La segunda parte de ‘Dune’ da inicio a los estrenos de marzo


Estrenos 1marzo2024

Este tercer mes del año se antoja cinematográfico. Muy cinematográfico. No solo porque es el mes de los Oscar, sino porque este día 1 llega uno de los estrenos más esperados de los últimos meses. Por supuesto, no lo hace solo, pero no cabe duda de que va a eclipsar cualquier otros título que esté o vaya a estar en cartelera en las próximas semanas.

Hablamos, por supuesto, de Dune: Parte Dos, continuación de esa joya audiovisual que fue la primera parte estrenada en 2021 y que vuelve a dirigir Denis Villeneuve (Blade Runner 2049). La trama continúa exactamente en el punto en el que terminó la primera parte, con el duque Paul Atreides uniéndose al pueblo de los Fremen y comenzando su entrenamiento mientras trata de evitar el terrible futuro que ha previsto sobre una guerra santa en su nombre por todo el universo conocido. Acción, espectacularidad y drama son los ingredientes de esta superproducción coproducida entre Estados Unidos y Canadá que cuenta en su reparto con un gran número de grandes estrellas, entre ellas Timothée Chalamet (Wonka), Zendaya (Spider-Man: Sin camino a casa), Rebecca Ferguson (Misión: Imposible – Sentencia mortal. Parte 1), Austin Butler (Elvis), Javier Bardem (La sirenita), Josh Brolin (Vengadores: Endgame), Florence Pugh (Oppenheimer), Stellan Skarsgård (Thor: Love and Thunder), Christopher Walken (Percy) y Dave Bautista (Guardianes de la galaxia, Vol. 3).

Puramente estadounidense es Dream Scenario, cinta que combina terror y comedia para narrar la vida de un desventurado padre de familia que descubre que millones de extraños empiezan a verle en sus sueños. Las apariciones nocturnas terminarán volviéndose en pesadillas, lo que obligará al hombre a lidiar con esta nueva situación. Dirigida por Kristoffer Borgli (Sick of myself), la película está protagonizada por Nicolas Cage (Renfield), Julianne Nicholson (Blonde), Michael Cera (Barbie), Dylan Baker (Immortal), Kate Berlant (No te preocupes, querida), Dylan Gelula (Quiero que vuelvas) y Tim Meadows (Desfase en Navidad).

Estados Unidos también está presente, junto a Reino Unido, en Dos chicas a la fuga, nueva comedia con dosis de acción y suspense dirigida por Ethan Coen (La balada de Buster Scruggs), y una de las pocas que firma lejos de su hermano, Joel Coen. La trama sigue a dos jóvenes que buscan un nuevo comienzo, para lo que emprenden un viaje por carretera a Tallahassee. Pero la aventura se torcerá rápidamente cuando se crucen con un grupo de criminales ineptos. Margaret Qualley (Pobres criaturas), Geraldine Viswanathan (7 days), Pedro Pascal (serie The Mandalorian), Matt Damon (Air), Beanie Feldstein (The humans), Colman Domingo (Sing sing), Bill Camp (Sound of freedom) y Annie Gonzalez (La última aventura) encabezan el reparto.

El principal estreno europeo de la semana es La bestia en la jungla, coproducción entre Francia, Bélgica y Austria que dirige Patric Chiha (Boys like us) y que, en clave dramática, adapta libremente la novela homónima de Henry James cuyo argumento narra la vida de un hombre y una mujer a lo largo de 25 años en un enorme club nocturno. Ambos observan y esperan un evento desconocido mientras la evolución de la música pone la banda sonora a su obsesión. Entre los principales actores destacan Anaïs Demoustier (Fumar provoca tos), Tom Mercier (Ma nuit), Béatrice Dalle (Bonhomme), Mara Taquin (Un blanco fácil), Martin Vischer (Mär), Pedro Cabanas (Cambio de reinas) y Bachir Tlili.

México, Francia, Dinamarca y Países Bajos colaboran en Tótem, drama que sigue a una niña de siete años que pasa el día en casa de su abuelo ayudando en los preparativos de una fiesta sorpresa para su padre. Poco a poco, el caos se apodera de la familia hasta romper sus cimientos. Escrita y dirigida por Lila Avilés (La camarista), la cinta está protagonizada por Naíma Sentíes, Montserrat Marañón (Ahí te encargo), Marisol Gasé (Euforia), Teresa Sánchez (Noche de fuego), Iazua Larios (Sundown) y Mateo Garcia (Año uña).

