‘Anna Karenina’: el teatro de la alta sociedad


Jude Law y Keira Knightley en 'Anna Karenina', de Joe Wright.Siempre he considerado a Joe Wright (Orgullo y prejuicio) como un director formalmente serio, capaz de expresar todo tipo de emociones con un lenguaje poco dado a la espectacularidad y a los falsos movimientos de cámara creados digitalmente. Tal vez sea por eso que en un primer momento su particular adaptación de la obra de Tolstoi me dejó un poco descolocado. Pero superado ese primer momento de sorpresa y curiosidad, la obra se revela como una película donde cada detalle cuenta, cada mirada y cada silencio narran más que los diálogos o los bailes de salón.

Desde luego, adaptar la literatura del autor de Guerra y paz nunca es fácil. Si a eso le añadimos la decidida apuesta por el formato teatral que realiza Wright nos encontramos ante un film que generará tantos seguidores como detractores. Argumentos hay en ambas direcciones, pero posiblemente sean más los positivos que los negativos. Lo más llamativo del conjunto, y al mismo tiempo lo más transgresor, es ese estilo teatral en el que los personajes pasan de un decorado a otro simplemente con el cambio de las paredes y la aparición de los extras. Diferente, sí, pero no por eso menos narrativo. Gracias a este recurso, que por cierto enriquece el conjunto, el director incide en el hecho de que todo a lo que el espectador asiste no es más que teatro, una farsa en la que los sentimientos se dejan a un lado por la imagen que debe mostrarse en sociedad. Un teatro de la alta sociedad rusa que no deja espacio para el romance, el cual solo puede hallarse en el humilde mundo de la clase media y baja.

Sin embargo, esta fresca forma de rodar no impide que el metraje se exceda demasiado, principalmente por dos motivos. El primero es que extiende demasiado algunas tramas secundarias en ese afán de demostrar que lo verídico de la vida se halla alejado de ese mundo teatral de la clase alta. El segundo, y quizá más importante, es el regodeo que existe en el rechazo social que sufre la protagonista tras su decisión de abandonar a su marido por un joven conde, y que podría haberse resumido en algunas de las magníficas secuencias que contiene. A sus debilidades cabe sumar, por desgracia, la presencia de Aaron Taylor-Johnson (Nowhere boy). Y no es que el actor realice un mal trabajo. El problema es quién tiene enfrente.

Y es que las labores de Keira Knightley (Sólo una noche) y Jude Law (Gattaca) son excepcionales. La primera logra condensar en apenas unas pocas miradas la evolución de un personaje que pasa de ser sumiso y reacio al adulterio a desafiar el orden establecido aunque ello le cueste la cordura y la vida. El segundo fascina en su carácter estoico y su capacidad para no modificar en ningún momento su semblante a pesar de conocer las confesiones de la protagonista. Una pareja que compone una lucha interpretativa que eclipsa al resto de actores, incluyendo al tercero en discordia, un Taylor-Johnson que, aunque resolutivo en su papel, no logra mantener el nivel de sus compañeros.

Anna Karenina es una obra bella en sus formas y en su fondo. En el recuerdo quedan el magnífico vestuario y algunas de las transiciones y simbolismos más interesantes del cine moderno de los últimos años, como es el momento de la carrera de caballos o la forma de integrar a los protagonistas en una secuencia de baile. No es un film perfecto, ni mucho menos, pero sí resulta mucho más enriquecedor que otras obras de época narradas de modo neutral. Wright vuelve a demostrar, una vez más, que los dramas románticos de época son su fuerte.

Nota: 7/10

‘Anna Karenina’ se enfrenta a un caza gigantes de cuento


Estrenos 15marzo2013.Ya lo hemos comentado alguna vez en este blog. Si el invierno suele ser la época idónea para el estreno de títulos de mayor calidad, nominados a todos los premios habidos y por haber y con unos repartos de auténtico lujo, la primavera suele ser una época de transición entre dichas producciones y las destinadas a reventar las taquillas de todo el mundo. Las novedades de hoy, viernes 15 de marzo, son buena prueba de ello. Muchos títulos, en efecto, pero todos ellos (o al menos la gran mayoría) muy interesantes desde diversos puntos de vista.

