1ª T. de ‘The last of us’, drama humano en un mundo deshumanizado


Pedro Pascal y Bella Ramsey protagonizan la primera temporada de 'The last of us'

Confirmada la segunda temporada para 2025, es buen momento para analizar una de las mejores producciones televisivas de los últimos años. Más allá del videojuego en el que se basa, The last of us es, ante todo, una experiencia sensorial, un viaje emocional del espectador acompañando a unos personajes tan complejos como el mundo en el que viven. La primera temporada, lejos de ser una clásica producción de ciencia ficción, se revela más como un drama humano en un entorno totalmente deshumanizado.

Para aquellos que todavía no hayan visto esta creación de Neil Druckmann (autor del videojuego) y Craig Mazin (serie Chernobyl), la trama está ambientada en un mundo devastado por la plaga de un hongo que convierte a los humanos en una suerte de zombies. En este contexto, un hombre que debe acompañar a una niña que parece inmune a este hongo para poder desarrollar una cura, atravesando un Estados Unidos en el que humanos y zombies son igual de peligrosos. Y en esta última idea está la clave de esta primera temporada de 9 episodios. Lo interesante, como ocurre en este tipo de ficciones (pienso en la serie The Walking Dead, sin ir más lejos), es que son más importantes los personajes que los efectos visuales, que son impecables, dicho sea de paso. Pero son, al fin y al cabo, el contexto en el que desarrollar un conflicto y unos arcos dramáticos únicos, así como presentar la evolución que vive la pareja protagonista, interpretada por Pedro Pascal (serie The Mandalorian) y Bella Ramsey (serie Juego de Tronos).

Más allá de la labor de ambos actores, que están extraordinarios, lo que aporta valor a The last of us es el modo en que ambos personajes transforman una relación que comienza siendo por necesidad para terminar en afecto. Y en esto juega un papel fundamental el trasfondo emocional de ambos, sobre todo del rol al que da vida Pascal. Un hombre marcado por la pérdida constante de aquellos a quienes ama que se debate entre el cariño que le coge a la joven y el miedo a perder a otra persona más. El modo en que esto está narrado es una de las características de esta ficción. La serie aprovecha todo este bagaje emocional para mostrar, a través de flashbacks, cómo ha ido cambiando el personaje en un mundo que ha cambiado con él. Desde ese primer Día 0 de la infección, con el caos y la brutalidad que conlleva, esta primera tanda de episodios se afana en introducir al espectador en un universo transformado donde la sociedad desaparece casi al mismo tiempo que la humanidad del protagonista. Y con «humanidad» me refiero a su capacidad de sentir afecto por alguien.

La labor de Pascal, unida a la frescura y naturalidad que aporta Ramsey a su personaje, permite construir los cimientos de una historia que se aleja del terror con cada episodio para volverse más y más emotiva, en la que los seres humanos son, como ocurre muchas veces, una amenaza mayor que cualquier monstruo. Quizá lo que se podría afear a esta primera etapa es que el contexto social no queda definido con claridad. Es cierto que, a grandes rasgos, la estructura social y los grupos que la integran queda más o menos claros, pero la trama se centra tanto en los dos protagonistas que el resto quedan apenas dibujados en trazos gruesos. Y sí, contribuyen a expandir el universo en el que se enmarca esta narrativa, pero no entran al detalle de algunas ideas que solamente se plantean. Es de suponer que muchas de estas tramas secundarias se explorarán en las futuras temporadas.

El mundo se ha vuelto un lugar hostil en la primera temporada de 'The last of us'

Silencio

En realidad, nada de esto es exclusivo de The last of us. Series como la ya mencionada The Walking Dead basan su éxito en la calidad de los personajes, su complejidad y la amenaza que supone el ser humano, mucho mayor que los peligros que se encuentran en el mundo exterior. Pero la producción de Druckmann y Mazin tiene algo diferente, y es el silencio. Silencio en muchos sentidos. Para empezar, el más evidente, el literal. No se trata de que los personajes vivan sin decir una palabra, sino que el hongo es capaz de detectarles a kilómetros gracias a las conexiones y ramificaciones que extiende por el mundo. Este detalle, magníficamente trabajado en muchos episodios, aporta un suspense incomparable y genera algunas de las mejores secuencias de estos 9 capítulos. Pero a parte de esto, también está aquello que los personajes se guardan para ellos mismos, una censura autoimpuesta que se va resquebrajando poco a poco y que permite al espectador adentrarse un poco más en la complejidad de sus emociones.

Cabe señalar igualmente el modo en que está planteada la estructura narrativa de la serie. Si bien es cierto que el viaje físico y emocional de los protagonistas es el vehículo conductor de la trama, prácticamente cada episodio dedica buena parte de su metraje a abordar el pasado. En algunos casos, como el emotivo tercer capítulo, este viaje al pasado es casi la temática completa de la historia, mientras que en otros se convierte en un recurso narrativo para ahondar en los conflictos internos de los héroes y en otros, directamente, es una premisa inicial para explorar viejas heridas no cerradas. A través de este recurso, la ficción se erige como un complejo mapa emocional, tan complejo como el mapa social en el que se mueve la pareja protagonista y como el mapa físico en el que deben sobrevivir.

Y antes de terminar, quiero detenerme en los secundarios que mencionaba anteriormente. Como en cualquier producción, hay secundarios con más peso que otros, y aunque en líneas generales todos ellos tienen una definición algo esquemática, es importante analizar el rol que juegan los personajes interpretados por Anna Torv (serie Fringe) y Gabriel Luna (Terminator: Destino oscuro), ya que son complementarios. El primero es, en cierto modo, motor de la historia, primero de forma activa y luego de forma pasiva; el segundo es, por decirlo de algún modo, un macguffin, ese objetivo que persigue el protagonista y que va más allá, en este caso, de la misión principal que tiene. Ambos secundarios, cada uno desde una perspectiva, impulsan la trama, tirando de dos extremos diferentes que generan, aunque sea de forma parcial o puntual, un conflicto que tiene una representación física y psicológica, o dicho de otro modo, un conflicto externo y su reflejo a nivel interno.

Todo ello construye una primera temporada de The last of us brillante, espléndida en muchos momentos y prácticamente perfecta en muchos otros. Es cierto que al centrarse en la pareja protagonista, los episodios no dedican demasiado tiempo a desarrollar otros personajes y, por consiguiente, el trasfondo del universo en el que se desarrolla no está demasiado desarrollado. Tampoco es que sea necesario, ya que la fuerza de la trama principal es tal que el resto de elementos, a poco que se planteen en la historia, cumplen su función. En realidad, son aspectos en los que se irá profundizando a medida que se avance en la historia y se vayan introduciendo nuevos personajes. Por el momento, el comienzo de este universo postapocalíptico es una obra imprescindible.

