El escándalo de ‘Spotlight’ contra los experimentados puños de Rocky


Estrenos29enero2016Los Oscar no se dan un respiro en este último fin de semana de enero. Si bien es cierto que la mayor parte de los títulos buscan ante todo el cuero entretenimiento y llenar las salas con propuestas poco exigentes, los estrenos más importantes compiten por la preciada estatuilla con historias algo más complejas. Al menos la novedad más importante. Pero este viernes, 29 de enero, también llega un film que, aunque solo cuenta con una nominación a los Oscar, su sola presencia tiene ya un carácter simbólico muy significativo.

Pero comencemos por el que es el título más interesante. Spotlight narra el caso real de este departamento de The Boston Globe cuya labor es realizar artículos de investigación, y que en 2003 ganó el Premio Pulitzer por destacar una amplia trama de encubrimiento de abuso de menores en el seno de la archidiócesis de la ciudad. Dirigida por Tom McCarthy (Con la magia en los zapatos), que también participa en el guión, la película está protagonizada por un interesante elenco encabezado por Mark Ruffalo (Foxcatcher), Michael Keaton (Birdman), Rachel McAdams (Aloha), Liev Schreiber (serie Ray Donovan), Stanley Tucci (Jugada Salvaje), John Slattery (serie Mad Men), Billy Crudup (Lazos de sangre) y Jamey Sheridan (Reunion).

También interesante es Creed. La leyenda de Rocky, aunque por motivos diferentes. Y es que Sylvester Stallone podría lograr su primer premio con el personaje con el que comenzó su carrera, al que vuelve a dar vida en esta continuación de la mítica saga de boxeo en la que el hijo de Apollo Creed, el primer gran rival de Rocky y su mejor amigo, pretende seguir los pasos de su padre, para lo que contacta con el retirado boxeador. A pesar de sus reticencias, Rocky termina aceptando ser su entrenador mientras debe ganar su propio combate contra un enemigo más peligroso que cualquiera de los que ha afrontado en su carrera. Drama, acción y espíritu de superación vuelven a ser las claves de este film dirigido por Ryan Coogler (Fruitvale station) y en cuyo reparto encontramos también a Michael B. Jordan (Cuatro fantásticos), Tessa Thompson (Selma), Ritchie Coster (serie True Detective) y Phylicia Rashad (Good deeds).

Muy diferente tanto en su tono como en su género es Pesadillas, adaptación a la gran pantalla de los libros de R.L. Stine que dirige Rob Letterman (Los viajes de Gulliver) y cuya trama arranca cuando un joven decide colarse en la casa de su vecino al sospechar que algo raro pasa entre padre e hija. Sin embargo, lo que descubre es que las pesadillas de ella, que el padre ha encerrado en libros, son reales, lo que desatará un sinfín de desastres y de situaciones divertidas. Fantasía y humor para los más jóvenes es lo que propone esta cinta protagonizada por Jack Black (serie The brink), Amy Ryan (Más fuerte que las bombas), Halston Sage (Ciudades de papel), Dylan Minnette (Prisioneros) y Ken Marino (Bicho malo).

Y antes de abandonar Hollywood, una cinta de 2012. Tar (El color del tiempo) es un drama romántico de corte biográfico basado en la colección de poemas del ganador del premio Pulitzer CK Williams. A través de 11 historias, dirigidas por 11 cineastas diferentes, la trama se desarrolla a lo largo de varias décadas en las que se aborda la vida del autor desde su infancia hasta su matrimonio. Edna Luise Biesold, Sarah-Violet Bliss (Fort Tilden), Gabrielle Demeestere (Yosemite), Alexis Gambis (The fly room), Brooke Goldfinch, Shripriya Mahesh, Pamela Romanowsky (The adderall diaries), Bruce Thierry Cheung, Tine Thomasen, Virginia Urreiztieta y Omar Zúñiga Hidalgo son los encargado de poner en imágenes estas historias, que están protagonizadas por James Franco (Spring breakers), Mila Kunis (Ted), Jessica Chastain (Criadas y señoras), Zach Braff (serie Scrubs), Henry Hopper (Restless) y Bruce Campbell (Spider-Man 3).

Ahora sí, pasamos a Europa, y entre las novedades destaca Cuando cae la nieve, drama con dosis de thriller ambientado en la Rusia comunista de los años 50, en plena Guerra Fría. La historia gira en torno a una espía norteamericana que debe obtener información de una joven promesa soviética del programa armamentístico comunista. Pero en el proceso deberá luchar entre su amor por el chico y su deber con su país. La decisión y sus consecuencias solo serán descubiertas 30 años más tarde. Con capital inglés y serbio, la película está dirigida por Shamim Sarif (The world unseen) y protagonizada por Rebecca Ferguson (Hércules), Charles Dance (serie Juego de tronos), Antje Traue (La dama de oro), Oliver Jackson-Cohen (El enigma del cuervo), Amy Nuttall (serie Downton abbey), Sam Reid (Tigers) y Anthony Head (serie Buffy cazavampiros).

El estreno español de la semana es Embarazados, comedia dirigida por Juana Macías (Planes para mañana) que narra la crisis que debe superar una pareja cuando ella decide que quiere tener hijos y él quiere seguir con su libertad. A este conflicto se suma el hecho de que los espermatozoides de él son pocos, vagos y anormales, y que ella está premenopaúsica con 37 años. Paco León (Tres bodas de más), Alexandra Jiménez (Los miércoles no existen), Ernesto Sevilla (Rey gitano), Alberto Amarilla (Fuga de cerebros 2), Iñaki Font (La casa de mi padre), Elisa Mouliaá (Al final todos mueren), Belén López (15 años y un día) y Karra Elejalde (Ocho apellidos catalanes) son los principales actores.