En lo que a animación se refiere, la única propuesta de la semana es La aventura infinita, producción ruso peruana de 2021 cuyo argumento se centra en el viaje de un joven para detener al Fantasma Blanco, una amenaza que causó estragos y amenazó con destruirlo todo. Andrey Kolpin (Los Fixies: Amigos secretos) dirige este film entre cuyas voces originales podemos encontrar las de Nikita Volkov (Syostry), Yuliya Aleksandrova (Yaga: Pesadilla del bosque oscuro), Pavel Barshak (Podkidysh), Daniil Eldarov (serie Cutie cubres), Yuriy Galtsev (Zimniy kruiz) y Miroslava Karpovich (La novia), entre otros.

Terminamos con el documental Guadalupe: Madre de la Humanidad, producción española dirigida a cuatro manos entre Andrés Garrigó (Madre Ven) y Pablo Moreno (La sirvienta) que aborda aquellos aspectos todavía desconocidos de las apariciones de la Virgen de Guadalupe. A través de entrevistas se ahonda en la historia y los motivos por los que se apareció en México.

‘Queen & Slim’ se enfrentan a ‘Manhattan sin salida’


Thriller, thriller y, después, un poco más de thriller es lo que propone este viernes, 21 de febrero, para los amantes del séptimo arte. Y entre tanta propuesta de suspense, algo de drama y comedia para un fin de semana en el que, a priori, no existe ningún título que vaya a atraer de forma global a los espectadores, pero muchos de ellos tienen el potencial de poder ser propuestas interesantes.

Arrancamos el repaso con Manhattan sin salida, thriller policial hollywoodiense que dirige Brian Kirk (Middletown) y cuya trama tiene como protagonista a un policía de Nueva York que ve una oportunidad de redimirse cuando ocho agentes del cuerpo son asesinados durante un robo. Junto a su compañera inicia una brutal persecución en el límite de lo legal que provocará algo que nunca había pasado en la historia de la isla: durante 24 horas todos los puentes se cerrarán y la ciudad quedará blindada, por lo que nadie podrá entrar ni salir. El reparto está encabezado por Chadwick Boseman (Vengadores: Endgame), Taylor Kitsch (Héroes en el infierno), J.K. Simmons (Spider-Man: Lejos de casa), Sienna Miller (La mujer americana), Stephen James (El blues de Beale Street), Keith David (Escuela para fracasados), Victoria Cartagena (The Pastor) y Gary Carr (serie Crimen en el paraíso).

También tiene toques de thriller, aunque en este caso en clave dramática, Queen & Slim, coproducción canadiense y estadounidense que arranca cuando una pareja de color es parada por la policía durante su primera cita. Lo que no debería ser más que una anécdota se vuelve trágico cuando el chico mata al policía en defensa propia. A partir de ese momento comienza una persecución, pero los jóvenes también se convertirán en símbolo del trauma y el dolor de todo un país, y llegarán a conocerse mejor de lo que cualquiera pudiera conocerles. Melina Matsoukas debuta en el largometraje tras una larga trayectoria en el mundo del videoclip, y entre sus principales actores encontramos a Daniel Kaluuya (Déjame salir), Jodie Turner-Smith (Lemon), Chloë Sevigny (El muñeco de nieve), Bokeem Woodbine (Overlord), Flea (Baby Driver) y Sturgill Simpson (Orca park).

Puramente estadounidense es La llamada de lo salvaje, aventura familiar con toques dramáticos que adapta la novela de Jack London cuyo protagonista es un perro con un gran corazón cuya apacible vida en California desaparece de la noche a la mañana al ser trasladado a Alaska durante la fiebre del oro de la década de 1890. Allí será un novato en un equipo de trineo que se encarga de entregar el correo, y del que terminará siendo el líder en la mayor aventura de su vida. Dirigida por Chris Sanders (Los Croods), la cinta está protagonizada por Harrison Ford (Blade Runner 2049), Dan Stevens (El apóstol), Karen Gillan (Jumanji: siguiente nivel), Colin Woodell (Perturbada) y Omar Sy (Infiltrado en Miami), entre otros.

Este fin de semana es también el regreso de Brian De Palma (Los intocables de Eliot Ness), quien dirige Domino, thriller con capital estadounidense, británico, neerlandés, francés, danés, belga e italiano. El argumento tiene como protagonista a un policía danés que se asocia con una oficial para localizar al asesino de su compañero. Pero nada es lo que parece, pues el individuo al que persiguen trabaja en una operación especial de la CIA para desarticular una célula terrorista del ISIS en Europa. Nikolaj Coster-Waldau y Carice van Houten, ambos vistos en Juego de tronos, dan vida a los protagonistas, estando acompañados en el reparto por Guy Pearce (María, reina de Escocia), Mohammed Azaay (Layla M.), Eriq Ebouaney (China salesman), Thomas W. Gabrielsson (Un asunto real) y Søren Malling (Keepers. El misterio del faro).