‘Hasta el fin del mundo’: una mujer en un mundo de hombres


Vicky Krieps y Viggo Mortensen dan vida a la pareja protagonista de 'Hasta el fin del mundo'

No descubro nada si digo que Viggo Mortensen es una de las mayores estrellas actuales del séptimo arte. Una estrella algo alejada de los focos y de las grandes superproducciones desde que protagonizara la trilogía de El Señor de los Anillos, pero estrella al fin y al cabo. Por eso siempre genera curiosidad descubrir otra faceta suya, en este caso la de director y guionista. Curiosidad que queda más que satisfecha con su segunda incursión tras las cámaras.

En un panorama lleno de producciones juveniles, Hasta el fin del mundo es una suerte de faro en medio de la oscuridad. O una isla en el océano, si se prefiere. Tiene todos los ingredientes para diferenciarse de lo que suele llegar a las salas de cine: madurez, género western, una narrativa atípica, un ritmo pausado… Desde luego, quienes busquen acción a raudales mejor que se entretengan con otra cosa, porque lo que plantea Mortensen es más bien una reflexión sobre las decisiones del ser humano y cómo estas condicionan no solo nuestra vida, sino la de todos los que nos rodean. Y aunque el es, aparentemente, el gran protagonista de la trama, lo cierto es que el peso narrativo y la fuerza del relato la lleva sobre sus hombros la inmensa Vicky Krieps (Tiempo), cuyo personaje se termina revelando como el verdadero motor dramático.

No solo eso. Es su personaje el que realmente refleja el mensaje de un film que, ambientado en un mundo de hombres, busca mostrar la fortaleza de una mujer diferente, capaz de enfrentarse al orden establecido y de detonar una serie de cambios poco habituales en el género. Si a esto sumamos el modo en el que Mortensen plantea el relato, con un constante flashback durante un viaje a caballo con su hijo que recuerda poderosamente a su papel en La carretera (2009), nos encontramos con un film que exige al espectador algo más que la atención justa entre palomita y palomita. Exige, en definitiva, un amor por el relato y una reflexión propia sobre las decisiones del protagonista. Es cierto que a la cinta puede faltarle algo más de trasfondo en unos secundarios dibujados como parte del escenario, pero al final cumplen la función de contribuir al drama protagonizado por Mortensen y Krieps, por lo que puede pasarse por alto.

Hasta el fin del mundo es una obra adulta, madura, con un sabor tan clásico que parece realizada hace décadas. Eso no significa que su narrativa sea anticuada o esté anquilosada, al contrario. Visualmente es muy poderosa, demostrando que en Viggo Mortensen no solo hay un gran actor, sino un director con voz propia y que tiene algo que decir. Y en este caso, aunque pueda parecer lo contrario, lo que dice es un alegato a favor de la mujer, de su independencia y de la dureza de una vida en el Oeste. El escenario se convierte en un personaje más que evoluciona, como el resto, gracias a la mano del personaje de Krieps, reflejando así el papel de la mujer en la evolución de la sociedad. Es, en definitiva, una película notable más que recomendable.

Nota: 7,5/10

‘Immaculate’: ciencia y religión


Sydney Sweeney protagoniza 'Immaculate'

De un tiempo a esta parte se están estrenando muchos títulos de características similares: monjas embarazadas y un cuerpo eclesiástico con sospechosos vínculos con el demonio. Siempre he creído que el cine es reflejo de la sociedad, de sus inquietudes y de sus valores, así que no sé si eso tendrá algo que ver. Lo que sí está claro es que la película que ahora nos ocupa es algo diferente en este ecosistema tan concreto de terror, hábitos y sangre.

Eso no quiere decir que Immaculate sea una buena película. De hecho, se mueve mucho por los terrenos comunes de este tipo de films, con personajes que aterrorizan casi más por su aspecto que por sus acciones, y con escenarios que inquietan solo con existir. Pero el film dirigido por Michael Mohan (Los voyeurs) tiene algo más. No mucho, pero sí lo suficiente como para distinguirse de, por ejemplo, La primera profecía, estrenada esta unas semanas antes. Y es el hecho de que la historia mezcla en su explicación ciencia y fe, alejando de su resolución todo elemento fantástico de demonios y bestias que fecundan a inocentes devotas de Dios. Se trata, en definitiva, de mostrar los miedos de mezclar futuro y creencias arcaicas, y lo que eso puede terminar provocando.

El problema del guion es que su desarrollo no es acorde a esta idea final. Más bien al contrario. A pesar de que juega bien con el miedo y el doble sentido de un embarazo siendo virgen, la trama se mantiene en escenarios, escenas y personajes comunes a otros films, lo que la hace tremendamente previsible. Tal vez eso sea lo que da al final un mayor grado de sorpresa, y es de agradecer, pero resta interés al resto. Tampoco contribuye una protagonista como Sydney Sweeney (Cualquiera menos tú), que a pesar de su empeño en sacar el proyecto adelante, no termina de llenar un personaje protagonista que en muchos momentos parece exigir algo más de intensidad emocional. El hecho de que se mueva por la pantalla con una cara de tristeza inmutable no es, digamos, lo que pide un film de estas características. De hecho, sus momentos finales y la decisión que toma bañada en sangre es lo mejor de su personaje.

No se puede decir que Immaculate sea una gran película de terror. Ni siquiera una buena película de terror. Tampoco es que no se pueda ver. Al menos ofrece algo diferente. Los amantes del género posiblemente encuentren en ella algo relevante, o por lo menos algo a lo que agarrarse. El resto es más que probable que salgan de la sala del cine o del sofá de su casa con una sensación de haber visto más de lo mismo. La realidad, como ocurre muchas veces, está en un punto intermedio. Esta película protagonizada e impulsada por Sweeney no deja de ser una alternativa que, visto el desenlace final, podría haber dado algo más de sí. Pero nace y se desarrolla bajo las faldas de los arquetipos, y en este caso no sale del todo bien.

Nota: 6/10

‘El especialista’: pulgar hacia arriba


Ryan Gosling y Emily Blunt protagonizan 'El especialista'

Encontrar el equilibrio entre el entretenimiento y la historia en el cine es, posiblemente, la tarea más compleja de todas. Saber contar una historia y, sobre todo, saber adaptar el modo de narrar al relato es lo que puede arruinar o encumbrar un film. Por eso, lo nuevo de David Leitch (Bullet train) funciona como un reloj.

