Redención, reconocimiento y nuevas generaciones marcan la 96 edición de los Oscar


Robert Downey Jr. y Cillian Murphy, ganadores de sendos Oscar por 'Oppenheimer'

Ha sido una edición de pocas sorpresas, pero eso no quiere decir que no haya habido mucho significado en la gala de los Oscar de este 2024. Tanto positivo como negativo. Vaya por delante que creo que Christopher Nolan se merecía un reconocimiento por una carrera simplemente espléndida. Es cierto que directores mucho más consagrados tardaron más en recibir las estatuillas, pero la historia está para eso, para aprender de los errores. Por eso, que una obra maestra como Oppenheimer se haya llevado los principales premios no solo es un reconocimiento al buen cine comercial, sino a un autor que ha tomado el testigo de directores como Steven Spielberg (La lista de Schindler). Tanto metafórica como literalmente a raíz de la entrega del premio al Mejor Director.

En lo positivo, esta gala nos deja, más allá de números, vestidos y algunos momentos de humor sano, historias de redención como la de Robert Downey Jr. gracias a un premio que lleva años escapándose de sus manos (en este caso, Mejor Actor Secundario). Su historia de caída a los infiernos de la droga y resurgimiento como estrella capaz de hacer de todo, y hacerlo de forma brillante, es de esas que gustan en cualquier parte del mundo. Aunque quizá lo más interesante es comprobar que las nuevas generaciones de directores, actores, actrices y creadores en general están sabiendo tomar el relevo para crear obras capaces de combinar arte y entretenimiento, lenguaje de autor y sentido comercial. Quizá la mejor evidencia de esto, aunque algo frustrante, es que una maravilla como Los asesinos de la luna se ha ido de vacío.

En lo negativo, aunque esto es algo que ya venía desde las propias nominaciones, es lo que ha ocurrido con Barbie. A pesar de ser impulsora de un fenómeno mundial, los Oscar no solo no reconocieron el trabajo de su directora, Greta Gerwig (Mujercitas), ni de su protagonista, Margot Robbie (El lobo de Wall Street), sino que en la ceremonia la película solo logró el reconocimiento a una de sus canciones, la de Billie Eilish y Finneas O’Connell. Al menos la película nos dejó uno de los momentos más memorables de la gala gracias a la interpretación de Ryan Gosling del tema ‘I’m just Ken’. El hecho de que Pobres criaturas le haya ganado la partida en categorías como Diseño de Producción o Vestuario (en las que son brillantes ambas) permite hacerse una idea de lo que ha sido este fenómeno mundial para la Academia de Hollywood.

Y en lo negativo también está lo de Robot Dramas y La sociedad de la nieve. No es que no fuera esperado, más bien al contrario. Si algo ha caracterizado a esta gala ha sido su previsibilidad en los premios. Pero tras lo ocurrido en los Goya, para España (y para J.A. Bayona en concreto) habría sido un año inolvidable. Con todo, unos Oscar muy repartidos (mucho más que los premios españoles, por ejemplo) que evidencian una forma de hacer, de pensar y de reconocer muy diferente a la que hay en el resto del mundo. La gala fue larga, sí; fue previsible, sí; pero el sentido del espectáculo que existe en Estados Unidos no lo tienen en otros países. Y eso, a la larga, se nota también en las pantallas de cine.

A continuación, los ganadores de la 96 edición de los Premios Oscar:

Mejor película: Oppenheimer.

Mejor director: Christopher Nolan, por Oppenheimer.

Mejor actor principal: Cillian Murphy, por Oppenheimer.

Mejor actriz principal: Emma Stone, por Pobres criaturas.

Mejor actriz de reparto: Da’Vine Joy Randolph, por Los que se quedan.

Mejor actor de reparto: Robert Downey Jr., por Oppenheimer.

Mejor película de animación: El chico y la garza.

Mejor película internacional: La zona de interés (Reino Unido).

Mejor guión adaptado: Cord Jefferson, por American Fiction.

Mejor guión original: Justine Triet and Arthur Harari, por Anatomía de una caída.

Mejor documental: Mstyslav Chernov, Michelle Mizner and Raney Aronson-Rath, por 20 días en Mariúpol.

Mejores efectos visuales: Takashi Yamazaki, Kiyoko Shibuya, Masaki Takahashi y Tatsuji Nojima, por Godzilla Minus One.

Mejor fotografía: Hoyte van Hoytema, por Oppenheimer.

Mejor montaje: Jennifer Lame, por Oppenheimer.

Mejor diseño de producción: James Price, Shona Heath y Zsuzsa Mihalek, por Pobres criaturas.

Mejor vestuario: Holly Waddington, por Pobres criaturas.

Mejor maquillaje: Nadia Stacey, Mark Coulier y Josh Weston, por Pobres criaturas.

Mejor banda sonora: Ludwig Göransson, por Oppenheimer.

Mejor canción original: Billie Eilish y Finneas O’Connell, por ‘What was I made for?’, de Barbie.

Mejor sonido: Tarn Willers y Johnnie Burn, por La zona de interés.

Mejor cortometraje: Wes Anderson y Steven Rales, por La maravillosa historia de Henry Sugar.

Mejor corto animado: Brad Booker y Dave Mullins, por War Is Over! Inspired by the Music of John & Yoko.

Mejor corto documental: Kris Bowers y Ben Proudfoot, por La última tienda de reparaciones.

Unas nominaciones al Oscar para reconocer las trayectorias


Desde hace ya algunos años estoy convencido de que los premios, al menos en los Oscar que nos ocupan ahora, reflejan más bien un reconocimiento a una trayectoria, más que el premio a una película específica. Soy consciente de que no siempre es así, pero en muchas ocasiones existe este cierto aire de justicia cinematográfica que puede tardar en llegar más de lo que algunos desearían. Y este 2024 puede que sea, por fin, el año de Christopher Nolan gracias a su Oppenheimer.