Puede que el más atractivo para el público en general sea Anna Karenina, lo nuevo de Joe Wright como director y de Keira Knightley como actriz, en la que es su tercera colaboración juntos tras Orgullo y prejuicio (2005) y Expiación. Más allá de la pasión (2007). Adaptación de la novela de León Tolstói, la historia comienza cuando la protagonista, esposa de un alto cargo dentro del régimen imperial, realiza un viaje para mediar en los problemas conyugales de su hermano, quien le ha sido infiel a su esposa. Su vida dará un vuelco cuando, durante el trayecto, conozca a un joven conde con el que inicia una relación. De elevada factura técnica y artística, este intenso drama cuenta con numerosos rostros conocidos que se suman al de Knightley, como son Jude Law (Contagio), Aaron Taylor-Johnson (Salvajes), Matthew Macfadyen (Un funeral de muerte), Kelly Macdonald (serie Boardwalk Empire), Olivia Williams (El sexto sentido) y Emily Watson (War horse).

Competidora directa por los primeros puestos de la taquilla es Jack el caza gigantes, adaptación del famoso cuento de las habichuelas mágicas que sigue la estela de adaptaciones «adultas» de historias infantiles. En esta ocasión se narra la guerra que se desencadena entre humanos y gigantes después de que un granjero abra la puerta entre los dos mundos sin darse cuenta, por supuesto plantando una habichuelas mágicas. El joven deberá luchar no solo por su vida, sino por el mundo que conoce y por el amor de una princesa. Acción, aventura y comedia se mezclan bajo la tecnología 3D, todo dirigido con mano firme por Brian Singer, quien vuelve a la pantalla grande tras Valkiria, hace cinco años. Frente a la cámara encontramos a Nicholas Hoult (X-Men: Primera generación), Ewan McGregor (Trainspotting), Eleanor Tomlinson (Alicia en el país de las maravillas), Stanley Tucci (Un plan perfecto), Eddie Marsan (Redención), Ewen Bremmer (Conocerás al hombre de tus sueños), Ian McShane (Piratas del Caribe. En mareas misteriosas) y Bill Nighy (Desafío Total).

Un carácter algo menos comercial poseen los siguientes tres estrenos. El primero, El chico del periódico, es la adaptación de la novela de Peter Dexter, quien también es autor del guión a cuatro manos con el director de la cinta, Lee Daniels (Precious). La trama gira en torno a dos hermanos, uno de ellos periodista de un prestigio diario de Miami, que investigan la historia de una misteriosa mujer aficionada a escribirse con condenados en el corredor de la muerte. Dicha historia se centra en uno de dichos condenados que, según ella, está esperando su ejecución por un crimen que no cometió. Desde luego, lo más llamativo del film es su reparto, plagado de estrellas: Zac Efron (High School Musical), Matthew McConaughey (Magic Mike), Nicole Kidman (Bajo Amenaza), John Cusack (El enigma del cuervo), David Oyelowo (Criadas y señoras) y Scott Glenn (Noches de tormenta).

También con un reparto muy conocido, más entre el sector más joven que entre los espectadores adultos, nos llega Spring breakers, cinta transgresora y provocativa que cuenta la historia de cuatro chicas que, para disfrutar de unas vacaciones de primavera, deciden atracar un establecimiento y conseguir dinero. Este acto será el principio de un viaje que les llevará a encontrar protección bajo el ala de un matón. Escrita y dirigida por Harmony Korine (Mister Lonely), el reparto está integrado por James Franco (Caballeros, princesas y otras bestias), Selena Gomez (Ramona y su hermana), Ashley Benson (serie Pequeñas mentirosas), Vanessa Hudgens (Sucker Punch), Rachel Korine (Septien) y Heather Morris (serie Glee).