Es muy posible que los detractores de El especialista acusen al film y a su director de tener una trama simplona y algo infantil, con unos actores que no se toman en serio ni a sí mismos y efectos especiales a raudales. Y sí, algo de eso hay. El argumento es sencillo a más no poder, y su desarrollo argumental es… bueno, dejémoslo en previsible. Pero precisamente por eso, Leitch aprovecha la ocasión para dar rienda suelta a un lenguaje audiovisual que aprovecha al máximo el concepto del metalenguaje con el que juega una película ambientada en el mundo del cine y con un doble de acción como protagonista. Esta idea del cine dentro del cine se desarrolla a lo largo de todo el film y se extiende a otros conceptos cinematográficos, narrando visual y conceptualmente lo mismo que se cuenta en los diálogos de los personajes.

En realidad, en otro contexto esto sería un punto negativo. Si algo tiene el cine es que lo que dicen los personajes nunca es lo que realmente quieren expresar, estableciéndose un doble lenguaje y un subtexto que enriquece la trama. Sin embargo, en un film que ahonda en el cine, que un personaje le hable al protagonista de unicornios y él vea, literalmente, un unicornio, da una vuelta de tuerca a ese subtexto, convirtiendo el relato en una suerte de crítica ácida no solo al star system de Hollywood (las referencias cinematográficas a estrellas y grandes títulos del cine son constantes), sino al propio concepto del «cine elevado». Y esto, no por casualidad, es lo que hace que este film sea algo más que una parodia de acción.

Y sí, evidentemente El especialista es una comedia de acción que parodia muchas ideas del séptimo arte. Sin ir más lejos, la cinta que están rodando, con sospechosas similitudes visuales y sonoras con el Dune de Denis Villeneuve. Pero es que está diseñada de forma consciente para eso, para reírse hasta de sí misma. Y ese juego que mezcla metalenguaje cinematográfico, simplicidad narrativa, una apuesta visual relativamente arquetípica y un reparto que disfruta con lo que hace es lo que convierte este film en una obra diferente, fresca, entretenida y con más calidad de la que aparentemente parece tener. Tal vez no gane premios, pero sin duda hace disfrutar en una sala de cine.

Nota: 7,5/10

‘El especialista’ no tiene ‘Rivales’ en su llegada a la cartelera


Estrenos 26abril2024

O tal vez sí. Lo cierto es que este viernes, 26 de abril, son varios los estrenos que llegan a las salas españolas. Acción, humor, terror, drama… prácticamente todos los géneros están presentes en este puñado de novedades liderados por dos títulos llamados a atraer a los espectadores.

Uno de ellos es El especialista, producción hollywoodiense que mezcla acción, humor y algo de drama que se inspira en la serie de televisión homónima de los años 80. La trama tiene como protagonista a un doble de acción de cine retirado para centrarse en su salud física y mental. Un retiro que termina cuando se le contrata para una película cuyo protagonista ha desaparecido y que dirige su ex. Con la intención de volver a ganarse su corazón realizará las escenas de acción más extravagantes mientras investiga la desaparición del actor, introduciéndose en una conspiración y un peligro mucho más real que los de las películas. Dirigida por David Leitch (Bullet train), la película está protagonizada por Ryan Gosling (Barbie), Emily Blunt (Oppenheimer), Aaron Taylor-Johnson (Tenet), Stephanie Hsu (Joy ride), Winston Duke (Black Panther: Wakanda Forever), Hannah Waddingham (El retorno de las brujas 2) y Teresa Palmer (serie El descubrimiento de las brujas), entre otros.

También es estadounidense el drama romántico Rivales, film ambientado en el mundo del tenis que sigue a una antigua prodigio convertida en entrenadora tras una lesión y que no pide disculpas por su estilo de juego y su forma de ser ni dentro ni fuera de la pista. Casada con un campeón que atraviesa una mala racha, la relación entre ambos da un giro cuando él tenga que enfrentarse a su antiguo mejor amigo y ex novio de ella, mezclando pasado y presente, amor y deporte. Luca Guadagnino (Call me by your name) se pone tras las cámaras para dirigir a Zendaya (Dune), Josh O’Connor (La quimera), Mike Faist (West Side Story), A.J. Lister (Birth/Rebirth), Christine Dye (The old man & the gun), Naheem Garcia (Madame Web) y Jake Jensen (El método Williams).

El tercer estreno procedente de Hollywood es Rabos: El musical, adaptación de una obra teatral que, a su vez, adapta libremente el libro ‘Las dos Carlotas’, de Erich Kästner (en el que se basó la película Tú a Boston y yo a California -1961-). El argumento de esta comedia musical de 2023 gira en torno a dos rivales en los negocios que descubren que son gemelos idénticos separados al nacer. A partir de ese momento, deciden intercambiarse para conseguir que sus padres divorciados vuelvan a estar juntos. Dirigida por Larry Charles (Objetivo: Bin Laden), la cinta está protagonizada por Josh Sharp (serie Jared & Ivanka) y Aaron Jackson (serie National Lampoon Radio Hour), quienes escriben también el guion. El reparto se completa con Nathan Lane (Beau tiene miedo), Megan Mullally (Crush), Bowen Yang (Fire island), Megan Thee Stallion (serie She-Hulk: Abogada Hulka) y Tom Kenny (Pinocho de Guillermo del Toro).

Son varios los estrenos españoles de la semana. En primer lugar, Mamífera es una comedia dramática escrita y dirigida por Liliana Torres (¿Qué hicimos mal?) que narra la vida feliz de una pareja cuyos planes se ven revolucionados por un inesperado embarazo. Ninguno de ellos se había imaginado como padre, por lo que los tres días hasta su cita con la clínica les harán replantearse su posición y les enfrentarán a sus temores internos. María Rodríguez Soto (Libertad), Enric Auquer (El maestro que prometió el mar), Ruth Llopis (Contratiempo), Anna Alarcón (Todos los nombres de Dios) y Mireia Aixalà (serie Las del hockey) encabezan el reparto.

Muy distinta es La hierba del diablo, cinta española de terror cuya trama arranca cuando dos hombres que están a punto de comenzar un nuevo proyecto se encuentran en su camino con una bella mujer cuyo coche ha sufrido una avería. Deciden ayudarla llevándola hasta su remota casa, pero pronto descubrirán que allí viven los más oscuros secretos familiares y una presencia malévola. Dirigida por Ángel Ayllón (La sexóloga), la cinta está protagonizada por Max Marieges (El reino), Hamza Zaidi (Como Dios manda) y Lina Cardona (Feo pero sabroso).

El tercer estreno español es Red Horn, cinta de fantasía musical escrita y dirigida por Alberto Adsuara (Estar o no estar) que tiene como protagonista a una mujer que deambula por el mundo a través de diferentes lugares y épocas buscan la sangre que la permita sobrevivir. La protagonista es Paula Zaragoza.