No sé si será la mejor película del año. Estas cosas varían según el consumidor. Pero lo que sí está claro es que es una obra mayúscula, capaz de manejar el tiempo y el lenguaje cinematográfico a su antojo para hacer que un drama con final conocido se convierta casi en una película de suspense. Personalmente, no solo creo que se merece las 13 nominaciones, sino que se hace justicia con uno de los mejores directores de su generación, capaz de influir en nuevos creadores y de dejar en la cultura popular algunas de las obras más transgresoras y complejas de los últimos años. Y lo mismo se podría decir de Yorgos Lanthimos y Pobres criaturas. El director griego se ha convertido, con un puñado de films, en uno de los realizadores más interesantes del panorama actual, así que sus 11 nominaciones parecen más que merecidas. La tercera película con más nominaciones es Los asesinos de la luna… y poco más hay que decir, salvo que tiene que ser algún tipo de récord el hecho de que un director como Martin Scorsese siga estando entre lo mejor del año con cada película que hace a sus 81 años.

Ahora bien, estas nominaciones sí dejan algunos detalles interesantes. Comencemos con Barbie. Su competición con Oppenheimer en taquilla no se ha trasladado a los Premios Oscar. La cinta de Greta Gerwig logra ocho nominaciones, pero al ir viendo una por una, salta lo llamativo. Ni directora ni protagonista están en la lucha por la estatuilla… y sí lo está el actor de la cinta, Ryan Gosling, que además interpreta la canción que también está nominada (uno de los dos temas con los que cuenta la película en estos premios). También está nominada América Ferrera a Mejor Actriz Secundaria. Dicho de otro modo, la mayor parte de las nominaciones de este film son técnicas. Y ya que hablamos de olvidados, no solo Margot Robbie se ha quedado sin nominación; Leonardo DiCaprio tampoco aparece en la carrera final por su papel en Los asesinos de la luna. Y de Napoleón mejor no hablar.

Y como viene siendo habitual, en la extensa lista de la categoría de Mejor Película se incluye un título que también se encuentra en Mejor Película de Habla No Inglesa (en la que, por cierto, esperemos que la española La sociedad de la nieve se lleve una estatuilla). Y hablando sobre la principal categoría, resulta muy interesante que la francesa Anatomía de una caída esté incluida aquí pero no compita en Película de Habla No Inglesa. Y si a esto le sumamos que también compite una coreana, posiblemente sea una de las ediciones más internacionales de los últimos años.

En líneas generales, y salvo habituales «olvidos», las nominaciones a los Premios Oscar 2024 recogen lo mejor de un año aparentemente escaso de grandes e importantes títulos pero que, sin embargo, se ha terminado revelando como uno de los más interesantes, con películas compitiendo en taquilla como hacía tiempo que no ocurría y títulos de calidad en plataformas. Solo nos quedará conocer los ganadores el próximo 10 de marzo. En este enlace tenéis todos los nominados.

‘Oppenheimer’: la épica del biopic


A estas alturas de su carrera, con 12 películas que son auténticas joyas del séptimo arte, Christopher Nolan (Tenet) tiene poco que demostrar. Pero siempre he considerado que un gran director tiene que saber desenvolverse en todos los géneros, y es lo que el director ha vuelto a demostrar con este biopic en el que la épica y el suspense casi pueden cortarse con un cuchillo… aún sabiendo cómo acaba la historia.

Porque este es el gran reto de Oppenheimer: luchar contra lo que lucha todo biopic, que no es otra cosa que su propia condición de desvelar la conclusión antes incluso de que se proyecte el primer fotograma. Nolan lo sabe, y por eso opta por plantear la trama como un viaje marcado en todo momento por la intriga y el suspense, aderezado con algunas notas de humor y, sobre todo, la grandiosidad que le ofrece el lenguaje cinematográfico. Con estas herramientas, el director compone una obra épica, inclasificable, llena de planos en los que la narrativa visual cuenta casi más que el diálogo (cómo narra el discurso después de haber lanzado la bomba atómica es brillante) y, sobre todo, con un inteligente uso del blanco y negro para aquello que transcurre en el «presente» frente a lo que se cuenta que ocurrió.

Posiblemente la mayor evidencia de esto es que es son tres horas de una historia que, en mayor o menor medida, casi todo el mundo conoce: el proyecto Manhattan, la bomba atómica, la carrera armamentística… Es algo que se ha contado cientos, miles de veces. Y sin embargo, nunca como lo ha hecho Nolan. Su guion (adaptado de un premio Pulitzer) es una joya de la narrativa, construido sobre los pilares del suspense más que del drama, y como tal, situando los puntos de giro del thriller en los puntos clave para rellenar el resto de hitos argumentales con conceptos dramáticos. Si a eso le sumamos la música y un reparto extraordinario de rostros conocidos que no tiene ningún problema en aparecer unos pocos minutos si es necesario, lo que nos encontramos es ante una obra enorme, realizada de forma muy artesanal (algo que se agradece en un mundo de entornos digitales) y cuyo mayor logro es ser cine en estado puro.

Desde luego, Oppenheimer es una de las películas de 2023. Más allá de premios, reconocimientos y comentarios favorables o desfavorables, Nolan ha vuelto a demostrar que su obsesión con el espacio-tiempo no le impide realizar otras obras igualmente complejas, profundas, narrativamente fascinantes y épicas. Sobre todo, épicas. Su sentido del lenguaje convierte su cine en algo fuera de lo normal. Puede estar contando el bautizo de su sobrino y parecer que vaya a ocurrir algo diferente de lo que todo el mundo espera. Esa es la genialidad de uno de los grandes directores de su generación y, por qué no decirlo ya, de la historia del séptimo arte. Esto es algo más que un biopic: es una película por todo lo alto, una obra en la que las envidias, los egos, las venganzas y el poder juegan un papel tan importante como la bomba atómica que creó Oppenheimer junto al grupo de científicos que se instalaron en Los Álamos. ¿En su contra? Bueno, tantos personajes y saltos en la narrativa pueden confundir en algún momento, pero eso no debería de impedir disfrutar de este espectáculo.

Nota: 9/10

‘Oppenheimer’ y ‘Barbie’ llegan juntos ante la puerta roja de ‘Insidious’


Estrenos 20julio2023

Puede que estemos ante el fin de semana más importante del verano, por no decir del año. Con los estrenos adelantados a este jueves, 20 de julio, nos encontramos ante una cartelera con pocas novedades, pero la mayoría de ellas muy esperadas y dirigidas a llenar las salas de cine de forma masiva. Los amantes del drama, la historia, la comedia y el terror tienen una cita con el séptimo arte esta semana.