Josh Radnor, protagonista de la serie Cómo conocí a vuestra madre, vuelve al cine tras su ópera prima, Happythankyoumoreplease, con una comedia romántica de título Amor y letras. La historia gira en torno a un joven que, desencantado con su trabajo, vuelve a su antigua universidad para la cena de jubilación de su profesor favorito. Durante su estancia allí conocerá a una joven de 19 años con la que iniciará un romance que deberá enfrentarse a numerosos problemas. Director, guionista y protagonista, Radnor está acompañado por Elizabeth Olsen (Luces Rojas), Richard Jenkins (Déjame entrar), Allison Janney (La hija de mi mejor amigo) y Zac Efron, quien duplica estreno junto a El chico del periódico.

España queda representada en dos títulos. El primero de ellos es el drama A puerta fría, dirigida por Xavi Puebla (Noche de fiesta) y con la participación de un veterano como Nick Nolte (Gangster Squad). El argumento arranca cuando un antiguo vendedor estrella comienza a replantearse su vida al comprobar que el trabajo que tantos éxitos le deparó en el pasado le deja de lado por nuevas y atractivas generaciones de hombres capaces de vender más que él. La película cuenta con la presencia, además de Nolte, de Antonio Dechent (La voz dormida), María Valverde (La mujer del anarquista), Sergio Caballero (En fuera de juego), Héctor Colomé (Flores negras) y José Ángel Egido (Pájaros de papel), entre otros.

Otro drama, aunque esta vez producido en Argentina, es Días de pesca en Patagonia, que gira en torno a la llegada de un ex alcohólico a un pequeño pueblo argentino para desintoxicarse mediante la práctica de una afición como la pesca. El conflicto surgirá por la presencia de la hija, a quien hace años que no ve debido precisamente a que ella se refugió en dicha localidad. Escrita y dirigida por Carlos Sorin (Historias mínimas), el reparto está integrado en su mayoría por rostros noveles y desconocidos, aunque hay hueco para algún veterano, como es el caso de Alejandro Awada (Nueve reinas). Junto a él, Victoria Almeida (La última mirada), Oscar Ayala, Diego Caballero, Daniel Keller y Martín Galindez.

Si nos centramos en el género documental, sin duda uno de los más interesantes es Mundo pequeño, la otra producción española que llega a nuestras pantallas. Dirigida por Marcel Barrena, esta producción de no ficción sigue los pasos del joven Albert, cuyo único sueño es viajar por todo el mundo y poder llegar al punto más alejado de su casa. Lo novedoso estriba en la forma de hacerlo: sin dinero, sin compañía, sin equipaje y sin separarse de su silla de ruedas, con la que convive desde que era pequeño.

También en el documental, aunque esta vez combinado con la animación, nos encontramos con Pequeñas voces, producción colombiana del 2010 que se ha convertido en un claro alegato contra la violencia. Escrito y dirigido por Jairo Eduardo Carrillo (Dios los junta y ellos se separan), a través de los testimonios de cuatro niños que han vivido la violencia y la guerra de guerrillas (uno de ellos incluso llegó a combatir en la selva) el espectador vive en su piel la crudeza de una violencia que los jóvenes no entienden y que les inspira verdadero terror.

Para concluir, The art of flight 3D, producido en 2011 en Estados Unidos, supone el mayor documental realizado hasta la fecha sobre snowboard. Bajo la dirección de Curt Morgan (Red Bull Young Jaws), y con la participación de famosos especialistas de este deporte como Travis Rice, la película demuestra que los límites de la física y de la resistencia humana pueden ponerse a prueba, y que pueden permitir realizar auténticas proezas en las montañas más espectaculares del mundo.

Los ‘Salvajes’ de Stone y la crisis de Streep rivalizan con el blanco y negro de ‘Blancanieves’ y Trueba


La semana cinematográfica que comienza hoy viernes, 27 de septiembre, es cuanto menos interesante. Interesante en cuanto a temáticas, formatos y protagonistas, tanto delante como detrás de las cámaras. Además, los espectadores españoles tendrán la posibilidad de elegir entre todo tipo de géneros, desde la comedia hasta la intriga, pasando por el drama o la acción. Todo ello apadrinado por artistas tan prestigiosos como Oliver Stone (Platoon), que presenta su nuevo film tras su paso por San Sebastián, Meryl Streep (Memorias de África) o Maribel Verdú (El laberinto del fauno), que protagoniza la candidata española a los Oscar. Pero entremos en detalle.