Entre el resto de novedades europeas destaca The Palace, comedia dramática que supone el regreso de Roman Polanski (El oficial y el espía) tras las cámaras. Con capital italiano, suizo, polaco y francés, la película transcurre en un extraordinario castillo de principios del siglo XX reconvertido en hotel en Suiza. Cada año acoge huéspedes adinerados, y en vísperas del año 2000 se reúnen para ser testigos de un acontecimiento irrepetible. Pero junto a ellos están los camareros, porteros, cocineros y recepcionistas, que tendrán que atender sus extrañas necesidades. En el reparto encontramos nombres tan reconocidos como los de Oliver Masucci (Turno de día), Fanny Ardant (Los colores del incendio), John Cleese (Un padre por Navidad), Mickey Rourke (Section 8), Bronwyn James (La excavación), Joaquim de Almeida (Fátima), Luca Barbareschi (Dolceroma) y Milan Peschel (La escuela de animales mágicos).

Puramente francesa es Ama Gloria, cinta de 2023 que tiene como protagonista a una niña de apenas seis años que ama profundamente a la niñera que la ha criado desde que nació. Su vida cambia cuando la mujer debe regresar urgentemente junto a sus hijos en Cabo Verde, por lo que antes de irse la pequeña le pide que cumpla la promesa de verse lo antes posible. Ella invita a la niña a visitar a su familia y pasar un último verano juntas en la isla. Dirigido por Marie Amachoukeli-Barsacq (Mil noches, una boda), quien también coescribe el guion, este drama está protagonizado por los debutantes Louise Mauroy-Panzani, Ilça Moreno Zego, Abnara Gomes Varela, Fredy Gomes Tavares, Arnaud Rebotini y Domingos Borges Almeida.

También es de 2023 la italiana Siempre nos quedará mañana, comedia dramática con la que la actriz Paola Cortellesi (Figli) debuta en la dirección. Coescrita y protagonizada por ella, la trama se sitúa en 1946, cuando una familia trata de sobrevivir tras la guerra con trabajos mal pagados. La vida de todos cambia cuando la hija mayor anuncia que acaba de comprometerse con un chico de buena familia. Un enlace que podría suponer un nuevo comienzo pero que se verá amenazado por una misteriosa carta que promete cambiar los planes de toda la familia. El reparto se completa con Valerio Mastandrea (Diabolik), Vinicio Marchioni (Governance), Romana Maggiora Vergano (Años de perro), Giorgio Colangeli (Mindemic) y Emanuela Fanelli (Una casa, la familia y un milagro).

Drama y suspense se dan cita en Hammarskjöld. Lucha por la paz, cinta de 2023 en la que participan Suecia, Noruega y Dinamarca para narrar la historia del que fuera Secretario General de la ONU, Dag Hammarskjöld, en 1961. Su último proyecto es lograr la paz en el Congo, escenario de la Guerra Fría en ese momento. Sus esfuerzos se verán truncados cuando las fuerzas de paz de la ONU son asesinadas en combate por mercenarios pagados por la industria minera, lo que obligará al diplomático a embarcarse en el viaje más peligroso de su vida. Peter Fly (Doble traición) dirige y coescriba este film biográfico protagonizado por Mikael Persbrandt (Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte), Francis Chouler (The mauritanian), Cian Barry (Nina forever), Colin Salmon (Mortal engines), Sara Soulié (Tove), Hakeem Kae-Kazim (Anikulapo) y Richard Brake (Barbarian).

El último de los estrenos de ficción es Riverbed (El estanque de la doncella), drama libanés de 2022 que arranca cuando una mujer que lleva años sin mantener contacto con su hija recibe su visita, presentándose ante ella divorciada y embarazada. Ambas mujeres tratarán de reconstruir su relación. Dirigida por Bassem Breish (quien debuta de este modo en el largometraje), las dos mujeres protagonistas están interpretadas por Carol Abboud (Never leave me) y Omaya Malaeb.

En lo que a documentales se refiere, Joan Baez: I am a noise es el título de una producción estadounidense de 2023 que aborda la carrera de la legendaria cantante y activista a través, precisamente, de sus recuerdos, profundizando en las luchas personales que ha mantenido en privado. La película está dirigida por Miri Navasky (serie Frontline), Maeve O’Boyle (The 8th) y Karen O’Connor (serie Frontline).

Estados Unidos y España colaboran en Bull run, documental de 2023 con toques de comedia escrito y dirigido por Ana Ramón Rubio (Almost ghosts) a partir de una experiencia personal. Durante la pandemia, la cineasta se aficionó al trading de criptomonedas, por lo que su marido la engaña para ir a ver al psicólogo. A raíz de esto, decide hacer un documental infiltrándose en las mentes de estafadores, negacionistas, frikis, ingenieros, capitalistas y millenials que copan ese mercado.

Puramente española es Un ángel llamado Rebeca, cinta que aborda la historia de Rebeca Rocamora Nadal, joven de un pueblo de Alicante en proceso de canonización que falleció por una enfermedad a los 20 años. El film está escrito y dirigido por José María Zavala (Amanece en Calcuta).

Terminamos con el documental japonés Ryuichi Sakamoto – Opus, película que dirige Neo Sora (Ainu neno an ainu) y que aborda la última actuación del músico y compositor antes de fallecer, un concierto en el que solo aparecen él y su piano.

‘Civil War’: el horror de la guerra a las puertas de casa


Kirsten Dunst, Wagner Moura, Stephen McKinley Henderson y Cailee Spaeny recorren Estados Unidos en 'Civil War'

Alex Garland (Ex_Machina) apenas tiene cuatro películas en su filmografía, pero ya ha demostrado que es uno de los directores más interesantes de la nueva hornada de talento que está dando el cine. Da igual que sean grandes producciones o historias más pequeñas. Da igual que sea una cinta de terror o un drama de corte fantástico. Se mueve como pez en el agua con un lenguaje capaz de exprimir todas las posibilidades de su historia. Y su cuarto film es otra prueba más.

Porque Civil War es cine con mayúsculas. Cine que juega con una premisa totalmente ficticia para mostrar la sociedad y el mundo tal y como es, haciéndolo si cabe aún más desagradable para una audiencia insensibilizada con los conflictos bélicos que se desarrollan a miles de kilómetros y que vemos a través de una pantalla. Algo así como ese pueblecito por el que pasan los protagonistas y en el que todo parece normal en medio de la guerra civil que narra el film. Con una apuesta visual tan sobria como inquietante, y con un punto de vista algo diferente al que solemos ver en temáticas de este tipo, Garland plantea un viaje físico y emocional que no deja indiferente.

