‘Un día perfecto’: una vaca en la carretera
29/08/2015 Deja un comentario
Ante el horror de la guerra, nada mejor que un poco de humor, aunque sea negro. Este es el ingrediente secreto de la nueva cinta de Fernando León de Aranoa (Princesas), un relato sumamente atractivo que encuentra sus mejores momentos en el delicado equilibrio entre humor y drama, entre la ironía y la impotencia de asistir a terribles situaciones con las manos atadas por uno u otro bando en la guerra de los Balcanes. Todo ello en una historia extremadamente sencilla que, tal vez por eso, funciona tan bien.
Desde luego, lo que más puede sorprender en un primer momento es el tono que Aranoa imprime a sus personajes y al difícil entorno en el que se mueven. Liderado por un Tim Robbins (Cadena perpetua) simplemente excepcional, el humor negro se apodera de la trama de forma progresiva hasta alcanzar picos de auténtica carcajada que, si no fuera por la terrible guerra que relata, podrían adjudicarse a una comedia del montón. Pero Un día perfecto es equilibrio, es igualdad de opuestos. Al igual que sus personajes hacen con el dilema de la vaca en la carretera, la cinta busca constantemente una salida hacia el humor o hacia el drama. La brillantez del relato estriba, precisamente, en su capacidad para elegir uno u otro sin perder el ritmo.
Ello no quiere decir, sin embargo, que sea una película perfecta. Antes mencionaba la sencillez de su propuesta como uno de los motivos por los que la trama funciona. Pero es este detalle el que también termina por dotar al conjunto de una serie de limitaciones narrativas y dramáticas importantes. La cinta solo plantea algunos de los dilemas morales de la guerra sin profundizar demasiado en ellos. Si bien es cierto que esto permite ahondar en las relaciones de los personajes, impide por otro lado que la naturaleza de los protagonistas tenga oportunidad de rebelarse, salvo tal vez al final. El resultado es un argumento con buen desarrollo pero algo carente de conflictos sólidos que puedan moldear la forma de ser del grupo de cooperantes.
No significa que Un día perfecto no tenga conflictos. De hecho, los que tiene dan buena cuenta de la labor de este tipo de personas en los conflictos armados. Pero sí resalta la poca solidez dramática de algunos instantes que podrían haber dado más de sí, al igual que la de los personajes femeninos (en clara desventaja respecto a los masculinos) y del trasfondo emocional que, irremediablemente, debe afectar a los protagonistas. La impresión, en definitiva, es estar ante un producto interesante y con mucho atractivo pero que desprende en todo momento la sensación de que podría haber sido algo más.
Nota: 6,5/10