La principal representante española de la semana es El plan, comedia dramática que lleva a la gran pantalla la obra de teatro homónima de Ignasi Vidal. El argumento relata cómo tres perdedores que son amigos y que llevan tiempo en el paro idean un plan. Sin embargo, a la hora de ejecutarlo varios contratiempos les impiden salir de casa, lo que derivará en discusiones incómodas que pondrán sobre la mesa la verdadera forma de ser de cada uno, poniendo a prueba a su vez su amistad. Dirigida por Polo Menárguez (Invierno en Europa) dirige su primer largometraje de ficción, contando para ello con Antonio de la Torre (El reino), Raúl Arévalo (Mi obra maestra) y Chema del Barco (Petra) dando vida al trío protagonista.

También procede de España Corazón ardiente, dirigida por Andrés Garrigó (Fátima, el último misterio), quien debuta de este modo en la ficción. Este drama de corte religioso tiene como protagonista a una célebre escritora que investiga las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús para su próxima novela. Durante ese viaje, en el que está acompañada por una experta en misterios, no solo conocerá extravagantes personajes, sino que descubrirá también los secretos de su propio corazón. El reparto está encabezado por Karyme Lozano (La leyenda del diamante), María Vallejo-Nágera, Carmelo Crespo, Yolanda Ruiz (Tesoro), Claudio Crespo, Pablo Viña (Retorno) e Ignacio Ysasi (Tea & Sangria).

Entre el resto de novedades de esta semana encontramos Nuestras madres, drama con capital guatemalteco, belga y francés que escribe y dirige César Díaz, y con la que debuta en la ficción tras dirigir dos documentales (Semillas de cenizas y Territorio liberado). La historia está ambientada en Guatemala en 2013, cuando se produce el juicio de los oficiales militares que comenzaron la guerra civil. El protagonista es un joven antropólogo encargado de identificar a los desaparecidos. Un día, y a través de la historia de una anciana, cree haber encontrado una pista que le puede conducir hasta su padre, desaparecido durante la guerra. Armando Espitia (Bombay), Emma Dib (Crónicas chilangas), Aurelia Caal y Julio Serrano Echeverría son los principales actores.

Sin duda la película más internacional de la semana es Monos, producción en la que colaboran Colombia, Argentina, Países Bajos, Alemania, Suecia, Uruguay, Suiza, Dinamarca y Estados Unidos. A medio camino entre el drama, el thriller y la aventura, la trama sigue a un grupo de ocho niños guerrilleros que conviven y se entrenan bajo el mando de un sargento paramilitar. Su misión será cuidar a una rehén norteamericana. Pero cuando la misión peligra, la confianza entre ellos empieza a cuestionarse. Alejandro Landes (Porfirio) se pone tras las cámaras de esta película protagonizada por Julianne Nicholson (Yo, Tonya), Moises Arias (Dando la nota 3), Jorge Román (Vigilia), Sofia Buenaventura, Laura Castrillón (serie Entre amigos) y Sneider Castro.

Terminamos con Las golondrinas de Kabul, cinta de animación que adapta la novela de Yasmina Khadra. La trama, ambientada en el verano de 1998, sigue a dos adolescentes que se han enamorado a pesar del entorno de violencia, miseria y ruinas en el que viven después de que la ciudad haya sido ocupada por los talibanes. Sobreviven día a día, pero un acto irresponsable de él cambiará sus vidas para siempre. Dirigida a cuatro manos por Zabou Breitman (No et moi) y Eléa Gobbé-Mévellec, quien debuta en la dirección, esta producción con capital francés, luxemburgués y suizo cuenta en su versión original con las voces de Swann Arlaud (Gracias a Dios), Zita Hanrot (Carnivores), Simon Abkarian (Cartas a Roxanne), Hiam Abbass (Blade Runner 2049) y Jean-Claude Deret (Natividad: La historia), entre muchos otros.

