‘Kingsman: Servicio secreto’: los sastres de la mesa redonda


Taron Egerton, Colin Firth y Samuel L. Jackson protagonizan 'Kingsman: Servicio secreto'.Apenas tiene cinco películas en su haber como director, pero Matthew Vaughn (Stardust) es uno de los realizadores con un futuro más prometedor. Al menos con una visión más personal de la narrativa audiovisual y del espectáculo. Su último film lo confirma, no solo porque es una de las propuestas más divertidas y con mensaje de denuncia social que hay actualmente en la cartelera, sino porque derrocha imaginación formal por los cuatro costados de cada uno de sus fotogramas.

Y es que Kingsman: Servicio secreto vuelve a nutrirse de la imaginación que también derrocha Mark Millar en sus novelas gráficas. La película, más allá de su contenido o de sus excesos (ese final con la princesa es la guinda del pastel), es un viaje en montaña rusa por un mundo, el del espionaje, visto desde un punto de vista muy particular. A medio camino entre la elegancia de James Bond y la crudeza de Jason Bourne, Vaughn construye un relato que deja muy poco tiempo al aburrimiento, que obliga al espectador a mantener la atención sobre cada detalle y que, en definitiva, disecciona un género muy manido con una mirada gamberra y original.

A todo ello contribuye un reparto que simplemente impresiona. Se ha convertido en algo habitual ver a grandes actores enfundarse trajes de superhéroes. Lo que no es tan habitual es ver a alguien como Colin Firth (El diario de Bridget Jones) enfundarse un traje de sastre para protagonizar una de las secuencias más violentas y mejor rodadas de los últimos años, que tiene como protagonistas una iglesia y un grupo de feligreses en estado de ira. Lo cierto es que todos los protagonistas, sin excepción, forman un mosaico de personalidades y de contrastes que juegan en beneficio de un film que sabe reírse de si mismo y de todos aquellos referentes que toma para darles la vuelta. Y lo hace a través de esa especie de organización que emula a los caballeros de la mesa redonda del rey Arturo.

Quizá peque de violenta. Quizá haya momentos en los que pierda algo de fuelle. Y posiblemente algunos secundarios no estén demasiado desarrollados. Pero Kingsman: Servicio secreto es una alternativa divertida, transgresora y con un claro mensaje que es capaz de agradar a todo tipo de espectadores. Y eso no es fácil de lograr hoy en día. Ahí está el mérito de Matthew Vaughn, quien ha logrado que sus cinco obras como director sean cinco films que han dejado una cierta huella en cada uno de sus géneros. Solo le queda realizar un film de gran calado en crítica y público para convertirse en uno de los más grandes directores. Todo llegará.

Nota: 7/10

Acerca de Miguel Ángel Hernáez
Periodista y realizador de cine y televisión.

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