Y para que el espectador se involucre de lleno en la historia no necesita explicar demasiado, tan solo lo justo para sentar las bases del conflicto que se narra (los motivos de esa guerra apenas duran dos líneas de diálogo) y presentar unos personajes marcados por todo el horror que han visto allá donde han estado. Posiblemente una de las mejores cosas que tenga el film, además de un final tan impactante como angustioso, es precisamente el viaje interno de cada uno de los protagonistas, complementarios entre sí para dar una imagen global de cómo la guerra transforma al ser humano, sacando lo peor de él pero también la valentía que muchas veces parece que no tenemos.

Cualquier película que juega con una realidad alternativa o un futuro distópico es en realidad un ejercicio de reflejo social de lo que ocurre a nuestro alrededor. Y Civil War no es una excepción, con el añadido de que adquiere una dimensión mucho más minimalista e intimista en manos del director. Nos encontramos, por tanto, con una película aparentemente comercial que en realidad se vuelca con unos personajes ávidos de la adrenalina de la guerra, de conseguir un titular en medio del caos que recorre Estados Unidos. Una película que reflexiona sobre la naturaleza humana, sobre cómo reaccionamos al horror y cómo somos capaces de aislarnos de lo que ocurre para llevar a cabo un trabajo, incluso aunque eso suponga ver cómo muere todo un país.

Nota: 8/10

‘Abigail’ se da un festín en plena ‘Civil War’ estadounidense


Estrenos 19abril2024

Como viene siendo habitual en las últimas semanas, este viernes, 19 de abril, llegan a la cartelera española varios estrenos. Pero a diferencia de otras ocasiones, son varios los títulos llamados a atraer la atención de los espectadores por sus temáticas y géneros. Espectadores, además, con gustos muy diferentes.

El primero de ellos es Civil War, lo nuevo escrito y dirigido por Alex Garland (Men) que cuenta con capital estadounidense y británico. La trama, ambientada en un futuro cercano, transcurre en una América sumida en una cruenta guerra civil. Un grupo de periodistas y fotógrafos decide emprender un trepidante viaje por carretera a Washington DC para llegar antes de que las fuerzas rebeldes asalten la Casa Blanca. Acción y suspense son los ingredientes de este film protagonizado por Kirsten Dunst (El poder del perro), Wagner Moura (El agente invisible), Stephen McKinley Henderson (Dune), Nick Offerman (Golpe a Wall Street), Jesse Plemons (Los asesinos de la luna), Jefferson White (Tierra sin ley) y Cailee Spaeny (Priscilla), entre otros.

Estados Unidos e Irlanda coproducen Abigail, film de terror que arranca cuando una banda de delincuentes secuestra a una bailarina de 12 años que es hija de un importante capo del hampa. Decididos a cobrar un rescate, los secuestradores tendrán que vigilar a la niña durante una noche en una mansión alejada de todo. Pero no será una noche normal, y uno a uno descubrirán que en realidad están encerrados con una niña nada normal. Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (directores de Scream VI) dirigen esta cinta en cuyo reparto encontramos a Melissa Barrera (Reposo absoluto), Dan Stevens (El hombre perfecto), Alisha Weir (Pequeñas cartas indiscretas), Kathryn Newton (Ant-Man y la Avispa: Quantumania), William Catlett (The devil you know), Kevin Durand (Travesía salvaje) y Giancarlo Esposito (serie The Mandalorian).

Entre los estrenos europeos destaca La quimera, cinta con capital italiano, francés y suizo que sigue a un hombre con el don de localizar huecos bajo tierra, lo que lo convierte en el perfecto buscador de tesoros en una región italiana que alberga los restos de la civilización etrusca. Pero lo que él desea encontrar realmente es su amor perdido. Dirigida por Alice Rohrwacher (Futura), quien también coescribe esta historia, la película está protagonizada por Josh O’Connor (Aisha), Isabella Rossellini (Land of dreams), Alba Rohrwacher (La hija oscura), Carol Duarte (La vida invisible de Eurídice Gusmão), Vincenzo Nemolato (Martin Eden) y Chiara Pazzaglia (Lascia perdere).

España presenta dos novedades esta semana. Por un lado, Hate songs, drama dirigido por Alejo Levis (No quiero perderte nunca) que sigue a tres personajes, dos actores ruandeses y un técnico de sonido belga, que se reúnen para ensayar una ficción sonora y cerrar la herida que provocó el genocidio ruandés de 1994. Sin embargo, a medida que avanza el ensayo la reconciliación se volverá más y más difícil. Alex Brendemühl (Creatura), Nansi Nsue (Bite) y Boré Buika (La lista de los deseos) dan vida al trío protagonista.

Por otro, +Cuñados es la secuela de Cuñados (2021). Su trama sitúa a los protagonistas al frente de un puesto de pulpo en Ourense dos años después de que, literalmente, les cayera dinero del cielo. Sin embargo, su negocio para blanquear se verá amenazado cuando aparezca la pareja de uno de los detenidos pidiendo venganza. Luis Avilés (Retornos) dirige esta comedia protagonizada por Xosé A. Touriñán (Amigos hasta la muerte), Miguel de Lira (Ons), Federico Pérez Rey (Cuerpo abierto), Iolanda Muíños (Malencolía), María Vázquez (Honeymoon) y Mela Casal (La manzana de oro).

Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos colaboran en La chica que sanaba, drama de 2023 protagonizado por una niña de 15 años que un día llama a su colegio para decir que no irá a clase. Poco después se produce un incendio en el centro que deja varios alumnos muertos. Una profesora, intrigada por la premonición de la pequeña, la invita a unirse a un grupo de voluntariado. La paz y la esperanza que transmite la joven poco a poco se volverá contra ella cuando la gente reclame más y más esa energía. Escrita y dirigida por Fien Troch (Home), la película cuenta con un reparto encabezado por Cathalina Geeraerts, Greet Verstraete (Muidhond), Felix Heremans, Serdi Faki Alici (Quixote’s island), Robbie Cleiren (Ritual) y Sara De Bosschere (Hotel Sinestra).

Bélgica también está presente, junto a Francia, en Rosalie, drama de corte histórico ambientado en la Francia de 1870. La protagonista es una joven que esconde un gran secreto: su cuerpo está cubierto de pelo. Es lo que se llama una mujer barbuda. Su vida cambia cuando el dueño de un café acosado por las deudas decide casarse con ella por su dote, pero sin conocer su secreto. Una decisión que llevará a la mujer a querer dejar de esconderse. Stéphanie Di Giusto (La bailarina) dirige y coescribe esta cinta protagonizada por Nadia Tereszkiewicz (La gran juventud), Benoît Magimel (Memorias de Paris), Benjamin Biolay (El mundo de ayer), Guillaume Gouix (Las cosas que decimos, las cosas que hacemos), Gustave Kervern (… Y muere porque te toca) y Anna Biolay (Doutes: Chronique du sentiment politique), entre otros.

