‘Banshee’, un nuevo sheriff llega a la ciudad en su 1ª temporada


'Banshee' combina western y thriller criminal en su primera temporada.La siguiente trama es, a grandes rasgos, la de Banshee: un hombre que sale de la cárcel llega a un pequeño pueblo en busca de la mujer que ama y que le traicionó después de un robo. Por estar en el sitio y momento equivocados termina haciéndose pasar por el nuevo sheriff al que nadie conoce todavía (o casi nadie). Pronto descubre que esa pequeña ciudad está dominada por un hombre cuyas actividades, enmascaradas por una empresa legal, tienen precisamente bastante poco de legales. Todo esto con la amenazadora sombra del hombre al que robó y que ahora le persigue para matarle.

Dicho así, el argumento de esta serie creada por David Schickler y Jonathan Tropper con el beneplácito de Alan Ball (serie True Blood) podría corresponderse con cualquier película del western que en algún momento todos hemos visto. Y es cierto, pues esta primera temporada de 10 capítulos tiene mucho de ese aroma al Lejano Oeste con caballos, indios, vaqueros, forajidos y hombres cuyo sentido de la justicia va más allá de la ley establecida. Todo salvo un detalle: es pleno siglo XXI. Esto, lejos de perjudicar, aporta al conjunto un estilo único, gracias fundamentalmente al estilo descarnado de sus secuencias de acción y a una trama que, todo hay que decirlo, tiene la profundidad típica de las intrigas criminales.

En efecto, lo más atractivo de Banshee (por cierto, nombre del pueblo protagonista) no es tanto la historia principal, típica donde las haya y con más bien pocas sorpresas. No, lo realmente interesante es lo que se desprende de su frase promocional: «Pueblo pequeño. Grandes secretos». Las complejas relaciones de los personajes secundarios, entre los que destaca por méritos propios Kai Proctor (Ulrich Thomsen, visto en el remake de La cosa), así como unos pasados marcados por los secretos y las mentiras, convierten la serie en un complejo mapa en el que nadie es quien dice ser y, sobre todo, en el que el pasado nunca deja de inmiscuirse en el presente.

El efecto más visible de esto es el protagonista, interpretado por un Anthony Starr (El refugio de mi padre) que se pasa media temporada peleando, casi siempre ganando pero siempre, y recalco lo de «siempre», recibiendo palizas que harían temblar a alguno de los semidioses de la mitología griega. Curiosamente, las secuencias de lucha, violentas y salvajes como pocas veces se ha visto en pantalla, se convierten en una vía de escape para las constantes intrigas que se desarrollan en las calles de este pequeño pueblo. Son exageradas e increíbles, es cierto, pero no desentonan con el conjunto. De hecho, es uno de los elementos que otorgan ese aire a western que antes mencionábamos. Evidentemente, dichas peleas deben ser tomadas como lo que son, y no como una incongruencia de la trama.

Una historia de violencia

Desde luego, Banshee no es ni mucho menos un thriller en el que los villanos terminen respondiendo por sus actos. Al contrario, los villanos terminan, de un modo u otro, librándose de su fatal destino. Incluso se podría ir más allá y afirmar que los buenos y los malos de esta primera temporada quedan un tanto difuminados. Ver a un ladrón que se hace pasar por sheriff realizar un robo puede que sea uno de los momentos más confusos de estos primeros 10 episodios. Por supuesto, no es el único, pues las numerosas revelaciones que se producen conforme avanza la trama hacen evolucionar a los personajes hasta el punto de terminar en una situación muy diferente a la que habían empezado.

Y esta es la mejor prueba de que estamos ante una serie cuanto menos interesante. Su forma de presentar la trama engancha desde el primer minuto; la violencia, a medio camino entre la fantasía y la realidad, hipnotiza lejos de desagradar; y sus personajes poseen una entidad lo suficientemente sólida para no ser meros estereotipos y al mismo tiempo no impedir que los aspectos más livianos del desarrollo dramático queden relegados a una anécdota.

Esta primera temporada, por tanto, encuentra el equilibrio perfecto entre todos sus elementos para evolucionar hacia un nuevo concepto dentro de sus propios parámetros. La conclusión del último episodio, que como no podía ser de otro modo tiene como protagonista una soberana paliza al protagonista, pone los pilares necesarios para que la segunda temporada, que comenzará en Estados Unidos en enero del 2014, sea diferente sin ser radicalmente distinta. Y lo consigue porque, al menos en una primera impresión, está dando una mayor prioridad a las tramas secundarias que enriquecen el mundo de esta pequeña ciudad, restando algo de protagonismo a esa venganza entre criminales que se antojaba piedra angular de todo el conjunto.

Es evidente que Banshee no va a ser plato de gusto para todos los paladares. La violencia salvaje y las desinhibidas secuencias de sexo pueden resultar un tanto incómodas, pero eso no debería ser un impedimento para disfrutar de una serie que encuentra su mejor versión en el equilibrio de todos sus elementos. El exceso visual se compensa con una trama fuertemente enlazada. Algunos momentos cómicos encuentran su contrapartida en la gravedad de unos personajes marcados por su pasado. Y ese cierto aire a western se combina a la perfección con las nuevas tecnologías y las nuevas armas. En definitiva, una serie completa en sus propios parámetros.

Acerca de Miguel Ángel Hernáez
Periodista y realizador de cine y televisión.

One Response to ‘Banshee’, un nuevo sheriff llega a la ciudad en su 1ª temporada

  1. David says:

    El viernes pasado se estrenó la segunda temporada de Banshee. A mí la primera me moló. Aquí os dejo mi opinión 😉

    http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/01/banshee-una-ciudad-con-muy-mala-sangre.html

    Un saludo!

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