Y esa cita comienza por Oppenheimer, lo nuevo escrito y dirigido por Christopher Nolan (Tenet) que, como su propio título indica, aborda la figura de Julius Robert Oppenheimer, considerado uno de los «padres de la bomba atómica». La película, con capital estadounidense y británico, aborda el debate ético y moral de un hombre que deberá arriesgarse a destruir el mundo para poder salvarlo. Adaptación del libro escrito por Kai Bird y Martin Sherwin, ganadores del Premio Pulitzer, esta cinta a medio camino entre el drama y el retrato histórico de una época cuenta con un espectacular reparto encabezado por Cillian Murphy (Un lugar tranquilo 2), Emily Blunt (Jungle cruise), Robert Downey Jr. (Las aventuras del Doctor Dolittle), Matt Damon (El último duelo), Florence Pugh (No te preocupes, querida), Rami Malek (Ámsterdam), Benny Safdie (Licorice pizza), Josh Hartnett (Despierta la furia), Dane DeHaan (Sin piedad), Jack Quaid (serie The boys) y Alden Ehrenreich (Han Solo. Una historia de Star Wars), entre muchos otros.

Muy diferente es Barbie, cinta también coproducida entre Estados Unidos y Reino Unido que lleva a la gran pantalla una historia en imagen real de la famosa muñeca con la que han jugado generaciones de niñas y niños. Con grandes dosis de aventura, humor y fantasía, la trama sigue a una muñeca Barbie que vive en Barbie Land, un lugar perfecto para un ser perfecto como ella… a menos que sufras una crisis existencial. Su búsqueda la llevará al mundo real acompañada de Ken. Greta Gerwig (Mujercitas) es la encargada de poner en imágenes una de las cintas más esperadas de los últimos meses, que está interpretada por Margot Robbie (Babylon), Ryan Gosling (First man), America Ferrera (Cesar Chavez), Kate McKinnon (Yesterday), Michael Cera (Gloria Bell), Ariana Greenblatt (Disomnia), Will Ferrell (El espíritu de la Navidad), Hari Nef (Una cita casi perfecta), Alexandra Shipp (Un amor sin fin), Kingsley Ben-Adir (Una noche en Miami…) y Simu Liu (Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos).

El tercer gran estreno de la semana, esta vez con capital estadounidense y canadiense, es Insidious: La puerta roja, quinta entrega de la conocida saga de terror que vuelve a protagonizar Patrick Wilson (Moonfall), quien además debuta en la dirección con esta historia que sitúa a la familia protagonista de las anteriores entregas en un momento muy diferente de sus vidas. El padre busca enterrar definitivamente sus demonios, pero para eso deberá profundizar en El Más Allá de la mano de su hijo, que ya está en la universidad. Juntos enfrentarán el oscuro pasado familiar y a un huésped de nuevos horrores terroríficos. Delante de las cámaras encontramos junto a Wilson a Rose Byrne (Un plan irresistible), Ty Simpkins (La ballena), Andrew Astor (Insidious (Capítulo 2)), Sinclair Daniel, Hiam Abbass (El hermano) y Lin Shaye (The call).

Estados Unidos, Italia y Reino Unido colaboran en Mafia Mamma, comedia con dosis de acción que arranca cuando una madre de familia y ejecutiva de marketing de una farmacéutica se da cuenta de que su vida necesita un cambio. Dicho cambio llega con la llamada de una mujer que le dice que su abuelo italiano ha muerto. Con la esperanza de una nueva vida, la mujer viaja a Roma para asistir al funeral, descubriendo que el negocio familiar es una organización criminal y ella ha sido elegida como nueva cabeza de familia. De repente, deberá tomar decisiones por el bien de los suyos al mismo tiempo que esquiva intentos de asesinato. Catherine Hardwicke (Miss Bala) dirige esta película protagonizada por Toni Collette (El callejón de las almas perdidas), Monica Bellucci (La memoria de un asesino), Giulio Corso (Promises), Francesco Mastroianni (Calibro 9), Alfonso Perugini (Tra le righe), Sophia Nomvete (serie El señor de los anillos: Los anillos de poder) y Eduardo Scarpetta (Aquí me río yo).

La producción española está representada por Tierra de nuestras madres, cinta escrita y dirigida por Liz Lobato, que de este modo debuta en el largometraje. El argumento gira en torno a una señora mayor que vive con su hijo con discapacidad, su borrico y su cabra en un pueblo manchego. Se gana la vida vendiendo sal de higuera, pero todo cambia cuando los gobernantes del pueblo, arruinado por la ludopatía, deciden venderlo. La casa y la laguna de la mujer están en medio del municipio. El reparto está encabezado por José Luis Cruza, Saturnino García (Y todos arderán), Milagros Torres Perales, Carlos Alberto Márquez, Néstor Espada y Luis Miguel Torres Clemente.

Terminamos con La jauría, drama con capital colombiano y francés que arranca cuando un chico de campo es encarcelado en un centro experimental de menores en el corazón de la selva tropical colombiana. Cada día realiza un trabajo físico extenuante y una intensa terapia de grupo, pero todo ese trabajo se ve amenazado cuando el amigo con el que cometió el crimen por el que le encarcelaron es trasladado al mismo centro y trae consigo el pasado del que el adolescente intenta huir. Escrita y dirigida por Andrés Ramírez Pulido (para quien es su primer largometraje), la cinta está protagonizada por Jhojan Estiven Jimenez, Maicol Andrés Jimenez, Miguel Viera (Gallo de pelea), Diego Rincón, Carlos Steven Blanco y Ricardo Alberto Parra.

‘Tenet’: la respuesta del futuro


Aviso a navegantes: lo último de Christopher Nolan (Origen) es la máxima expresión de todos los temas que le han obsesionado a lo largo de su carrera. El tiempo, cómo afecta de forma diferente a los personajes, las diferentes realidades y las leyes a las que obedecen, las relaciones humanas a través del espacio y del tiempo. Y como se menciona en el film, cómo lograr que el futuro, en lugar de escuchar lo que le cuenta el pasado, responda en una inversión temporal. Todo eso y más, mucho más, es Tenet, así que si no te gustaron sus anteriores obras, esta posiblemente la rechaces de plano. Si por el contrario las amaste, este thriller de espías y paradojas temporales va a lograr que te estalle la cabeza.

