‘Agosto’: Osange County saca a airear sus trapos sucios


Julia Roberts, Ewan McGregor y Meryl Streep en un momento de 'Agosto', de John Wells.Las reuniones familiares en momentos extraordinarios siempre han sido el escenario ideal para sacar a flote la naturaleza humana, los rencores y los secretos de un grupo de individuos que, contrariamente a lo que podría creerse, se tienen poco o ningún cariño. Suelen ser film con una gran calidad interpretativa y con guiones con un desarrollo interesante desde un punto de vista emocional pero algo previsibles en su dramatismo. La historia creada por Tracy Letts, al que los seguidores de la serie Homeland conocen como el nuevo director de la CIA Andrew Lockhart, peca de todo lo bueno y todo lo malo, con la diferencia de que muestra unos personajes realmente interesantes. Eso y los actores, claro está.

Desde luego, lo más atractivo de Agosto es su reparto. Puede sonar exagerado, pero todos y cada uno de sus miembros deberían copar las nominaciones de los próximos premios que se entreguen en Norteamérica. Resulta una auténtica lección interpretativa ver a cada uno introducirse en personajes complejos (algunos más que otros) e incapaces de entenderse. Unos personajes que, en muchas ocasiones, son víctimas de su propia naturaleza y de la situación que viven en la película. Destacan, como no podía ser de otro modo, unas excepcionales Meryl Streep (La duda) y Julia Roberts (Erin Brockovich). De la primera poco más se puede decir, pero la segunda demuestra que, bajo toda esa parafernalia de «la novia de América» se esconde una gran actriz que no necesita maquillaje alguno.

Pero como decimos, la película se encuentra con un handicap importante. Su historia, aunque dramática y con algunos giros argumentales inesperados, no llega nunca a distinguirse sobre el resto de tramas que podrían enmarcarse en su categoría. Es más, si no fuera porque se juntan en un todo actores y calidad de personajes posiblemente la historia no tendría el interés que tiene. No digo con esto que sea un mal film, sino un film conocido, algo previsible en sus premisas. Del mismo modo, y aunque su fotografía logra captar el incómodo entorno en el que se produce la acción (un mes de agosto con un calor insoportable), la planificación de John Wells (The company men) no saca todo el provecho a algunos momentos de la trama, sobre todo a los puntos de giro.

Los aficionados a este tipo de historias, con una clara vocación teatral, disfrutarán mucho de Agosto. La verdad es que cualquiera al que le guste el cine de actores debería entrar en la sala y disfrutar con el plantel que presenta la historia. Eso sí, que nadie se espere algo novedoso. La mayor parte de los personajes, salvo matices, responden a prototipos ya abordados en obras similares. ¿Es eso un inconveniente? No debería. Poder ver el duelo interpretativo de Streep y Roberts es motivo único para acudir a su proyección, incluso si el film fuera una comedia sin sentido.

Nota: 7,5/10

Acerca de Miguel Ángel Hernáez
Periodista y realizador de cine y televisión.

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