‘Shazam! La furia de los dioses’: entre niños anda el juego
19/03/2023 Deja un comentario
Cuando en 2019 Shazam! llegó a la cartelera supuso un soplo de aire fresco en un Universo Cinematográfico DC más bien pobre, excesivamente serio y carente de un aparente plan para llevar a los superhéroes a la gran pantalla. Ahora, su secuela pretende repetir fórmula, pero lo hace en un contexto completamente diferente, con una anunciada reestructuración de todo lo que se quiere adaptar y la salida de importantes nombres. Y aunque pueda parecer que no, afecta en cierto modo al film.
Porque aunque Shazam! La furia de los dioses es entretenida, lo cierto es que trata de aprovechar el componente infantil para plantear una historia algo menos interesante. Si en la primera entrega la historia se centró en cómo un niño lidia con los poderes de los dioses, aquí directamente pone a los críos enfrentados a esos mismos dioses, lo que hace que se pierda cierta identificación del personaje con los espectadores más adultos (o jóvenes adultos, si se prefiere el término). Ni siquiera ese pequeño matiz del paso de la adolescencia a la madurez aporta el peso suficiente al conjunto como para hacerlo mínimamente profundo. Y no es que espere mucho de una cinta de superhéroes, pero sí algo más que chistes fáciles y un desarrollo tan lineal que apenas genera conflictos personales, salvo tal vez al final. Y los pocos conflictos internos del héroe, que al final es lo que da a cualquier film el poso dramático necesario, terminan por ser repetitivos no solo en este metraje, sino con respecto a la primera cinta.
Dicho esto, la secuela es todo lo que cabría esperarse de una secuela, es decir, más espectacularidad, más acción, algo más de humor y un doble final que abre un abanico de posibilidades para que el personaje siga formando parte de este universo cinematográfico. Pero poco más. Es cierto que el ritmo no descansa prácticamente en ningún momento, lo que se agradece como una distracción inocente sin mayor debilidad que sus propias limitaciones. Y es igualmente cierto que los actores, sobre todo los adultos, disfrutan tomando las personalidades de sus alter ego infantiles. Pero eso no es suficiente como para sostener una trama que, y eso es algo positivo, bebe de la mitología griega. Otra cosa es que, como todo cómic, retuerce los textos clásicos para adaptarlos a su propio terreno, y aquí ya depende del puritanismo de cada uno.
Al final, Shazam! La furia de los dioses es lo que puede esperarse: un divertimento sin más objetivo que distraer durante un par de horas, entretener a los más pequeños y arrancar, si es posible, alguna sonrisa a los adultos que les acompañen en la sala. Pero que nadie se espere una secuela a la altura de las mejores segundas partes de superhéroes, porque la verdad es que es más floja que la primera. Como cinta autónoma tiene demasiados puntos débiles que, aunque en el momento se sustituyen con la velocidad y la adrenalina que desprende en unas secuencias de acción bien ejecutadas, hacen que la cinta tienda a olvidarse demasiado rápido. Eso sí, los más fans posiblemente encuentren en ella un rayo de esperanza para el futuro no solo de este personaje, sino del resto de superhéroes de DC. ¡Ah! Y como siempre, hay que quedarse hasta el final de los títulos de crédito.
Nota: 6/10