonio tras años de rutina y trabajo. Para ello, el hombre se verá mezclado en una trampa tendida por su mujer que le llevará a aconsejar a su suegro, consejero de Estado, con el que mantiene una distante relación. Dirigida por Pascal Bonitzer (Le grand alibi), que también participa en el guión, la película cuenta en su reparto con Jean-Pierre Bacri (Háblame de la lluvia), Kristin Scott Thomas (La pesca del salmón en Yemen), Isabelle Carré (Tímidos anónimos), Marin Orcand Tourrès y Claude Rich (Competencia desleal).

Promocionada como la revelación del nuevo cine alemán, llega a los cines españoles Oh boy, ópera prima de Jan Ole Gerster. La trama sigue el deambular de un treintañero por Berlín durante 24 horas en las que trata de encontrar su lugar en el mundo después de que su novia le haya abandonado por remolonear sobre su futuro, de que haya sufrido el enésimo ninguneo de su padre y de que su psicólogo le haya declarado emocionalmente inestable. Este drama, producido en 2012, cuenta con Tom Schilling (serie Hijos del Tercer Reich) como protagonista, al que acompañan Friederike Kempter (Todo un hombre), Marc Hosemann (Soul kitchen), Katharina Schüttler (Die Eisbombe), Justus von Dohnányi (Ruhm) y Ulrich Noethen (El hundimiento).

Finalmente, Dog pound (La perrera) es un proyecto realizado en 2010 gracias a capital aportado por productoras francesas, canadienses y del Reino Unido en el que, en clave dramática, se narra la difícil situación a la que deben enfrentarse tres jóvenes delincuentes que entran en una cárcel. A partir de ese momento tratarán de sobrevivir a violentas bandas, a los abusos de los trabajadores de la prisión y al resto de presos. Dirigida por Kim Chapiron (Sheitan), la cinta cuenta en su reparto con Adam Butcher (Privileged), Shane Kippel (serie Viviendo con Derek), Dewshane Williams (Home again), Mateo Morales (serie The line) y Slim Twig (The Tracey fragments).

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