‘El mensajero’: todo por mi hijo… y por los actores


Barry Pepper, Susan Sarandon y Dwayne Johnson protagonizan 'El mensajero', de Ric Roman Waugh.En España somos muy dados a criticar de forma casi despectiva todo lo que producimos, o casi todo. El cine ha sufrido durante años, y no sin cierta razón, una serie de críticas negativas agrupadas bajo el paraguas de que todo lo que hacemos trata siempre los mismos temas y tiene una calidad bastante pobre. Para aquellos que tal vez no lo sepan, eso ocurre en todos los rincones del mundo, incluido Estados Unidos. Prueba de ello es este thriller con ciertas dosis de acción que protagoniza Dwayne Johnson (El rey Escorpión), una historia tan plana como su actor principal y que ha llegado a donde ha llegado gracias al reparto que tiene, nada más (y nada menos).

Basada en la historia real de un padre coraje, la trama es excesivamente televisiva, con unos giros dramáticos que no solo son previsibles, sino que aportan poco al desarrollo de los acontecimientos, los cuales parecen anunciar con luces de neón e indicadores gráficos cuál va a ser el final. A esa imagen de mediocridad contribuye sin lugar a dudas la labor de Ric Roman Waugh (Felon), director especializado en tramas menores de intriga y acción cuya planificación, salvo casos contados, deja bastante poco a la imaginación formal. Visto de otro modo, todos los elementos se confabulan para ofrecer al espectador un telefilm venido a más cuyo interés radica, aunque sea de forma secundaria, en sus actores y ese conato de crítica social que se asoma en algunos momentos.

Una crítica social que centra su mirada en los desequilibrios del sistema legal de Estados Unidos, donde un joven en primera condena que trafica con drogas tiene una pena de cárcel mayor que un violador o un pederasta. Cosas de la justicia. Y aunque a lo largo del metraje (unos excesivos 112 minutos) el mensaje intenta salir a flote, la indeterminación del guión por optar por un género concreto lo sepulta hasta el texto final que desvela por completo sus intenciones. En cualquier caso, siempre quedan las secuencias de acción, de lo mejor del film, y los actores, sobre todo una Susan Sarandon (Pena de muerte) cínica en su labor de fiscal, y un Barry Pepper (La milla verde) que aporta mucho a pesar de su barba de chivo más que el propio Johnson, un intérprete cuya mayor virtud reside en su físico, y que en esta ocasión se muestra claramente irregular.

Y a pesar de todo entretiene, sobre todo a medida que la intriga relacionada con el cártel de drogas gana presencia. El problema, o mejor dicho algunos de los múltiples problemas, es que dicha intriga, meollo de la película en sí mismo, se toma su tiempo, puede que demasiado. Junto a la previsibilidad de la historia convierte a El mensajero en la típica cinta de sobremesa que distrae durante casi dos horas, pero que se olvida tan pronto como empiezan sus títulos de crédito. Lo que hace un buen plantel de actores. Si no fuera por ellos, a duras penas hubiera sido editada en DVD directamente.

Nota: 5/10

Acerca de Miguel Ángel Hernáez
Periodista y realizador de cine y televisión.

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