Dicho esto, entremos de lleno en la película. Lo que el director consigue con esta épica, inmensa y compleja obra es algo simplemente inaudito. Es cierto que este tipo de argumentos se han tratado en infinidad de ocasiones, pero nunca así y nunca con un trasfondo como este. Una lucha contra una amenaza que no procede de ningún país soviético o árabe, sino de otro tiempo. Una lucha que se debe desarrollar en, literalmente, los dos sentidos de la realidad. Viendo el film uno se pregunta, lo primero, cómo se han conseguido rodar algunas escenas, y lo segundo, cómo alguien es capaz de plasmar algo semejante en un guion para que todo un equipo sea capaz de rodarlo. Ahí está la genialidad de Nolan en una película sencillamente espectacular, imprescindible para entender no solo su trayectoria, sino el cine actual y, posiblemente, el que vendrá.

Porque el director de Memento (2000) es uno de los directores que marcarán a las futuras generaciones con historias como la de Tenet. Visualmente apabullante, conceptualmente imprescindible, el director maneja los tiempos de la trama de forma magistral, convirtiendo el relato, en un primer momento, en un viaje en busca de esa arma capaz de acabar con el mundo, para a continuación transformarla en una batalla contra el propio tiempo. Cuando digo que maneja los tiempos de forma magistral no me refiero a los evidentes efectos que ofrece el film, sino al modo en que se presentan. Primero una bala, luego una lucha, una persecución y, finalmente, ese clímax tan apoteósico que merece ser revisionado una y otra vez. Es la teoría del crescendo dramático aplicado al suspense de la ciencia ficción, y desde este punto de vista muchos guionistas podrían (y deberían) aprender de Nolan.

Personalmente, creo que estamos ante una extraordinaria película. ¿Obra maestra? Eso solo lo dirá el tiempo. Pero el film tiene un problema, o más bien adolece de lo que suelen adolecer estas historias. Y es que, cuando el espectador acepta las reglas del juego, hay costuras temporales que no terminan de encajar del todo bien. Dicho de otro modo, algunos momentos y paradojas temporales chocan frontalmente con la propia teoría que plantea el director. Repito: no es algo exclusivo de Nolan, sino de un concepto argumental tan complejo e intrincado que es difícil, muy difícil salir completamente airoso. Nolan, desde luego, saca una de las mejores notas que podrían obtenerse.

El consejo a la hora de afrontar Tenet es simple. Sentarse, estar atentos a los detalles de la primera media hora y disfrutar. Sobre todo disfrutar. Del viaje, de la espectacularidad, de la originalidad, de un reparto inconmensurable, de una puesta en escena soberbia, de una banda sonora extraordinaria, de una fotografía elegante y calculada. Tiene algunas debilidades, como la ya mencionada o algunos diálogos excesivamente crípticos. Pero en definitiva, es una obra sobresaliente, capaz de dejar al espectador con ganas de más, preguntándose todo tipo de conceptos filosóficos y hasta metafísicos solo para tratar de comprender una mínima parte de lo que ha visto. Por eso es recomendable, al menos, verla una segunda vez.

Nota: 9/10

Ya está aquí. ‘Tenet’ llega para salvar el mundo… y el cine


Y llegó el día. Por muchos motivos, cinematográficos y extracinematográficos, este miércoles 26 de agosto de 2020 va a ser recordado, para bien o para mal, durante los próximos años. Y es que hoy llega a las pantallas españolas la que está llamada a ser la impulsora del negocio audiovisual tras el largo parón por la pandemia de COVID-19, siempre con el permiso de Santiago Segura y su Padre no hay más que uno 2. Por supuesto, en este último fin de semana de agosto llegan otros estrenos -algunos de ellos el viernes- que sin duda atraerán a los espectadores.

Pero comenzamos el repaso, cómo no, con Tenet, nueva película escrita y dirigida por Christopher Nolan (Dunkerque) cuyo protagonista es un hombre viaja a un mundo crepuscular de espionaje internacional armado con una única palabra, Tenet, para luchar por la supervivencia del planeta en una misión en la que los límites del tiempo dejarán de existir. Acción y ciencia ficción se dan la mano en esta coproducción entre Estados Unidos y Reino Unido protagonizada por John David Washington (The old man & the gun), Robert Pattinson (El faro), Elizabeth Debicki (Viudas), Kenneth Branagh (Asesinato en el Orient Express), Aaron Taylor-Johnson (Animales nocturnos), Clémence Poésy (Mañana empieza todo) y Michael Caine (Mi querido dictador).

Puramente hollywoodiense es Los nuevos mutantes, nueva incursión en el mundo de los superhéroes que, sin embargo, se distancia mucho del formato tradicional. A medio camino entre el terror y la acción, el film está ambientado en un hospital aislado donde un grupo de jóvenes con habilidades especiales está recluido contra su voluntad para someterse a un tratamiento psiquiátrico. Pero poco a poco descubrirán que ese lugar es algo más, poniendo a prueba no solo sus poderes, sino la amistad que han forjado. Esta adaptación de los cómics de Marvel está dirigida por Josh Boone (Bajo la misma estrella) y cuenta con Anya Taylor-Joy (Glass), Maisie Williams (serie Juego de tronos), Alice Braga (La cabaña), Henry Zaga (Angie X), Blu Hunt (serie Otra vida) y Charlie Heaton (serie Stranger things) entre sus principales actores.

El último de los estrenos de este miércoles es Mi gran despedida, drama español dirigido a cuatro manos por Antonio Hens (La partida) y Antonio Álamo, quien debuta en el largometraje. La trama narra la despedida de soltera de una chica de Cádiz, que reúne para la ocasión a su familia y amigas. Sin embargo, durante ese encuentro una serie de acontecimientos le harán replantearse el futuro. El film tiene como protagonistas a Eloína Marcos (serie El príncipe), Jesús Castro (La isla mínima), Rocío Marín (Campeones), Carmen Vique (serie El pueblo) y Carolina Herrera (Donde el bosque se espesa).

Entre los estrenos europeos encontramos ¡Va por nosotras!, comedia francesa de 2019 que arranca cuando una pequeña ciudad decide crear un equipo de fútbol femenino después de que el equipo original quede descalificado por insultar al árbitro durante un importante partido. Pero en una localidad donde este deporte siempre ha sido cosa de hombres, este nuevo estatus de las mujeres va a poner patas arriba la vida de sus habitantes. Mohamed Hamidi (La vaca) dirige este film protagonizado por Kad Merad (Mi familia del norte), Alban Ivanov (El gran baño), Céline Sallette (El hombre del corazón de hierro), Sabrina Ouazani (Hermanas por sorpresa) y Laure Calamy (La última locura de Claire Darling), entre otros.