Puede que lo más destacado entre los estrenos internacionales llegue de la mano de un maestro en el cine de acción y la violencia como es Oliver Stone, que vuelve a presentar todo un mundo regido por la violencia y las emociones más salvajes en, precisamente, Salvajes. Protagonizada por Taylor Kitsch (Battleship) y Aaron Taylor-Johnson (Kick-Ass), la historia gira en torno a dos amigos que comparten negocios y amores: cultivan una de las mejores marías que jamás se hayan obtenido y mantienen una relación con la misma joven. Sin embargo, su vida se verá trastocada cuando se instale en su zona un cártel mexicano que les obligue a hacer negocios secuestrando a su novia, iniciando una guerra personal y casi suicida de ambos jóvenes contra la organización. El reparto, más allá de los dos actores, quita la respiración: Blake Lively (Linterna verde), Benicio Del Toro (Che: Guerrilla), John Travolta (Grease), Salma Hayek (Frida) y Emile Hirsch (Hacia rutas salvajes), entre otros.

El otro estreno norteamericano importante tiene también tres reclamos de bastante peso tanto en la comedia actual como en el cine en general. Nos referimos a Si de verdad quieres…, cinta protagonizada por la ya citada Meryl Streep, Tommy Lee Jones (El fugitivo) y Steve Carell (Crazy Stupid Love), y dirigida por David Frankel (El diablo viste de Prada). La trama sigue a una pareja que, tras 30 años casados, parecen vivir una vida perfecta. Sin embargo, la mujer echa en falta la lujuria y la chispa de los primeros años, y para solucionarlo decide acudir a un famoso sexólogo junto a su marido, no muy convencido. Una comedia adulta que atrae no solo por su reparto, sino por huir del humor más adolescente que suele imperar en las producciones que tienen el sexo como piedra angular de la historia.

Volviendo la mirada al panorama nacional, no cabe duda de que el estreno más esperado es la particular versión que Pablo Berger (Torremolinos 73) ha realizado sobre el cuento de Blancanieves, y que ha sido seleccionada para representar a nuestro país en la próxima edición de los Oscar. En blanco y negro, y muda, esta adaptación libre, muy libre, escrita por el propio director centra las peripecias de la protagonista en un entorno tan castizo como el toreo durante la España de los años 20. En el reparto destaca, como en el resto de versiones que han aparecido este año, la actriz que interpreta a la madrastra: Maribel Verdú. El resto del reparto se completa con Macarena García (serie Amar en tiempos revueltos) como Blancanieves, Daniel Giménez Cacho (Vacaciones en el infierno), Ángela Molina (Miel de naranjas) e Inma Cuesta (Grupo 7).

Claro que no es esta la única película en blanco y negro. Tras el éxito de Chico & Rita Fernando Trueba vuelve a la imagen real con El artista y la modelo, drama que tiene como protagonista a un escultor famoso en la Francia de 1943 hastiado con el mundo que le rodea hasta que conoce a una joven española que, además de servirle de modelo para una nueva obra, le permite recobrar la fe en los hombres a través de sus conversaciones sobre el arte, la muerte, la juventud o el sinsentido de la guerra. Jean Rochefort (Desacuerdo perfecto) y Aida Folch (serie Cuéntame cómo pasó) son los protagonistas, a los que acompañan actores como Claudia Cardinale (Un balcon sur la mer) o Chus Lampreave (Los abrazos rotos). Por cierto, que este film fue otro de los posibles candidatos para representar a España en los Oscar, derrotada finalmente por Blancanieves.