También aterriza en la cartelera Respira, drama alemán que gira en torno a una joven griega que, incapaz de encontrar trabajo en su país, emigra a Frankfurt, donde comienza a trabajar de niñera para la recién nacida de una importante directiva que no puede compaginar su maternidad con el trabajo. Poco a poco las dos mujeres se hacen amigas, pero sus vidas darán un giro radical cuando la joven pierda de vista por un segundo a la pequeña. Christian Zübert (Hardcover) dirige esta propuesta protagonizada por Jördis Triebel (Al otro lado del muro), Benjamin Sadler (El amigo alemán), Chara Mata Giannatou, Apostolis Totsikas (Nyfes) y Nike Maria Vassil.

Y desde Argentina llega Papeles en el viento, cinta basada en la novela de Eduardo Sacheri que comienza cuando un grupo de cuatro amigos pierde a uno de ellos. El resto, decidido a hacerse cargo de la hija que deja, idean una descabellada estafa en el mundo de la compraventa de jugadores de fútbol. Humor, drama y deporte se dan cita en este canto a la amistad y a la vida dirigido por Juan Taratuto (La reconstrucción) y protagonizado por Diego Peretti (Maktub), Pablo Echarri (Arrebato), Pablo Rago (Rosa fuerte) y Diego Torres (Extraños en la noche).

En cuanto al documental, destaca la cinta española Cola, Colita, Colassa, escrita y dirigida por Ventura Pons (A la deriva). Su argumento se centra en la vida de una fotógrafa especializada en el retrato cuya obra incluye no solo algunos de los rostros más conocidos del arte, la música o la literatura, sino rostros anónimos a los que une una rara virtud: el amor por la profesión que desprende esta artista.

Por último, también se estrena la francesa El gran día, obra que sigue la vida de cuatro niños en el que es su día más esperado, para el que se han preparado durante años y en el que están dispuestos a lograr el éxito. Cuatro niños de India, Mongolia, Cuba y Uganda que, aunque separados por kilómetros, comparten su pasión por la educación y el coraje de lograr su sueño. El film está dirigido por Pascal Plisson (Camino a la escuela).

‘Snowpiercer’: conocer el interior de la máquina es desolador


Chris Evans es el principal protagonista de 'Snowpiercer'.Siempre he creído, y en este espacio lo he defendido más de una vez, que el cine fantástico es la mejor herramienta para denunciar los problemas sociales más profundos. Este tipo de historias, gracias a la libertad narrativa y visual que ofrecen, dan pie a explicar estructuras y conflictos sociales de modos que un drama humano ni siquiera puede plantearse. La nueva película de Bong Joon-ho (Crónica de un asesino en serie) es la última de las incorporaciones a este grupo; una historia apocalíptica limitada a un espacio reducido pero con unos planteamientos que obligan al espectador a reflexionar sobre muchos y muy variados aspectos.

Posiblemente el tema que menos aborda Snowpiercer y que, sin embargo, da pié a toda la historia, es el cambio climático. Con un punto de partida ya de por sí decadente (la Humanidad, en su afán por acabar con algo que ha provocado, termina por autodestruirse), la trama apenas pierde un segundo para explicar a grandes rasgos los principales protagonistas y las posiciones que ocupan en esta lucha por los derechos humanos. Una lucha que, como no puede ser de otro modo, vuelve a hacer hincapié en los privilegiados y los que menos tienen, representados aquí por los que están en la cabeza del tren y los que están en la cola (la cabeza y los pies, como se menciona en el film) en un supuesto orden que garantiza la subsistencia. Obreros y empresarios, en definitiva, que remiten ligeramente a Metrópolis (1927), sobre todo en el diseño de vestuario y maquillaje de los primeros. Un tren, por cierto, que más que una máquina es la representación física del funcionamiento del mundo, incluyendo esa idea de que para que todo funcione es necesario que nadie vea la suciedad del motor.

Con este trasfondo, el de la lucha por una vida mejor y unos derechos arrebatados, el desarrollo dramático se entrega a un ritmo trepidante plagado de revelaciones alarmantes y aterradoras en el que los personajes, todos ellos extraordinariamente interpretados, apenas encuentran un respiro en esa frenética carrera. En esos pocos respiros, además, el film ofrece una sólida base conceptual que cimenta sobremanera todo el imaginario de este mundo apocalíptico (por cierto, los planos del helado planeta son excepcionales). Sin duda, uno de los momentos más desgarradores es el que protagoniza Chris Evans (Los 4 fantásticos) en su discurso final, revelador, impactante y uno de los mejores ejemplos de lo que el ser humano es capaz de hacer en situaciones extremas. Por supuesto, la cinta posee varios puntos débiles, entre ellos una cierta entrega al exceso hacia el final del metraje y la sensación de conocer la descorazonadoramente realista explicación final en diversos momentos.

Esto no debe impedir, sin embargo, ver en Snowpiercer una gran obra del fantástico. El concepto visual del tren, con cada uno de los vagones destinado a una actividad, o las secuencias de lucha, muchas de ellas rodadas sin parafernalias musicales o visuales, dotan al conjunto de un tono sombrío, frío y poco esperanzador. La idea de tener que atravesar un largo pasillo para poder alcanzar la libertad que da el control resulta una suerte de reflexión sobre los viajes y sacrificios que deben hacer aquellos que no tienen los recursos necesarios para alcanzar la sociedad más pudiente. Aunque sin duda lo más impactante, incluso si se sospecha, es ese final a cargo de Ed Harris (Adiós pequeña, adiós) y los minutos que se derivan de él, unos instantes que combinan sabiamente desolación y esperanza en el que queda bien claro que conocer el interior de la máquina no siempre es la mejor opción.

Nota: 8/10

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