2ª T. de ‘The Witcher’, giro de timón para mejorar una gran historia
05/06/2022 Deja un comentario
Aclaremos una cosa que creo que puede ser útil para todo lo que se va a analizar a continuación: la primera temporada de The Witcher fue, a mi modo de ver, una trama espléndida. Es cierto que los saltos temporales y la falta de un anclaje narrativo puede que invitara a la confusión en algunos momentos, pero el tratamiento de los personajes, la factura técnica y el desarrollo de los conflictos internos y externos de los protagonistas fueron brillantes. Por eso esta segunda entrega ha logrado algo complicado: ajustar los problemas de tiempo y mantener el alto estándar de calidad de esta fantasía medieval, logrando mejorar una ya de por sí gran historia.
Y lo ha conseguido de un modo relativamente sencillo. Esta continuación de 8 episodios ha optado por centrarse en algo muy concreto: la relación entre el héroe y su protegida, con todo lo que eso conlleva, que no es poco. En realidad, eso es algo que ya hicieron los primeros capítulos de esta serie que adapta los libros creados por Andrzej Sapkowski. Sin embargo, la primera parte optó por desviar la mirada, en muchas ocasiones, hacia otros personajes, algo que ahora se reduce considerablemente. Esto tiene una explicación. Puede que el comienzo de esta producción creada por Lauren Schmidt (serie The defenders) no fuese el más acertado, es cierto, pero como en todo comienzo narrativo existía la necesidad de mostrar, definir y plantear a los héroes villanos y conflictos entre ellos.
Ahora, sin embargo, The Witcher se libera de esas restricciones argumentales para dar rienda suelta a la fantasía. Y lo hace de un modo inmejorable, confirmando de paso que el poso dramático ya estaba desde el principio. Solo había que ordenarlo, o mejor dicho, reordenarlo de un modo algo más «académico», por llamarlo de algún modo. Una vez conseguido eso, esta segunda temporada se revela como una producción más que notable, dejando algunos momentos sobresalientes, sobre todo los relativos a la lucha del personaje interpretado por Henry Cavill (Liga de la Justicia) contra los numerosos monstruos que aparecen en pantalla. Pero aunque esto puede ser lo más llamativo, no es, desde luego, lo más interesante.
Ese calificativo se lo lleva el modo en que la temporada expande el universo en el que vive este personaje a través de nuevos roles más o menos secundarios y nuevos escenarios, sobre todo esa fortaleza en la que viven los brujos. A través de estos enclaves y de una narrativa, como decimos, más lineal a lo largo de todos los episodios, la trama se construye sobre hitos dramáticos del presente y del pasado del héroe, permitiendo al espectador comprender un poco mejor todo lo que ocurre sin necesidad de saltos temporales. Es la gran diferencia que existe entre la primera y la segunda temporada de la serie, y desde luego permite a esta aventura de fantasía ganar muchos puntos tanto para los fans como para los que se acercan por primera vez a este universo.
Villanos o héroes
Uno de los elementos que, personalmente, más aprecio en esta segunda temporada de The Witcher es el tratamiento dado a los personajes. La serie intenta en todo momento alejarse de una clasificación clara de héroes o villanos para mostrar personajes más humanos en el sentido más amplio de la palabra. Cada rol tiene sus motivaciones, sus miedos, sus objetivos. Y no siempre tienen que coincidir con los protagonistas, pero eso no los convierte, necesariamente, en villanos. Un caso claro es el de Vesemir, al que da vida Kim Bodnia (serie Bron), dispuesto a cualquier cosa por proteger a los suyos. El combate que protagonizan los brujos, toda esa secuencia, es una forma magistral de narrar en imágenes y casi sin diálogos no solo una pelea a espada, sino los conflictos internos e interpersonales de los protagonistas.
Por supuesto, siempre hay antagonistas más o menos evidentes, pero incluso en este caso, tampoco son necesariamente villanos. A la hora de acercarse a este universo hay que tener clara una cosa: el personaje al que da vida Cavill no es un héroe al uso. Más bien, es un héroe por necesidad. Sus motivaciones son relativamente simples, y solo se vuelven más complejas con la presencia del personaje de Freya Allan (serie El tercer día). Esto tiene una derivada importante en la construcción dramática de la historia y, por lo tanto, en la estructura de los episodios. Las tramas secundarias, en muchas ocasiones, no influyen directamente en la historia principal. Es un riesgo que corre la serie, y doy por sentado que puede haber muchos espectadores a los que esto les aleje de la producción, pero en realidad, y al menos por ahora, está permitiendo construir y definir claramente el mundo de fantasía en el que se mueve. Otra cosa es que este tratamiento continúe así durante varias temporadas sin que en ningún momento confluyan o choquen estas historias, porque eso sí sería un problema importante para el desarrollo.
Y ya de paso, por si fuera poco establecer una nueva estructura narrativa respecto a la primera temporada y redefinir el peso dramático de los personajes (algunos de ellos apenas salen en esta segunda parte, otra consecuencia que puede no gustar a todo el mundo), el equipo de guionistas añade un ingrediente muy interesante: la Cacería Salvaje. Ese grupo que persigue al personaje de Allan y que va a tener un enorme peso en el desarrollo de la serie. De forma muy inteligente, estos episodios introducen este nuevo villano casi con cuentagotas, vinculándolo al misterio que todavía rodea a la joven protagonista. De este modo se une pasado, presente y futuro de esta ficción, sentando las bases para futuras temporadas que, todo sea dicho, pueden dar lugar a una obra espléndida.
Y digo «pueden» porque, al igual que ocurre con Juego de Tronos, la complejidad de The Witcher es enorme. Muchos reinos en conflicto, intrigas políticas, guerras, monstruos y personajes. Todo eso metido en una limitada coctelera en forma de episodios puede dar lugar a algo memorable o, por el contrario, a algo decepcionante. Pero eso es adelantar muchos acontecimientos. Por el momento, esta segunda temporada no solo mantiene el nivel dramático de la primera, sino que mejora los aspectos más criticados y establece una estructura narrativa más fácil de comprender, más coherente si se prefiere. Esto da lugar a una continuación bastante mejor que la primera parte, lo cual es situar estos capítulos entre lo mejor de los últimos meses.