Diario de Greg 3: Días de perros es la nueva entrega de las aventuras de este personaje literario creado por Jeff Kinney, y que sin hacer demasiado ruido se ha convertido en una serie con cierto éxito entre los jóvenes. En esta ocasión, el protagonista deberá urdir un complicado plan para evitar pasar todas las vacaciones de verano con su padre, lo que no hará sino colocarle en situaciones de lo más comprometidas y variopintas, entre ellas una que tiene como protagonista una piscina pública. Repiten buena parte de los responsables de las anteriores entregas, como el director de la segunda película, David Bowers, o el protagonista de la trilogía, Zachary Gordon. También repiten Steve Zahn (Escapada perfecta), Robert Capron, Devon Bostick (Sacrifice) y Rachel Harris (Resacón en Las Vegas).

En cuanto a los estrenos europeos, dos son los títulos que llegan este fin de semana. Por un lado, la francesa Una vida mejor (2011), dirigida por Cédric Kahn (Les regrets) y protagonizada por Guillaume Canet (Sólo una noche) y Leïla Bekhti (La fuente de las mujeres). Este drama sigue a un cocinero y a una camarera madre de un hijo de 9 años que deciden emprender la aventura de poner un restaurante. Sin embargo, sus expectativas y sus sueños pronto se ven golpeados por una realidad donde las deudas y los acreedores no dan lugar a los proyectos personales. Agobiados por las deudas, deberán ir a Canadá en busca de una vida y un trabajo que les permita seguir adelante con sus vidas.

Por otro, y como colofón a los estrenos, llega un thriller con tintes de terror bajo el título La granja, basado en la novela de Andrea Maria Schenkel. Producida en 2009 entre Alemania y Suiza, la historia cuenta la investigación de una joven enfermera que vuelve a su pueblo dos años después de que una familia que vivía en una granja en lo profundo de un bosque fuera brutalmente asesinada, un hecho que se encuentra en el fondo del sentimiento de culpa que parecen tener todos los habitantes del pueblo y que posee una relación con la protagonista más importante de lo que ella misma cree. Dirigida por Bettina Oberli (Las chicas de la lencería), sus protagonistas principales son Julia Jentsch (Yo serví al rey de Inglaterra), Monica Bleibtreu (Soul Kitchen), Volker Bruch (Little Paris) y Andreas Buntscheck (Beste gegend).

Keira Knightley, una actriz de época


Uno de los mayores riesgos de cualquier actor es encasillarse en un tipo de papel. Tipo duro, cómico, perdedor, amiga de… Aunque no lo reconozcan, la mayor parte de las veces resulta frustrante no poder acceder a otro tipo de papeles para demostrar la versatilidad a la hora de meterse en la piel de un personaje. Keira Knightley es un extraño caso que combina a la perfección los elementos de ambos mundos, el de un tipo de papeles y la vida fuera de ellos.

Ayer se hizo pública a través de la revista Empire la imagen de la actriz londinense caracterizada como Anna Karenina en una versión del clásico de Tolstoi que dirige Joe Wright y en la que le acompañan Jude Law y Aaron Johnson. Es precisamente este tipo de papeles los que mejor sientan a la protagonista de Orgullo y prejuicio: los de época. Si bien la actriz ha sabido alternar buenos papeles en todo tipo de géneros ambientados en el presente y en el pasado, en su carrera parece existir una fascinación por los papeles clásicos o de décadas pasadas.

Pocos son, repito, los personajes que viven sus experiencias en el presente. Y, de hecho, son los menos recordados de su filmografía o, por lo menos, los menos aplaudidos. Love Actually, Quiero ser como Beckham o London Boulevard son algunas de ellas. Y si bien su papel en dichos films es relevante, en algunos casos muy relevante (Quiero ser como Beckham le abrió muchas puertas), lo cierto es que no son comparables a sus intervenciones en, por ejemplo, las anteriores películas de Wright como Orgullo y prejuicio o Expiación, dos de sus más celebrados papeles.

Pero no queda ahí la cosa. Esta joven que comenzó el camino al estrellato siendo la doble que acompañaba a Natalie Portman en esa deshonra para Star Wars que supuso el Episodio I dio la campanada con las tres primeras entregas de Piratas del Caribe que, no lo olvidemos, transcurre varios siglos antes de la llegada de internet y los móviles. Otros títulos como Seda, El Rey Arturo y, sobre todo, La Duquesa, han creado la imagen de una actriz que se decanta por mujeres de otra época, con otras costumbres y otra mentalidad… o tal vez no.

