‘Jackie’: la belleza de un recuerdo doloroso


Peter Sarsgaard y Natalie Portman, en un momento de 'Jackie'.Hay películas que parecen planificadas para que un actor o actriz pueda ofrecer lo mejor de sí en una interpretación a la que no le haga sombra nada, ni el resto del reparto ni la fotografía o la propia historia. Quiero pensar que el nuevo film de Pablo Larraín (Neruda) no sea el caso, pero desde luego lo parece. Y es que en esta revisión de los días posteriores al asesinato de JFK es un relato cuyo principal atractivo, por no decir el único, es Natalie Portman (La venganza de Jane).

La actriz demuestra, como los grandes actores, que no es necesario maquillaje o efectos especiales para meterse en la piel de un personaje histórico. Su forma de hablar, de moverse y de relacionarse con el resto de personajes sumerge al espectador en el mundo que rodea a Jackie Kennedy y le guía a través del sufrimiento, la ira o el miedo que se vivió en esos aciagos días. Si bien es cierto que la caracterización de los personajes, de todos, es impecable, lo realmente relevante es la capacidad de los actores, con Portman a la cabeza, para explorar las contradictorias emociones y situaciones que se vivieron en aquellos días. Y el problema, precisamente, también se encuentra en este aspecto.

Porque sí, los actores son espléndidos, pero no logran eliminar la sensación de que el tratamiento de la película y su desarrollo dramático se estancan a cada paso, o mejor dicho avanzan de forma tediosa, lenta y pesada sin ofrecer ninguna novedad salvo, tal vez, el punto de vista de Jackie Kennedy, lo cual por cierto no es capaz de soportar el peso de un relato de más de hora y media. De este modo, la cinta se revela como un producto que pierde fuerza a medida que avanza, con algún conato de atractivo e interés pero que nunca logra convertirse en algo más. A esto se suma que, llegados a un punto del segundo acto, da la sensación de estar viviendo las mismas situaciones y emociones una y otra vez, dando vueltas a una decisión que, al conocerse de antemano, pierde cierto componente de intriga que pudiera tener.

De este modo, Jackie se convierte, lo quiera o no, en representante de ese tipo de cine planteado desde su gestación para la grandeza de un actor (o actriz, como es el caso). Que Natalie Portman esté inconmensurable no es óbice, sin embargo, para no comprender que sin ella la película posiblemente no habría llegado a las salas de cine. O tal vez sí, pero sin el puñado de nominaciones a los Oscar que ha conseguido. Sea como fuere, quien tenga interés en ver a Portman convertida en una Kennedy, que disfrute. Para el resto posiblemente la película resulte algo indiferente, una combinación entre belleza y dolor en este recuerdo del asesinato de JFK.

Nota: 6/10

Acerca de Miguel Ángel Hernáez
Periodista y realizador de cine y televisión.

Deja un comentario

Diccineario

Cine y palabras