Desde Australia nos llega Judy & Punch, comedia dramática de 2019 que escribe y dirige Mirrah Foulkes, siendo la primera vez que se pone tras las cámaras de un largometraje. Ambientada en el mundo del crimen, y combinando fantasía y absurdo, esta reinvención de la historia sigue a los dos titiriteros del título en su intento por resucitar su show de marionetas. El espectáculo es un éxito debido a la superioridad de los títeres, pero la ambición de Punch y su inclinación por una bebida conducen a un giro desafortunado que Judy deberá vengar. Mia Wasikowska (El hombre del corazón de hierro), Damon Herriman (Érase una vez… en Hollywood), Benedict Hardie (Upgrade), Eddie Baroo (Reaching distance) y Tom Budge (Son of a gun) encabezan el reparto.

El último estreno de este miércoles es Abou Leila, film escrito y dirigido por Amin Sidi-Boumédiène, quien de este modo debuta en el largometraje. Con capital argelino, francés y qatarí, este drama con toques de thriller y misterio se ambienta en la Argelia de 1994, cuando en plena oleada de ataques terroristas dos hombres emprenden un viaje por el desierto en busca del autor de uno de esos ataques. Pero a medida que avanzan en su búsqueda todo se vuelve más y más extraño. Entre los principales actores encontramos a Slimane Benouari, Lyès Salem (Sparring), Azouz Abdelkader, Fouad Megiraga y Meriem Medjkrane (L’Oranais).

Viernes 28 de agosto

Respecto al resto de estrenos, Orígenes secretos es un thriller de acción y aventuras español que llega el viernes a Netflix. David Galán Galindo (Al final todos mueren) dirige esta adaptación de su propia novela que tiene como protagonistas a un joven policía recién llegado a Madrid y a un entrañable friki dueño de una tienda de cómics que deberán colaborar para resolver una serie de asesinatos que recrean los Orígenes Secretos de los superhéroes clásicos. Cada muerte es una pieza de un puzzle que les llevará por un complejo laberinto en cuya salida les espera el asesino. El reparto está encabezado por Javier Rey (El silencio de la ciudad blanca), Brays Efe (serie Paquita Salas), Verónica Echegui (Réquiem por un asesino), Antonio Resines (La pequeña Suiza), Ernesto Alterio (Un mundo normal), Carlos Areces (Tiempo después) y Leonardo Sbaraglia (La red avispa).

Otra de las novedades del próximo viernes es Get duked!, comedia británica de 2019 con tintes de acción y terror que llega a Prime Video. Escrita y dirigida por Ninian Doff, que de este modo debuta en el largometraje, la trama gira en torno a cuatro adolescentes de Glasgow que viajan hasta Escocia para firmar hierba en plena naturaleza. Sin embargo, una vez allí se verán perseguidos por un grupo de mayores enmascarados muy aficionados a la caza… humana. Eddie Izzard (Day out of days), Kate Dickie (La bruja), James Cosmo (Tomorrow), Kevin Guthrie (Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald), Jonathan Aris (La muerte de Stalin) y Alice Lowe (Sometimes always never) encabezan el reparto.

‘Dunkerque’: los silenciosos tiempos de la guerra


Hace ya tiempo que entrar en una sala de cine para ver una película de Christopher Nolan (El truco final) es de por sí una experiencia multisensorial. Visualmente poderosas, el uso del sonido y de los efectos potencian una narrativa suficientemente impactante y sólida por sí sola. La última cinta del realizador británico viene a confirmar un secreto a voces: que estamos ante el que posiblemente sea el mejor director de su generación y, hasta cierto punto, un heredero de Stanley Kubrick (La chaqueta metálica).

La labor de Nolan tras las cámaras de Dunkerque alcanza su máxima expresión en todos los aspectos. Con una historia tan sencilla como compleja de narrar por la cantidad de escenarios y personajes necesarios para representar la acción, el director se limita a hacer lo que mejor sabe hacer: atenazar al espectador con unos planos espectaculares y sobrecogedores, aferrarlo a su asiento con la tensión dramática y la angustia de unos hombres a merced de la suerte y de un aciago destino del que no parece que puedan escapar. Con pocos diálogos, la cinta apuesta por potenciar el sonido de un modo cuanto menos particular. Sin grandes fanfarrias ni estruendos innecesarios, los graves provocados por los motores de los aviones, los impactos de bala o los estallidos de las bombas mantienen prácticamente todo el relato con un trasfondo tenso no apto para personas que se angustien fácilmente.

A esta narrativa se suma, para rizar el rizo, el particular gusto de los hermanos Nolan por los tiempos de la narración. Si bien al comienzo puede despistar, el uso de secuencias clave permite al espectador recomponer el puzzle que representa este rescate de más de 300.000 personas de una playa a través de la visión de un puñado de personajes repartidos por tierra, mar y aire. De este modo, y más allá del relato, el film se despliega como un mapa a descifrar que hace aún más interesante, si cabe, una trama carente de grandes giros argumentales o enemigos a las puertas, pero enriquecido con un dramatismo propio de los films que forman parte de la historia. Y es aquí donde radica la magia del genio de Nolan, en ser capaz de permitir al espectador desentrañar de forma gradual la maraña narrativa que parece mostrar en un principio (y la palabra clave es «parece»).

Puede que Dunkerque no sea una película perfecta. De hecho, en este juego narrativo con tantos y variopintos personajes donde los diálogos brillan por su ausencia en buena parte del metraje, los protagonistas son los que peor parados salen. Tantos roles impiden una buena definición de ellos, aunque sí lo suficiente como para dotar al conjunto de la profundidad dramática necesaria. Es un mal menor y necesario en una épica obra como esta que sobrecoge, hipnotiza y enamora a partes iguales. Que Nolan haya vuelto a crear una obra extraordinaria empieza a ser algo habitual. Que lo haga con géneros tan dispares como sus últimas obras le acerca un poco más al Olimpo de los grandes directores de la historia del cine.