Estos dos países también coproducen El consentimiento, adaptación del libro de Vanessa Springora sobre su relación con el escritor Gabriel Matzneff cuando ella tenía 13 años y él 50. La joven se convierte en amante y musa de un hombre admirado por el mundo cultural y político, perdiéndose en una relación destructiva y anormal hasta que ve al hombre como el depredador que realmente es, comenzando entonces un largo camino para librarse de su influencia. Dirigida por Vanessa Filho (Cara de ángel), esta película de 2023 cuenta con un reparto en el que destacan Kim Higelin (serie Plan B), Jean-Paul Rouve (Les Tuche 4), Laetitia Casta (Un pequeño plan… como salvar el planeta), Élodie Bouchez (En buenas manos), Jean Chevalier (Nos femmes) y Lolita Chammah (EO).

En lo que a animación se refiere, el estreno más importante es Dragonkeeper (Guardiana de dragones), aventura con capital español y chino que adapta la primera novela de la saga literaria de Carole Wilkinson. El argumento, ambientado en la China imperial, tiene como protagonista a una niña que ayuda a escapar al último de los dragones y se une a él para recuperar el último huevo de dragón, robado por un malvado hechicero. Dirigida a cuatro manos por Jianping Li (Zui Ke Ai De Ren) y Salvador Simó (Buñuel en el laberinto de las tortugas), la cinta cuenta con las voces de Bill Nighy (Living), Anthony Howell (Widow’s walk), Bill Bailey (Chalet girl) y Mayalinee Griffiths.

También pertenece a la animación Spy X Family Code: White, cinta japonesa de 2023 basada en el manga de Tatsuya Endo cuya historia sigue a un espía y una asesina que ocultan sus dobles vidas mientras fingen ser la familia perfecta. Su hija es telépata y conoce sus secretos sin que ninguno de ellos lo sepa. Cuando durante una escapada invernal de toda la familia uno de ellos intenta avanzar en su misión, la pequeña se ve involucrada por error, desencadenando una serie de acontecimientos que amenazarán la paz mundial. Kazuhiro Furuhashi (Kidô senshi Gandamu Yunikôn: Uchû to chikyû to) dirige este film entre cuyas voces originales encontramos las de Takuya Eguchi (Eiga given), Saori Hayami (Fura furadansu), Atsumi Tanezaki (High School Fleet the movie), Ken’ichirô Matsuda (Human lost), Hiroyuki Yoshino (Gekijôban Shirobako) y Yûko Kaida (Gintama: The final).

1ª T. de ‘Andor’, precuela de una película puente con sabor a clásico


Diego Luna ayuda a Stellan Starsgård a plantar cara al Imperio en la primera temporada de 'Andor'

Por el título de este texto, la serie Andor puede parecer una suerte de amalgama innecesaria para alargar un universo, el de Star Wars, y una saga en concreto, la de el clan Skywalker. Sin embargo, solo hace falta ver un par de episodios de la primera temporada para comprender que no solo estamos ante un producto independiente y único, sino que tiene un regusto al mejor cine clásico y, más específicamente, a los mejores momentos de aquello que creó George Lucas hace ya tantos años.

Y dado que no queda mucho para la segunda etapa, vamos a analizar qué significan los primeros 12 episodios de esta historia sobre Cassian Andor y sus primeros pasos en La Rebelión. En realidad, la historia del protagonista, al que da vida de forma espléndida Diego Luna (que retoma así el personaje que ya interpretó en Rogue One), es casi lo menos interesante de una trama compleja, con muchos matices y muchos personajes secundarios que contribuyen a construir todo un entorno simplemente brillante. Tony Gilroy (El legado de Bourne), su creador, se afana en dar relevancia a prácticamente cada mirada, cada gesto y cada palabra de los personajes para ir dando pinceladas al espectador sobre lo que realmente está ocurriendo en pantalla. Y por supuesto, es mucho más de lo que aparentemente parece.

Porque Andor es, en realidad, la historia de cómo se construyen las rebeliones y cómo se gestan las caídas de los imperios. Cinematográficamente hablando, siempre es muy atractivo ver a un grupo de personajes sin nada que perder y muy pocos recursos enfrentarse a todo un imperio cargado de armamento, fuerza y poder. David contra Goliath. Una historia tan antigua como la Humanidad. Sin embargo, esta primera temporada escarba sobre esa superficie para mostrar qué hay detrás de todo eso: una clase social alta que financia y es capaz de urdir los planes más complejos para derrocar un sistema que les amenaza y con el que no se sienten cómodos a pesar de que no les perjudica directamente. Una suerte de conciencia de clase transversal. Y esto es lo verdaderamente interesante de la serie, que no escatima, por otro lado, en efectos y espectacularidad.

Pero antes de entrar en este último aspecto, ahondemos un poco más en la intriga que impulsa toda la trama de esta serie. Sobre todo la que sostienen sobre sus hombros dos grandísimos actores como Stellan Skarsgård (Dune: Parte dos) y Genevieve O’Reilly (Años de sequía), quienes crean, casi en solitario, toda una intriga que sobrevuela el resto de acontecimientos, y que toma protagonismo por derecho propio en muchos momentos de la temporada. Si bien es cierto que es un arco narrativo secundario, su impacto en el resto de historias es tal que, en no pocas ocasiones, termina siendo protagonista, y eso se debe, en buena medida, a la construcción dramática durante cada episodio. Las secuencias dedicadas a esta conspiración elitista se introducen de forma precisa entre el resto de historias a modo de paraguas para todas las demás, llegando a ser, por tanto, algo más que un conector entre ellas.

Stellan Skarsgård y Genevieve O'Reilly conspiran contra el Imperio en la primera temporada de 'Andor'

Una Rebelión incipiente

La sutileza de esta línea argumental contrasta con la brutalidad y el dinamismo del resto de tramas que componen la primera temporada de Andor. Y sobre todo, contrasta también con la variedad de escenarios en los que transcurren esas historias. De hecho, se podría decir que las intrigas palaciegas están muy alejadas del espíritu Star Wars, lo cual no implica, ni mucho menos, que no sienten bien a la producción. Pero centrémonos en esas otras historias dentro de la serie, comenzando por la del protagonista. Más allá de la buena labor de Diego Luna, lo interesante es, como suele ocurrir en estos casos, la evolución de su personaje a lo largo de los capítulos. Curiosamente, tal vez lo más atractivo sea que, a pesar de que crece y cambia, sigue manteniendo una importante esencia de sus orígenes, lo que genera situaciones que, en otras circunstancias, no se habrían producido.

