‘Moon Knight’, personalidad múltiple y Egipto en la coctelera de Marvel en formato miniserie
23/07/2022 Deja un comentario
Aunque habrá que esperar todavía algún tiempo para comprobar el resultado de esta estrategia, es interesante comprobar cómo Marvel está optando por utilizar el formato de serie para presentar a nuevos personajes. En poco tiempo ha pasado de aprovecharlo para cerrar las historias de algunos superhéroes que ya se conocían a introducir en los episodios nuevos roles llamados a formar parte de este universo cinematográfico. Uno de estos últimos es Moon Knight, y el experimento no es, para nada, fallido.
De hecho, la primera temporada de esta serie creada por Jeremy Slater (Cuatro fantásticos) y basada en el personaje de Doug Moench y Don Perlin combina con inteligencia dos universos tan dispares como la psicología y la mitología egipcia, construyendo en base a ellos una interesante mezcla de acción, suspense y algo de humor. De hecho, y salvo el componente humorístico que siempre suele estar presente en las producciones de La Casa de las Ideas, los 6 episodios que conforman esta miniserie presentan una evolución magistral del thriller a la acción pura y dura, todo ello sustentándose prácticamente en los hombros de Oscar Isaac (Dune), uno de los pocos actores capaces de dar vida a personajes diferentes solo con cambiar la mirada.
Pero antes de continuar, una breve sinopsis para aquellos que no conozcan al personaje. El protagonista es un trabajador de un museo que cree ser noctámbulo, por lo que cada noche se ata a la cama. Su vida cambia cuando, tras una serie de incidentes sobrenaturales, descubre que en su interior convive otra personalidad mucho más violenta, que además hizo un pacto con el dios egipcio Khonshu, quien le otorgó poder para convertirse en un guerrero y enfrentarse a un hombre que quiere desatar el caos que provocará la diosa Ammit.
Desde luego, lo mejor de Moon Knight, más allá de sus dos actores principales (Isaac y Ethan Hawke –El hombre del norte– hacen dos papeles brillantes) es su forma de abordar el concepto de personalidad múltiple y, sobre todo, cómo eso permite al espectador ir descubriendo poco a poco a un protagonista complejo. Lo que en un principio se revela únicamente como una dualidad termina convirtiéndose en una reflexión sobre los traumas de la infancia y cómo marcan nuestras vidas. El componente fantástico, por supuesto, añade un ingrediente más a la coctelera, pero buena parte de la serie se centra en el héroe, en explicar su situación y, sobre todo, en una mayor comprensión de los personajes tan diferentes que conviven en él. Eso no quiere decir, ni mucho menos, que la producción no intercale esto con espectaculares escenas de acción, pero durante más de la mitad de la temporada, el interés y el peso narrativo se queda en esta parte, digamos, más dramática.
Egipto por dentro y por fuera
Es importante destacar también que ese paso de la parte dramática al dominio de la acción no es algo brusco. Puede parecer una obviedad o algo nimio, pero resulta esclarecedor analizar y comprender cómo se narra y estructura esta transformación. Si nos fijamos, durante los primeros capítulos la acción prácticamente se omite, mientras que en la segunda mitad de la miniserie hace acto de presencia. La posibilidad de que esta transición se vea como algo natural radica, de nuevo, en el papel de Isaac, pues la primera parte está narrada bajo el prisma de uno de los personajes, el apocado, mientras que en la recta final toma el control la personalidad más agresiva. El hecho de ir presentándolas y desarrollándolas poco a poco durante los seis episodios permite que este cambio no genere rechazo en el espectador.
Todo ello, como mencionaba al inicio, con el mundo de la mitología egipcia como telón de fondo… y no tan fondo. En realidad, Egipto está presente en todo el relato. Pero al igual que pasa con el concepto dramático, la parte egipcia de Moon Knight también se va introduciendo poco a poco, pasando de un mero contexto argumental a una pieza clave en el desarrollo de la miniserie. Todo ello hasta ese delirio final con deidades luchando cuerpo a cuerpo como si de King Kong contra Godzilla se tratara. Una delicia para los amantes del mundo faraónico que, además, se narra de forma cuanto menos interesante tanto por dentro como por fuera. Porque más allá de luchas mitológicas, el modo en que se representa la conexión entre los dioses egipcios y el mundo de los humanos o el viaje por el inframundo es simplemente brillante.
De hecho, y más allá de interpretaciones de la mitología, esta producción marvelita es un buen ejemplo de cómo utilizar la riqueza histórica y cultural en beneficio propio, recurriendo a elementos no necesariamente conocidos por el gran público y utilizándolos para construir todo un universo que bebe de la tradición egipcia y faraónica. Este reflejo de Egipto por dentro y por fuera da forma a un final épico en el que se da rienda suelta (y esto puede que muchos lo consideren algo negativo, pero nada más lejos de la realidad) a la idea de las deidades egipcias, su concepción como entidades, sus luchas de poder y su necesidad de alimentarse de las creencias del ser humano.
Evidentemente, Moon Knight no es el mejor camino para estudiar la compleja historia del Egipto Antiguo, pero para aquellos que no conozcan demasiado de su mitología, es un comienzo atractivo, sobre todo por su planteamiento dentro de una miniserie mucho más compleja, rica en matices y magistralmente interpretada. Por supuesto, Marvel es lo que es y ofrece lo que ofrece, pero dentro de estos parámetros, esta temporada de 6 capítulos es muy interesante, está bien construida y, ante todo, explora conceptos pocas veces visto en el mundo de los superhéroes. Una obra muy recomendable, diferente, capaz de ofrecer algo más que el simple entretenimiento.