‘Foxcatcher’: megalomanía deportiva, destrucción del deportista


Steve Carell y Channing Tatum protagonizan 'Foxcatcher'.El deporte en el cine suele tener dos caras. Una es la superación, el logro de alcanzar algo que pocos mortales pueden. Otra es el abismo en el que se sumen muchos deportistas lastrados por vicios (confesables o inconfesables) o entornos que se vuelven en su contra. Ambas suelen tener un cierto tono trágico y épico basado en el esfuerzo casi sobrehumano que muchos deben realizar para ser mejores que sus contrincantes. Y luego está la historia real narrada en la nueva película de Bennett Miller (Truman Capote), quien con apenas tres películas ha dejado claro que su estilo sombrío y académico es capaz de transmitir las emociones más complejas mediante la narrativa más básica.

Y desde luego, Foxcatcher no es una excepción. Su uso de los contraluces, de las siluetas y las sombras, ofrece al espectador una doble interpretación de los acontecimientos que narra el film. Por un lado, la historia de un hombre que busca crear su propio equipo de lucha libre. Por otro, la de un megalómano con visos de psicopatía que es capaz de jugar con la vida de aquellos que le rodean sin el menor miramiento. En este sentido, el mérito es casi exclusivo de un guión que transcurre con paso firme por el descenso a los infiernos de un Channing Tatum (Magic Mike) que sorprende, y mucho, con lo que logra sacar de su personaje. Claro que la réplica ofrecida por Steve Carell (Sigo como Dios) no se queda atrás. Su primera aparición en pantalla ya anuncia, aunque sea de forma subyacente, la evolución que toma su personaje, algo que puede apreciarse a través de las conversaciones entre ambos actores.

Aunque sería injusto no reconocer la labor de todo el reparto, a muy alto nivel en su conjunto. Entender la película de Miller como una película deportiva ambientada en la lucha libre sería limitar el foco de atención. Poco importa que sea lucha libre, esgrima o tiro con arco. Lo relevante, y lo que convierte al film en lo que es, es la relación entre sus principales roles y cómo un hombre que lo tiene todo es capaz de destruir a un hombre simple y llanamente porque puede. Tal vez la historia peque de una cierta languidez en su ritmo, motivada sobre todo por esos largos planos de miradas. Pero eso no debe impedir apreciar los giros constantes que da la trama principal hasta llegar a un clímax que, para aquellos que no conozcan la historia real, es un notable impacto emocional.

Con esto, Foxcatcher se revela como un film completo, una trama de personajes más que deportiva, en la que las personalidades de sus protagonistas chocan hasta el punto de destruirse mutuamente. Sin duda Carell es capaz de reflejar con éxito una personalidad tan compleja como la de John du Pont, pero es Tatum quien carga sobre sus hombros el drama de un hombre que lo tuvo todo y lo perdió a manos de una manipulación y de una anulación total de su forma de ser. Y sale airoso, lo cual es de admirar. Desde luego, este año ha habido películas mejores, pero eso no quiere decir que no estemos ante uno de los títulos más interesantes y atractivos del año.

Nota: 7,5/10

Acerca de Miguel Ángel Hernáez
Periodista y realizador de cine y televisión.

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