En realidad, es lo que debería ser el crecimiento de cualquier personaje en cualquier historia: una transformación que no le haga perder su esencia. En todo el universo Star Wars estamos tan acostumbrados a no ver eso (cuando un personaje cambia, lo hace con todas las consecuencias) que cuando aparece resulta extraño. Pero tal vez por el modo en que se construye este cambio, a base de secuencias y situaciones complejas que evidencian la injusticia de una sociedad oprimida por el Imperio, este tipo de transformación parcial se vuelve más creíble. Algo parecido pasa con el personaje de Kyle Soller (serie Poldark), cuya realidad final no termina siendo la que esperaba. Se pueden entender como las dos caras de una misma moneda, y esto es algo muy interesante en tanto en cuanto sus evoluciones, a pesar de ser en entornos diferentes, discurren de forma paralela (ambos terminan, por ejemplo, en dos tipos muy diferentes de cárceles).

A esto se unen, por supuesto, unas espectaculares secuencias de acción y, sobre todo, un contexto narrativo vinculado a ese universo cinematográfico. A diferencia de The Mandalorian, por ejemplo, la trama bebe mucho de lo que ocurre en las películas. Tanto es así que son varios los personajes de las mismas que tienen su aparición en esta serie. Pero sobre todo, es la construcción de La Rebelión lo que resulta sumamente atractivo en tanto en cuanto el espectador asiste a las disputas, los altibajos, las dudas y las actuaciones de esos primeros rebeldes… tanto los que tienen poder adquisitivo como los que arriesgan sus vidas. Este doble nivel y esta doble mirada aporta al conjunto una mayor complejidad, pero sobre todo permite a sus creadores crear una narrativa fluida que se apoya en una y otra línea argumental para manejar el ritmo de los episodios.

Con esto, la primera temporada de Andor se revela como una buena producción de Star Wars. Más al nivel de la otra gran serie ya citada que de producciones algo más mediocres (tanto de cine como de televisión). Y no es porque la historia tenga vínculos con los mejores momentos de la saga cinematográfica, sino porque la trama, aun naciendo de donde nace, sabe tener vida propia gracias, sobre todo, a un protagonista y unos secundarios principales que tienen entidad, que son capaces de desarrollar un mínimo de profundidad emocional, que se enfrentan a dilemas éticos y morales mientras tratan de luchar por sus ideales. Este tipo de trasfondo es lo que da a esta primera etapa el sello personal que tiene, más allá de la acción y la espectacularidad que desarrolla. Una gran serie que se disfruta más conociendo el resto de historias, pero que sin duda puede admirarse de forma autónoma.

‘Monkey Man’: sangre, sudor y buen cine de acción


Dev Patel, con máscara de mono, lucha en un ring clandestino en 'Monkey Man'

Estamos muy acostumbrados a ver que los debuts cinematográficos son obras más bien pequeñas, con un reparto limitado y una puesta en escena sencilla pero efectiva. Por eso es muy llamativo ver lo que ha hecho Dev Patel en su primer film como director, coguionista y protagonista. Cierto es que han pasado muchos años tras aquel Slumdog Millionaire (2008) y que la experiencia siempre es un grado, pero eso no siempre es una garantía.

Si algo deja claro Monkey Man es que estamos ante un director que apunta maneras. Muy buenas maneras. No se trata únicamente del ritmo que imprime al film, sino de su apuesta narrativa y de un lenguaje visual propio que va más allá de, simplemente, contar la historia. El uso que Patel hace de la cámara es un sello personal que revela a un autor que tiene algo que contar y, sobre todo, que tiene una forma de contarlo. Para muestra, un botón: el final del film, con esos planos de una suerte de espejos colgantes en los que el héroe ve un reflejo que, aunque fiel a la realidad, parece mostrar el infierno en el que se ha introducido. O esa imagen del ascensor que se utiliza para el cartel promocional. Son solo dos de los muchos ejemplos.

Tal vez sea porque, en realidad, el film permite a Patel dar rienda suelta a su forma de narrar. El guion, aunque sencillo a más no poder, es fresco, dinámico, con pocos altibajos (los justos y necesarios) y un crescendo constante de la tensión dramática en un viaje del héroe basado en los conceptos más clásicos pero adaptados a una modernidad muy interesante, en la que política, denuncia social, violencia y espectacularidad se mezclan para dar un resultado que llama la atención. Es cierto que hay mucho que resulta conocido, y en esos momentos de menor ritmo puede resultar algo pesada, pero son cosas puntuales en una película de dos horas que se hace hasta corta. Tal vez su mayor hándicap, si es que puede considerarse así, es que su trama se ha contado una y mil veces. Si sus personajes y su escenario se traslada, no sé, a Europa o Estados Unidos, podríamos estar hablando de algunas películas que todos habremos visto.

La cosa es que Monkey Man no pretende ser original, sino un entretenimiento que vaya más allá de lo que pueda verse en pantalla. Y de ahí que Patel se centre en el trasfondo de un protagonista de pocas palabras pero gran complejidad. La religión, la venganza y la lucha social marcan un constante viaje a base de violencia contra las clases dominantes que deja no solo una reflexión a tener en cuenta, sino algunos momentos de auténtico cine y de salvajismo surrealista. Un debut cinematográfico que invita a pensar que estamos ante un director con muchas cosas que contar y, sobre todo, con un lenguaje capaz de hacernos ver mucho más allá.

Nota: 8/10

Dev Patel y su ‘Monkey Man’ luchan contra los estrenos de la semana


Estrenos 12abril2024

Como viene siendo habitual, este viernes, 12 de abril, es un día de numerosos estrenos en la cartelera española. Terror, comedia, acción, drama y algo de thriller son los ingredientes de una oferta en la que brilla con luz propia la nueva película de uno de los mejores actores de su generación.

Me refiero a Monkey Man, debut como director de largometrajes de Dev Patel, el protagonista de, entre otras, Slumdog Millionaire (2008). Patel dirige, coescribe y protagoniza esta coproducción entre Estados Unidos, Canadá, Singapur e India cuya trama sigue a un delincuente que acaba de salir de prisión y vive en India intentando adaptarse a un mundo dominado por la avaricia y la falta de valores. En este entorno buscará venganza por la muerte de su madre, defendiendo de paso a las clases más desfavorecidas. Acción y suspense son los ingredientes de un film cuyo reparto se completa con Sharlto Copley (La bestia), Sobhita Dhulipala (Major), Pitobash (T for Taj Mahal), Vipin Sharma (Khuda Haafiz), Ashwini Kalsekar (Babli Bouncer) y Adithi Kalkunte (Hotel Bombay).