Nota: 9/10

Sobrevivir en ‘Dunkerque’ a ‘Una noche fuera de control’


El mes de julio va a terminar por todo lo alto en lo que a estrenos se refiere. Más concretamente, en lo que a películas importantes para el gran público se refiere. Eso sí, dos títulos muy diferentes entre sí. El que llega este viernes, día 21, está precedido por el renombre de su director, la calidad de sus estrellas y la temática escogida. Pero por supuesto, no es la única novedad. El terror, el drama y la comedia también están muy presentes entre los títulos que llegan a la cartelera.

Pero comencemos con Dunkerque, título de lo nuevo de Christopher Nolan (Interstellar) que, en esta ocasión, también se encarga del guión en solitario. La historia narra un acontecimiento de la II Guerra Mundial, en concreto la evacuación de la ciudad francesa de Dunkirk, cuya traducción al castellano da nombre al film. Atrapados en una playa y rodeados de alemanes, los soldados aliados de Francia, Bélgica y Reino Unido tuvieron que resistir los ataques enemigos en una dura batalla mientras eran evacuados en todo tipo de embarcaciones, entre ellas barcos de pescadores. Acción y drama se dan cita en esta película producida entre Estados Unidos, Reino Unido, Francia y los Países Bajos, y protagonizada por Tom Hardy (El renacido), Mark Rylance (El puente de los espías), Kenneth Branagh (Mi semana con Marilyn), Aneurin Barnard (Cosecha amarga), Cillian Murphy (En el corazón del mar), James D’Arcy (Gernika), Fionn Whitehead y el cantante Harry Styles.

Muy diferente es Una noche fuera de control, comedia al más puro estilo Resacón en Las Vegas (2009) protagonizada en esta ocasión por cinco mujeres que se reúnen tras 10 años sin contacto para celebrar un fin de semana de solteras. La noche se tuerce cuando matan por accidente a un stripper, lo que desencadenará una noche en la que todo lo que puede pasar terminará pasando, aunque sea de lo más inverosímil. Lucia Aniello (serie Broad City) dirige esta producción puramente estadounidense que cuenta en su reparto con Scarlett Johansson (Ghost in the Shell), Kate McKinnon (Fiesta de empresa), Zoë Kravitz (Animales fantásticos y dónde encontrarlos), Jillian Bell (Los tres reyes malos), Ilana Glazer (How to follow srangers), Demi Moore (Como reinas) y Ty Burrell (serie Modern family).

El terror y la fantasía tienen en Siete deseos a su máximo representante este fin de semana. Dirigida por John R. Leonetti (Annabelle), esta producción norteamericana arranca cuando una joven recibe un regalo muy especial de su padre, una caja de música con una misteriosa inscripción en la que explica que hará realidad todos los deseos de su propietario. Poco a poco la chica descubre que, en efecto, es capaz de hacer realidad todo lo que pida, pero será consciente también del alto precio que deberá pagar por ello. Sherilyn Fenn (Todo por un sueño), Joey King (Independence Day: Contraataque), Ryan Phillippe (Catch Hell), Elisabeth Röhm (serie Jane the virgin) y Ki Hong Lee (El corredor del laberinto) encabezan el reparto.

Estados Unidos, Reino Unido y la República Dominicana producen A 47 metros, film que combina terror y drama que gira en torno a dos hermanas que, durante una expedición de buceo para observar tiburones, se quedan atrapadas en la jaula al romperse el cable y caer hasta las profundidades del mar. Comenzará a partir de ese momento una lucha por tratar de salir y escapar de los tiburones antes de que se les acabe el oxígeno. Johannes Roberts (El otro lado de la puerta) es el encargado de dirigir esta cinta protagonizada por Mandy Moore (Hasta que el cura nos separe), Claire Holt (serie Pequeñas mentirosas), Matthew Modine (serie Stranger Things), Yani Gellman (Lizzie Superstar) y Santiago Segura (que no es el actor y director español).

Reino Unido también está presente, junto a India, en el drama biográfico El último virrey de la India, film que narra los últimos años de Reino Unido en el país asiático y el final del Imperio a través de la historia de Lord Mountbatten, que asumió el puesto de último Virrey, y uno joven criado hindú que se enamora de una chica musulmana, y cuyo amor se verá en medio del conflicto social que se desata. Dirigida por Gurinder Chadha (Bodas y prejuicios), la película cuenta en su reparto con Gillian Anderson (serie La caza), Hugh Bonneville (serie Downton Abbey), Manish Dayal (Un viaje de diez metros), Huma Qureshi (White) y Michael Gambon (El cuarteto).

Antes de entrar en los estrenos puramente europeos, un remake. Inseparables es el título de la versión argentina de Intocable (2011), comedia con ciertas dosis de drama que, en esta ocasión, narra cómo un acomodado hombre de negocios se queda tetrapléjico tras un accidente, por lo que se ve obligado a contratar un ayudante terapéutico. El elegido será el ayudante de su jardinero. Esta nueva versión está dirigida por Marcos Carnevale (El espejo de los otros) y protagonizada por Oscar Martínez (Relatos salvajes), Rodrigo de la Serna (Cien años de perdón), Carla Peterson (Las insoladas), Alejandra Flechner (Antes), Malena Sánchez (Cromo) y Rita Pauls (Mate-me por favor).

Posiblemente la película más internacional de la semana sea Sieranevada, comedia dramática de corte familiar producida entre Rumanía, Bosnia Herzegovina, Francia, Croacia y Macedonia cuya historia gira en torno a una reunión familiar para honrar la muerte de uno de sus miembros. Reunión que se produce tres días después del atentado de Charlie Hebdo y cuarenta desde el fallecimiento del difunto. Cristi Puiu (Offset) escribe y dirige este film protagonizado por Mimi Branescu (Tatal fantoma), Bogdan Dumitrache (Loverboy), Dana Dogaru (Francesca) y Sorin Medeleni (Pacala se întoarce).