Y es que, si algo tienen en común los personajes de esta «actriz de época» es, precisamente, su lucha contra una sociedad que las encasilla en un estereotipo. Una lucha no tanto por los derechos universales de la mujer, que también, sino por una posición social que le llega impuesta en un mundo dominado totalmente por el género masculino, y donde la mujer apenas sí tiene voz y voto. Unos personajes, en fin, seguros de sí mismos en lo que a derechos sociales se refiere pero que, en el fondo, se sienten inseguros en lo que respecta a sus sentimientos personales.

Mujeres como las protagonistas de Orgullo y prejuicio (por el que estuvo nominada al Oscar), La Duquesa o Un método peligroso ofrecen, además, todo un mundo de sutilezas que Knightley sabe aprovechar hasta sus últimas consecuencias. Con apenas una mirada, un gesto disimulado ante una situación, es capaz de trasmitir mucho más que otras actrices de su generación con todo un repertorio de gestos. Casualidad o estrategia, lo cierto es que la protagonista de Nunca me abandones demuestra tener un don natural para este tipo de relatos. ¿O será que los mejores papeles le llegan de épocas pasadas? Sea como fuere, su Anna Karenina pasará a engrosar la lista de títulos de la joven actriz.

‘Albert Nobbs’: las apariencias engañan


La fascinación del cine por los personajes travestidos es casi tan larga como su propia historia. Normalmente, los motivos que llevan a esta situación tienen que ver con la situación financiera o personal de los mismos. Y casi todos los relatos suelen transcurrir por los mismos derroteros: el equilibrio entre una identidad y otra para evitar que el resto de los personajes lo descubran. Albert Nobbs resulta atractivo precisamente por evitar dichos clichés, aunque la historia termina cayendo en otros que juegan en su contra.

Y es que el personaje interpretado por Glenn Close, segura ganadora del Oscar este año si no fuera por Meryl Streep, se viste de hombre para poder trabajar en el Dublín del siglo XIX. El matiz que da color a la historia es que dicha situación se produce en su paso de la niñez a la adolescencia tras una situación traumática, lo que termina por convertirla en un hombre a todos los efectos menos físicamente. Una trágica transformación de la que no puede escapar y que queda patente cuando, junto a otra mujer también vestida de hombre durante años, trata de volver por un momento a su verdadera naturaleza, sintiéndose no sólo incómoda en cuerpo de mujer, sino extraña, violenta y hasta ridícula. Una situación que parece sacada de algún personaje de Gabriel García Márquez.

La referencia al escritor no es casual, pues el director de la película es su hijo, Rodrígo García, algo que queda patente en muchos de los personajes y en algunas situaciones. Sin embargo, la película no termina de funcionar más allá de su personaje principal. Aunque es cierto que todos los actores resultan más que convincentes (con especial mención a un violento Aaron Johnson), las extravagancias de todos ellos, mayores que la del propio Nobbs, terminan por generar situaciones cómicas que restan dramatismo a la historia, algo que es de agradecer en algunos sentidos, pero que evita sumergirse en el conjunto de la trama.

Posiblemente el principal problema radique en un guión previsible, donde una joven pareja trata de aprovecharse de un hombre mayor que corteja a la joven. Salvo por el hecho de que ese hombre mayor es una mujer disfrazada, el resto de la historia se puede prever con cierta precisión hasta su final lógico aunque no por ello deseado.

Qué duda cabe de que la película es recomendable, pero como ocurre en muchas ocasiones, el principal atractivo es comprobar si la actriz principal es capaz de transformarse en un hombre. Close no sólo lo consigue, sino que logra hacer olvidar sus rasgos femeninos (con un maquillaje sutil y eficaz) y la pose de una mujer. El problema es que el resto de la historia no acompaña, y eso termina por agriar un plato de gusto.

Nota: 6,5/10

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