Fellini, Truffaut, Rohmer, Lang, Cuarón, Almodóvar, Amenábar, Garci, Bertolucci, Bergman. Estos son solo algunos de los nombres de grandes directores de la historia del cine. Algunos consolidados, otros todavía labrándose un nombre. Pero ninguno de ellos ha logrado el hito histórico de Bong Joon-Ho (Snowpiercer) al ganar el Oscar a Mejor Película y Mejor Película Internacional. Un hecho sin precedentes que abre un nuevo camino muy importante para unos premios que desde hace algunos años buscan internacionalizarse (como demuestra la trayectoria de premios a Mejor Director) y convertirse en unos auténticos reconocimientos del cine mundial.
Pero a pesar de esos primeros pasos, la sorpresa ha llegado en esta 92ª edición de los Oscar, en un año de cambio como 2020. Más allá del análisis de vestidos, dinámica de la ceremonia o agilidad de los premiados, lo cierto es que la gala ha dejado muchos y muy interesantes momentos. La cinta surcoreana no solo se ha llevado los premios de las dos categorías de películas, sino que lo ha hecho con el de Director y Guión original. Es decir, cuatro de las categorías principales. Un éxito contundente y arrollador que, al igual que ocurrió en los Premios Goya hace unas semanas, obliga a mirar al otro lado y ver quienes han sido los mayores derrotados de la noche, con 1917 y Érase una vez en… Hollywood a la cabeza. Tan solo la segunda ha logrado un reconocimiento para Brad Pitt (Máquina de guerra) como Mejor Secundario, estatuilla que termina con décadas de injusto vacío para un actor que ha demostrado en numerosas ocasiones un talento más allá de su físico (sí, los hombres también sufren esas situaciones).
Lo cierto es que la victoria de Parásitos solo ha sido una sorpresa hasta cierto punto. O más bien, por el contexto en el que se ha producido. Que haya ganado Mejor Película y Mejor Película Internacional invita a pensar que en no demasiados años la segunda categoría quedará absorbida por la primera, tal vez creando una categoría con más nominados pero confirmando, efectivamente, el carácter global de los Oscar. Hasta que eso llegue, sin embargo, no deja de ser redundante que un título gane ambos premios, aunque no por eso es menos merecido. Joon-Ho compone una ácida crítica social a las clases con mayores recursos y su modo de tratar y reaccionar ante las clases más bajas, y al igual que el resto de nominadas tenía muchas posibilidades de lograr las estatuillas que finalmente ha logrado. Un ejercicio cinematográfico bello, complejo, con numerosas lecturas. Tal vez carente de la fuerza narrativa de la cinta bélica o de la riqueza visual del homenaje al Hollywood de finales de los 60, pero en todo caso impactante por sus lecturas éticas y morales.
El problema de esta entrega de los Oscar es que, salvo esa isla que representa Parásitos, la gala ha transcurrido sin grandes sorpresas, en un tono sin tanto humor como otros años aunque con la misma espectacularidad de sus números musicales, castellano y español incluidos (alguien debería explicar a Estados Unidos el error de lenguaje cometido, como deberían explicarles que un español como Antonio Banderas no es un hombre de color, tal y como se entiende en el resto del mundo este concepto). Polémicas a un lado, ninguna sorpresa entre los cuatro premios de interpretación, poca novedad en el reparto de los galardones más técnicos y, en todo caso, algo inesperado el premio a Toy Story 4, imponiéndose a esa dulce historia de Klaus, que certifica una noche aciaga para la representación española.
Ahora queda por saber si lo ocurrido en esta edición de los premios cinematográficos más importantes del mundo va a seguir teniendo recorrido o se va a quedar en una anécdota. Hollywood no es famoso por cambiar rápidamente. Los gigantes raramente lo hacen. Pero desde luego que se avecinan cambios. Y a mi modo de ver, cambios positivos que abren la mirada a otras culturas, a otras formas de entender el cine, enriqueciendo este arte en un momento en el que cada vez parece imponerse un mensaje más conservador con políticas que rechazan aquello que procede de fuera. En este contexto, el cine vuelve a convertirse en un lenguaje transgresor, de oposición a ideologías conservadoras y retrógradas, y los Oscar en los premios del cine en su más amplio sentido.
A continuación encontraréis la lista de Ganadores de la 92ª edición de los Oscar.
Mejor película: Parásitos.
Mejor director: Bong Joon-Ho, por Parásitos.
Mejor actor principal: Joaquin Phoenix, por Joker.
Mejor actriz principal: Renée Zellweger, por Judy.
Mejor actriz de reparto: Laura Dern, por Historia de un matrimonio.
Mejor actor de reparto: Brad Pitt, por Érase una vez en… Hollywood.
Mejor película de animación: Toy Story 4.
Mejor película internacional: Parásitos, de Bong Joon-Ho (Corea del Sur).
Mejor guión adaptado: Taika Waititi, por Jojo Rabbit.
Mejor guión original: Bong Joon-ho y Han Jin Won, por Parásitos.
Mejor documental: American Factory, de Julia Reichert, Steven Bognar y Jeff Reichert.
Mejores efectos visuales: Guillaume Rocheron, Greg Butler y Dominic Tuohy por 1917.
Mejor fotografía: Roger Deakins, por 1917.
Mejor montaje: Michael McCusker y Andrew Buckland, por Ford v Ferrari.
Mejor diseño de producción: Barbara Ling y Nancy Haigh, por Érase una vez en… Hollywood.
Mejor vestuario: Jacqueline Durran, por Mujercitas.
Mejor maquillaje: Kazu Hiro, Anne Morgan y Vivian Baker por El escándalo (Bombshell).
Mejor banda sonora: Hildur Guðnadóttir, por Joker.
Mejor canción original: Elton John y Bernie Taupin por ‘(I’m Gonna) Love Me Again’, de Rocketman.
Mejor mezcla de sonido: Mark Taylor y Stuart Wilson, por 1917.
Mejor edición de sonido: Donald Sylvester, por Ford v Ferrari.
Mejor cortometraje: The Neighbors’ Window, de Marshall Curry.
Mejor corto animado: Hair Love, de Matthew A. Cherry & Karen Rupert Toliver.
Mejor corto documental: Learning to Skateboard in a Warzone (If You’re a Girl), de Carol Dysinger y Elena Andreicheva.