‘Masters of Sex’ separa sexo y contexto social en su 2ª temporada


Lizzy Caplan y Michael Sheen mezcla placer y trabajo en la segunda temporada de 'Masters of Sex'.Que las comparaciones son odiosas lo demuestra normalmente el hecho de que una segunda parte o un remake no llega a tener la calidad del original. Hay excepciones, lo sé, pero es lo que ocurre en la inmensa mayoría de los casos. En la televisión, y más concretamente en las series, la segunda temporada tiende a sufrir un fenómeno similar. Resulta complicado mantener el interés en la historia y en los personajes. A primera vista, muchos seguidores de Masters of Sex puede que tengan esta sensación con su segunda temporada después de una primera entrega notable. Sin embargo, eso podría limitar un poco el contenido de esta creación de Michelle Ashford (serie Nuevos policías). Si durante aquellos episodios se abordó el impacto del sexo en una sociedad puritana, en esta el contexto social no es menos importante, aunque en otro sentido.

Se podría decir, por tanto, que reflejo social y sexualidad se dividen en dos, lo que lejos de debilitar al conjunto lo enriquece. En efecto, si durante la primera temporada existió una única trama principal (la relación de los protagonistas y la influencia del sexo), en estos 12 episodios nuevos dicha relación sigue existiendo, incluso evoluciona, pero otro aspecto hace acto de presencia: la lucha por los derechos de los afroamericanos. Perfectamente hilvanado a lo largo de esta entrega, el espectador asiste a una creciente presencia del racismo en el que vive la sociedad norteamericana en esa época, primero a través del estudio y luego de forma independiente con una trama propia que, todo sea dicho, también tiene algo de influencia sexual.

Cabe destacar en este sentido el papel de Caitlin FitzGerald (Damiselas en apuros), la mujer del protagonista. Si durante la anterior etapa de Masters of Sex su personaje era casi testimonial y un apoyo argumental para determinados conflictos morales, en esta crece visiblemente hasta el punto de lograr que su historia adquiera significado propio. no por casualidad, dicho crecimiento viene marcado por el sexo, como demuestra el hecho de que el personaje encuentre la valentía que antes le faltaba en ello. Sus decisiones, unido a la confesión que realiza al final de la temporada (y con la que confiesa conocer las infidelidades de su marido), dotan a este rol de una entereza interesante y abren las puertas a una mayor complejidad de la que cabría esperar.

Pero el contexto social no solo reside en esto. El comienzo de esta segunda entrega episódica retoma algunos argumentos que quedaron sin resolver al final de los primeros capítulos, como la sexualidad del personaje de Beau Bridges (Los descendientes) o la enfermedad del rol de Julianne Nicholson (Agosto). Ambas tramas quedan resueltas en los primeros episodios de forma más o menos solvente, eliminando de la ecuación unos personajes que, todo sea dicho, aportaban bastante peso al conjunto. La decisión de suprimirles, aunque resta algo de interés en los instantes siguientes, es decisiva para poder afrontar uno de los mejores momentos de la temporada, que no es otro que la transición a través de secuencias cortas de varios años de trabajo por parte de los protagonistas y que viene motivada, en buena medida, por ese contexto que antes mencionaba. Del mismo modo, la integración de algunos personajes secundarios a la trama principal, como es el caso del interpretado por Annaleigh Ashford (La boda de Rachel) simplifica notablemente la estructura dramática, ajustándose ahora a dos tramas principales y algunas secundarias esporádicas.

Traumas, la siguiente fase

Aunque la parte más interesante de esta segunda temporada de Masters of Sex sigue siendo la relación entre William Masters y Virginia Johnson, o lo que es lo mismo, entre Michael Sheen (Matar al mensajero) y Lizzy Caplan (Despedida de soltera). Si la primera temporada terminaba con ambos personajes envueltos en una relación a medio camino entre la investigación y el romance, en estos episodios el matiz es mucho más significativo, pues se disfraza de ciencia lo que es pura atracción. La ausencia de material científico y el incomparable marco de una habitación de hotel son las dos únicas herramientas que el espectador necesita para leer entre líneas de unos inteligentes diálogos. Con una salvedad. Dicha atracción física y romántica sí posee un componente médico: tratar de curar la impotencia a través de la superación de los traumas del pasado.

En este sentido, la serie da un interesante e importante paso hacia adelante al llevar el estudio a un nuevo campo. No se trata únicamente de reflejar el comportamiento del cuerpo humano durante el coito, sino de tratar de superar una disfunción. Y por encima del aspecto físico, lo más relevante son los componentes psicológicos de dichos problemas, cuya revelación dota a los personajes y al conjunto de la serie de un peso dramático mucho mayor. La relación con un hermano desconocido para la audiencia, con sus propios problemas derivados de un pasado común, es especialmente ilustradora y fascinante, ya que en cierto modo la guionista Ashford lo utiliza como espejo en el que el rol de Sheen se ve obligado a mirarse. Es uno de los últimos secundarios que aparecen en la trama, y desde luego es uno de los mejores momentos de esta etapa.