Puramente europea es Mara y el señor del fuego, fantasía producida en Alemania en 2015 que dirige Tommy Krappweis (Berndi Broter und der Kasten der Katastrophen) a partir de una novela que él mismo escribió. La trama arranca cuando una joven que sufre acoso en el colegio, y cuya madre parece más preocupada en la espiritualidad que en sus necesidades, empieza a tener visiones sobre monstruos, antiguos dioses y héroes. Con la ayuda de un profesor descubrirá que ella es la única capaz de evitar el Ocaso de los Dioses al poder viajar al pasado y al presente. El reparto está encabezado por Lilian Prent, Christoph Maria Herbst (La casa de los cocodrilos), Esther Schweins (Los Cocodrilos atacan de nuevo), Jan Josef Liefers (RAF Facción del ejército rojo) y Eva Habermann (Ossi’s Eleven).

Desde Israel llega Asuntos de familia, drama que gira en torno a una pareja que vive en el Nazaret actual soportando el peso de la rutina. Sus hijos, sin embargo, viven una vida mucho más enajenada al otro lado de la frontera. Escrita y dirigida por Maha Haj, quien debuta de este modo en el largometraje, la cinta cuenta entre sus actores con Amer Hlehel (Amerrika), Doraid Liddawi (serie Tyrant), Mahmoud Shawahdeh y Saana Shawahdeh (Ish lelo selolari).

Y solo en salas seleccionadas podrá verse durante una semana un reestreno de Ikarie XB1, film de la República Checa realizado en 1963 cuya influencia en algunos de los grandes títulos del género es incuestionable. Dirigida por Jindrich Polák (serie Los visitantes) a partir de una novela de Stanislaw Lem, la historia se centra en un viaje espacial en el siglo XXII para encontrar formas de vida alienígenas. Durante el trayecto, que dura quince años, la tripulación deberá enfrentarse a varias situaciones, desde un aparato espacial del siglo XX hasta la aparición del síndrome de «estrella negra», pasando por la inestabilidad mental de uno de los pasajeros. La cinta está protagonizada por Irena Kacírková (Nevera), Dana Medrická (El príncipe impostor), Frantisek Smolík (Vyssí princip) y Zdenek Stepánek (Pouta).

En lo que a documentales se refiere, dos propuestas. La primera es Kedi, producida entre Estados Unidos y Turquía y cuyo argumento se centra en la vida de los gatos en Estambul. Ceyda Torun debuta en el largometraje con esta obra.

Por último, la argentina Todo sobre el asado, dirigida a cuatro manos por Mariano Cohn y Gastón Duprat (El ciudadano ilustre), viaja a la Argentina profunda para abordar la tradición del asado, una comida que en varios puntos del país es más un ritual. A través de la mezcla de realidad y ficción, y con un toque cómico, la cinta desgrana las claves de la identidad nacional argentina.

‘Origen’, o la influencia del subconsciente en el tiempo y el espacio


'Origen' es uno de los films más complejos de Christopher Nolan.Ya he comentado alguna vez en este pequeño rincón de Internet que prácticamente todos los directores basan su filmografía en la obsesión por un concepto. Steven Spielberg (Lincoln), por ejemplo, se asocia normalmente con la familia y todo lo que eso conlleva; Martin Scorsese (Casino) es sinónimo de mafia; Woody Allen (Midnight in Paris) es la viva imagen del nerviosismo y la psicología. Evidentemente, filmografías tan ricas no pueden definirse por completo en base a estas ideas, pero sí que permite hacernos una idea de cuál es el sentido general de sus películas, al menos de la gran mayoría o, en todo caso, de las más aclamadas. Hace ahora algo más de dos años, cuando estaba a punto de estrenarse El caballero oscuro: La leyenda renace, titulaba una entrada de la siguiente manera: «Christopher Nolan, o la revolución del suspense y del thriller«, en la que mencionaba como una de sus obras más completas Origen (2010). Pero tras este título se esconde algo más.

De hecho, si atendemos a lo dicho en esa pequeña introducción, a Christopher Nolan se le puede asociar con una obsesión por el uso del tiempo, por su relatividad y los efectos que esto causa en la narrativa cinematográfica. Su más reciente película, Interstellar, sigue esta senda, aunque es el film protagonizado por Leonardo DiCaprio (El lobo de Wall Street) el que puede considerarse como la máxima expresión de este concepto. La historia, desde luego, no deja lugar a dudas: un ladrón de guante blanco especializado en robar ideas del subconsciente a través de los sueños es contratado para introducir una idea en la mente de un empresario y generar así una reacción en cadena. Sin embargo, para lograrlo deberá introducirse en profundos niveles del subconsciente a los que nunca había llegado, creando un sueño dentro de otro sueño y poniendo en peligro su propia conciencia al existir una alta probabilidad de que no llegue a despertar nunca.

Es precisamente esta idea de un sueño dentro de otro lo que permite al director y guionista (esta vez sin su hermano, Jonathan Nolan, autor de la serie Person of interest) manejar el tempo narrativo a su antojo. No se trata de una ruptura como la que lleva a cabo Tarantino en sus films, sobre todo en Pulp fiction (1994), sino de jugar con las diferentes realidades que ofrece una visión del tiempo diferente. El hecho de que los diferentes espacios posean un paso del tiempo distinto pero influyan notablemente unos en otros genera un contraste visual cuyas posibilidades son casi infinitas, pues lo que el director maneja no son dos dimensiones (espacio y tiempo), sino tantas como desee (varios espacios y un tiempo visto desde diferentes perspectivas). El ejemplo más evidente en Origen es su clímax, en el que se combinan hasta tres niveles de conciencia en un único espacio de tiempo que transcurre de forma distinta en cada nivel, produciendo situaciones tan interesantes como complejas.

Todo ello, aplicado al thriller y al suspense, es lo que genera una revolución conceptual de un género en cuyas bases ya se encuentra, por su propia definición, un cierto manejo del espacio y del tiempo para crear elipsis e intriga. Se puede decir, por tanto, que esta vuelta de tuerca del director de Memento (2000) es un salto cualitativo del género, o al menos una visión algo más compleja de los pilares narrativos del mismo. Y eso es algo que puede verse en todos sus films, siendo la trilogía de Batman la más académica en este sentido. El sentido del drama, además, adquiere especial relevancia a medida que se desarrolla la trama, pues la complejidad que poco a poco se adueña del relato ofrece una concepción más completa del sentido general del film que nos ocupa. No obstante, es conveniente aclarar que la propia estructura de la película ya posee una cierta idea atípica del tiempo narrativo.