Estados Unidos también participa, esta vez junto a Reino Unido, en Sangre en los labios, cinta que mezcla acción y thriller en un argumento que arranca cuando una directora de un gimnasio se enamora de una ambiciosa culturista que se dirige a Las Vegas en busca de su sueño. El amor dará lugar a una violencia que las arrastrará en la red de la familia criminal de la primera. Rose Glass (Saint Maud) dirige y coescribe esta película protagonizada por Kristen Stewart (Spencer), Katy O’Brian (Ant-Man y la Avispa: Quantumanía), Jena Malone (Swallowed), Anna Baryshnikov (Payback), Dave Franco (Turno de día) y Ed Harris (serie Westworld).

La producción española tiene varios representantes esta semana. El primero es Menudas piezas. Dirigida por Nacho G. Velilla (Mañana es hoy), quien también participa en el guion, esta comedia tiene como protagonista a una mujer que, tras un traumático divorcio, pierde su trabajo en un colegio de élite y tiene que volver al barrio del que salió, donde deberá pedir ayuda a su hermana y su padre. Su única opción para empezar de cero es dar clases en su antiguo instituto a estudiantes con problemas de integración, pero será la oportunidad de aprender que no importa quién fuiste, sino quien eres. Alexandra Jiménez (La ternura), María Adánez (Espejo, espejo), Francesc Orella (El buen patrón), Miguel Rellán (Me he hecho viral), Alain Hernández (La influencia), José Manuel Poga (La fortaleza) y Luis Callejo (Un hombre de acción) son los principales actores.

También española, aunque en clave de terror, es Un día cualquiera, film escrito y dirigido por José Texeira (Ligones). La trama sigue a un grupo de amigos que van a pasar un fin de semana a una casa rural, pero cuando lleguen a este lugar aparentemente tranquilo descubrirán que nada es lo que parece, ni siquiera la amistad. El reparto está encabezado por Ariane Gaisán (serie Estoy vivo), Raquel San Felipe (serie Loop), Fran Ofrecio, Alberto Trejo (El último tren al rock’n’roll), Agus Carreño y Mila Villalba (El altillo).

Drama y suspense son los ingredientes de El salto, producción franco española que supone el regreso de Benito Zambrano (Pan de limón con semillas de amapola) tras las cámaras. La cinta narra el viaje de un hombre que es deportado a su país, Guinea Conakry, dejando en España a su mujer y su hijo a punto de nacer. Desde ese momento, su único objetivo es regresar para reunirse con ellos, pero tras conseguir atravesar África conoce a una chica empeñada en saltar la valla, una hazaña al alcance de muy pocos. En el reparto encontramos nombres como los de Moussa Sylla (serie Lupin), Edith Martínez Val (serie Dos vidas), Nansi Nsue (Bite), Mariola Fuentes (serie Señoras del (h)AMPA), Vicenta N’Dongo (serie Reina Roja), Mari Paz Sayago (El mundo es vuestro) y Vicky Peña (Esperando a Dalí), entre otros.

Puramente francesa es la comedia de 2023 La segunda vuelta, cuyo argumento sigue a una periodista política que debe cubrir la campaña presidencial. Cuando un novato en política se convierte en el principal favorito de las elecciones, la periodista comenzará una investigación que revelará sorpresas y desafíos. Dirigida, coescrita y protagonizada por Albert Dupontel (Adiós, idiotas), en su reparto encontramos además a Cécile de France (Las ilusiones perdidas), Nicolas Marié (Gemelos pero no tanto), David Marsais (El visitante del futuro), Bertrand Usclat (El rey de la mentira) y Jackie Berroyer (Adieu Paris).

Francia y Marruecos colaboran en HLM Pussy, comedia dramática de 2023 que con la que Nora el Hourch debuta como directora de largometrajes. El film tiene como protagonistas a tres adolescentes que son inseparables desde que tienen uso de razón. Todo cambia cuando una de ellas sufre acoso por parte del mejor amigo de su hermano, por lo que otra decide buscar un vídeo comprometedor que termine con esa situación. Una decisión que terminará poniendo a prueba su amistad. Bérénice Bejo (Una librería en París), Médina Diarra (El médico africano), Leah Aubert, Salma Takaline, Oscar Al Hafiane y Amélia Lacquemant (Place des Victoires) son los principales actores.

Francia también está presente, junto a Alemania y Canadá, en Emma y el jaguar negro, aventura familiar con toques de comedia que arranca cuando una joven que ha crecido en la selva amazónica con una jaguar como amiga se traslada a Nueva York, dejando al animal en la selva. Años más tarde, descubre que el pueblo de su infancia está en peligro y decide volver junto a su profesora de Biología. Gilles de Maistre (El lobo y el león) dirige esta producción protagonizada por Emily Bett Rickards (serie Arrow), Lumi Pollack (The Fallout), Wayne Charles Baker (serie El quinto día), Paul Greene (Buttons), Kelly Hope Taylor (El buen Sam) y Lucrezia Pini.

Con algo de retraso llega El milagro de la Madre Teresa, cinta de 2022 coproducida entre Suiza, Reino Unido e India que narra la relación entre una joven británica de origen hindú y la obra de la Madre Teresa durante un viaje a Calcuta de la primera. Viaje que le llevará a descubrir el significado del verdadero amor y la compasión. Escrita y dirigida por Kamal Musale (Curry western), la película cuenta con un reparto encabezado por Banita Sandhu (Belleza eterna), Jacqueline Fritschi-Cornaz, Heer Kaur (serie Who’s your daddy), Deepti Naval (Lion), Gavi Singh Chera (serie The undeclared war) y Shobu Kapoor (Boogie man).

El último estreno de ficción es un film que llegó a la cartelera española ayer jueves, 11 de abril. Bade Miyan Chote Miyan es una producción india de acción y suspense que arranca cuando un enemigo enmascarado roba el arma más peligrosa del país. Para recuperarla, un coronel recurre a dos agentes legendarios de su unidad, que deberán poner a prueba su coraje y su camaradería. Ali Abbas Zafar (Tiger está vivo) dirige este film en cuyo reparto encontramos a Akshay Kumar (Ram Setu), Tiger Shroff (War), Prithviraj Sukumaran (Gold), Sonakshi Sinha (Mission Mangal), Manushi Chhillar (The great indian family) y Alaya F (Freddy), entre otros.

Terminamos con el documental español Hispanoamérica, canto de vida y esperanza, dirigido y coescrito por José Luis López-Linares (Goya, el ojo que escucha). La obra ofrece una visión renovada, veraz y poderosa sobre el nacimiento y desarrollo de la América española a través de entrevistas a historiadores y expertos, abordando el patrimonio arquitectónico, pictórico, escultórico y musical de la época.

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