Hay que señalar igualmente la estrecha relación de simbiosis y complementación que tienen ambas historias principales. Vistas en conjunto, resulta interesante comprobar cómo la evolución de una incide de forma indirecta en la evolución de la otra, y viceversa. La actitud del personaje de Sheen hacia su esposa lleva a esta a volcarse con los derechos de los afroamericanos, aunque por motivos que no exactamente raciales. Pero además, la cada vez mayor independencia de ella hace que el protagonista tienda a revelar su auténtico yo a la mujer con la que pasa muchas noches. Se puede apreciar, por tanto, el distanciamiento entre unos y la aproximación de otros. Y todo ello girando en torno a los traumas del pasado, como confirma la trama secundaria iniciada por el encargado de grabar las sesiones y una de las pacientes.

Todo ello convierte a esta segunda temporada de Masters of Sex en un producto más complejo, con miras más altas y en el que la sexualidad deja de tener un protagonismo físico (lo que no hace que desaparezca, ni mucho menos) para optar por una presencia más psicológica, más social. O lo que es lo mismo, se pasa de la recopilación de datos a abordar las consecuencias de los actos. La forma de abordar este cambio por parte de los responsables puede parecer algo burda en un primer momento con la eliminación de algunos personajes, las transiciones de años o la falta de conflicto en el trío protagonista. Pero la conclusión de la temporada demuestra lo contrario: la complejidad es mucho más sutil, y la perspectiva para la próxima temporada es muy esperanzadora.

‘Agosto’: Osange County saca a airear sus trapos sucios


Julia Roberts, Ewan McGregor y Meryl Streep en un momento de 'Agosto', de John Wells.Las reuniones familiares en momentos extraordinarios siempre han sido el escenario ideal para sacar a flote la naturaleza humana, los rencores y los secretos de un grupo de individuos que, contrariamente a lo que podría creerse, se tienen poco o ningún cariño. Suelen ser film con una gran calidad interpretativa y con guiones con un desarrollo interesante desde un punto de vista emocional pero algo previsibles en su dramatismo. La historia creada por Tracy Letts, al que los seguidores de la serie Homeland conocen como el nuevo director de la CIA Andrew Lockhart, peca de todo lo bueno y todo lo malo, con la diferencia de que muestra unos personajes realmente interesantes. Eso y los actores, claro está.

Desde luego, lo más atractivo de Agosto es su reparto. Puede sonar exagerado, pero todos y cada uno de sus miembros deberían copar las nominaciones de los próximos premios que se entreguen en Norteamérica. Resulta una auténtica lección interpretativa ver a cada uno introducirse en personajes complejos (algunos más que otros) e incapaces de entenderse. Unos personajes que, en muchas ocasiones, son víctimas de su propia naturaleza y de la situación que viven en la película. Destacan, como no podía ser de otro modo, unas excepcionales Meryl Streep (La duda) y Julia Roberts (Erin Brockovich). De la primera poco más se puede decir, pero la segunda demuestra que, bajo toda esa parafernalia de «la novia de América» se esconde una gran actriz que no necesita maquillaje alguno.

Pero como decimos, la película se encuentra con un handicap importante. Su historia, aunque dramática y con algunos giros argumentales inesperados, no llega nunca a distinguirse sobre el resto de tramas que podrían enmarcarse en su categoría. Es más, si no fuera porque se juntan en un todo actores y calidad de personajes posiblemente la historia no tendría el interés que tiene. No digo con esto que sea un mal film, sino un film conocido, algo previsible en sus premisas. Del mismo modo, y aunque su fotografía logra captar el incómodo entorno en el que se produce la acción (un mes de agosto con un calor insoportable), la planificación de John Wells (The company men) no saca todo el provecho a algunos momentos de la trama, sobre todo a los puntos de giro.

Los aficionados a este tipo de historias, con una clara vocación teatral, disfrutarán mucho de Agosto. La verdad es que cualquiera al que le guste el cine de actores debería entrar en la sala y disfrutar con el plantel que presenta la historia. Eso sí, que nadie se espere algo novedoso. La mayor parte de los personajes, salvo matices, responden a prototipos ya abordados en obras similares. ¿Es eso un inconveniente? No debería. Poder ver el duelo interpretativo de Streep y Roberts es motivo único para acudir a su proyección, incluso si el film fuera una comedia sin sentido.

Nota: 7,5/10

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