Recuerdos, sueños y realidad

En el caso de Origen esta idea atípica reside tanto en la temática que centra su desarrollo dramático como en la forma narrativa escogida. Como si de un aviso se tratara, Nolan comienza por una secuencia que no se corresponde con el inicio de la historia del protagonista, sino con un momento intermedio del film. Esta idea de «comenzar por el final», o por el medio, predispone al espectador a una historia ya de por sí compleja, haciéndole partícipe además de toda la teoría psicológica y moral que se esconde tras estos viajes por el subconsciente y el mundo de los sueños. Pero en relación a esa complejidad que ya he comentado hay que destacar, entre otras cosas, todo lo que rodea al manejo del espacio y del tiempo que caracterizan al film, y que no es otra cosa que el auténtico tiempo del ser humano, es decir, pasado, presente y futuro.

El director juega en el film con los recuerdos y la realidad hasta el punto de convertirlos en una suerte de sueños para el espectador. Sus saltos temporales hacia el pasado y hacia los recuerdos generan en el desarrollo de la trama un doble efecto. Por un lado, rompen la narrativa desde un punto de vista conceptual y puramente académico; por otro, establecen una serie de puentes entre diferentes puntos relevantes de la narrativa que no solo explican los acontecimientos, sino que dotan al conjunto de una entereza y suavidad formal que, por ejemplo, no tiene el film de Tarantino antes mencionado. Este manejo de la narrativa y de los tempos es lo que convierte a Christopher Nolan en un maestro, y a este film en uno de los más interesantes y atractivos de su filmografía que, por cierto, no supera la decena de títulos.

Aunque puede que la otra consecuencia sea aún más notable. El constante paso de la realidad al subconsciente, del presente al pasado, de lo real a lo irreal, termina por saturar la historia y crear en el espectador un caos controlado de ideas e impresiones. O lo que es lo mismo, es un film tan rico en ideas que obliga al espectador a pensar mientras atiende al film, creando sus propias conclusiones y sus propias interpretaciones de lo que ocurre en pantalla. Esto hay que sumarlo a un final abierto que puede no gustar al no tener una explicación directa, pero que supone el broche perfecto a una película que en todo momento juega con los riesgos de caer en un laberinto de sueños, subconscientes y muertes en vida. La necesidad de los personajes de aferrarse a una especie de tótem se convierte, en definitiva, en la necesidad del público de aferrarse a un final sólido, real y tangible. Una identificación que apela, como no podía ser de otro modo, a nuestro subconsciente.

El uso que hace Christopher Nolan del tiempo no se centra, por tanto, en la narrativa. Al menos no en primera instancia. Origen, como máximo representante de esta idea, enfoca su trama hacia un manejo del tiempo como concepto que afecta a los personajes, y por extensión a la trama. A diferencia de otros directores y películas, esta historia de ladrones, subconscientes y mundos oníricos busca en todo momento definir la influencia del tiempo y del espacio en los protagonistas y en la situación que viven, creando de este modo una serie de mundos paralelos que influyen unos en otros. No se trata, en definitiva, de un manejo del tiempo, sino de exponer la influencia del tempo en la historia. Si a esto añadimos una estructura narrativa sólida y unos personajes elaborados, nos encontramos con un film complejo e interesante en todos sus aspectos, niveles y subniveles.

‘Interstellar’: los Nolan crean una nueva odisea en el espacio


MAtthew McConaughey y Anne Hathaway son los principales protagonistas de 'Interstellar'.Hay películas que desde el primer fotograma se intuyen épicas, atemporales. Películas que, independientemente de su magnitud o de su presupuesto, tienen eso que muy pocas historias logran hoy en día: magia. Los hermanos Nolan, pues a pesar del genio individual de cada uno dependen mucho uno del otro, pertenecen a ese pequeño grupo capaz de narrar las historias más fantásticas e inverosímiles de la forma más humana posible. Con su última película van un paso más allá, utilizando la majestuosidad y grandiosidad del espacio para, en definitiva, adentrarse en los conflictos emocionales de un padre y una hija a través del espacio y del tiempo.

Y como todo artista que se precie, sabe reconocer que muchos otros antes que él han abonado el terreno que ahora él trabaja. O lo que es lo mismo, Christopher Nolan (Insomnio), en su calidad de director, es consciente de que las odiseas espaciales tienen un referente cultural inamovible, por lo que la mejor manera de triunfar es homenajeando el clásico de Stanley Kubrick. En cierto modo, Interstellar puede entenderse como una versión moderna y algo menos conceptual de 2001: Una odisea en el espacio, con las distancias más que evidentes que las separan en materia argumental y dramática. Pero a pesar de dichas diferencias, las influencias y las referencias son más que evidentes. Desde la estructura de su tercio final hasta detalles como los robots que acompañan la misión (una especie de fusión entre el monolito y HAL 9000), el film posee ese aire clásico y vanguardista que define al film de Kubrick.

Pero esta odisea moderna creada por los Nolan va más allá. Con un comienzo algo lento pero magistralmente elaborado, la película es una reflexión sobre la relatividad del tiempo y cómo eso afecta a los seres humanos. También es un intenso drama familiar en el que la mayor tragedia no es la separación entre padre e hija, sino las promesas difíciles de cumplir y los sacrificios de nuestra propia vida para salvar toda una especie. Los dilemas morales que se suceden en la historia, combinados con esa obsesión de director y guionista con el paso del tiempo y sus diferentes dimensiones, otorgan al conjunto un sentido grandilocuente de una historia que casi podría considerarse intimista. Todo ello con el trasfondo de la ciencia y el misterio de los agujeros negros, lo que por cierto genera uno de los mejores puntos de giro que tiene el film.

Estamos, por tanto, ante una de esas historias que tienen todos los elementos para convertirse en un clásico. Incluso en un referente. Aunque al igual que ocurre en Interstellar, solo el paso del tiempo permitirá saber si el film ha alcanzado ese lugar en el que pueda subsistir una vez su vida actual termine. Desde luego, los fans de Christopher Nolan (y de su hermano, aunque no sean conscientes) encontrarán en esta epopeya de ciencia ficción uno de los relatos más sólidos, emotivos y espectaculares de los últimos años. Los premios deberían caer por el propio peso de la gravedad, aunque como suele ocurrir con estas películas, posiblemente se queden orbitando. Por supuesto, eso no resta ningún mérito a lo que se puede disfrutar durante casi tres horas que apenas se notan.

Nota: 8,5/10

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