‘Frozen: El reino del hielo’: modernidad para una calidez clásica


'Frozen: El reino del hielo' es la nueva cinta de Disney.Oficialmente Disney absorbió Pixar hace algún tiempo tras años de estrecha colaboración y éxitos rotundos. Desconozco cuáles serán los términos reales de dicha operación, pero desde un punto de vista puramente artístico y técnico es indudable que la primera se ha beneficiado, y de qué manera, del buen hacer de la segunda. La nueva historia en solitario de la compañía que ha aportado tanto durante décadas al género de animación es la última muestra de que algo ha cambiado… para bien. Frozen: El reino del hielo es, en todos los aspectos, de lo mejor en animación que se ha hecho de un tiempo a esta parte, con permiso de las producciones Pixar, claro está.

Desde el apartado visual, hermoso a la par que sutil en ese intento por dotar de vida propia a las múltiples texturas invernales que se muestran en el film (nieve, hielo, vapor, …), hasta el desarrollo de la trama, atípico para los cánones infantiles a los que solemos estar acostumbrados, la cinta dirigida por Chris Buck (Locos por el surf) y Jennifer Lee (que debuta en este rol) es un viaje sin descanso, divertido y al mismo tiempo didáctico para los más pequeños, aprovechando todos y cada uno de los elementos de la historia y explotándolos para obtener el máximo rendimiento a las dinámicas narrativas que se generan entre los personajes, entre los que destacan ese muñeco de nieve parlanchín que se convierte en lo mejor del conjunto.

A pesar de contar con la estructura musical marca de la casa, esta aventura animada carece sin embargo del resto de iconos predecibles que han poblado las historias de Disney durante todos estos años. La cinta se toma su tiempo para contar los orígenes de los personajes, desarrolla rápidamente el conflicto y ofrece una resolución diferente a lo que cabría esperar, más lógica y menos romántica. El resultado es un cuento diferente, con buenas dosis de humor y aventura cuyo punto débil es que no es una producción Pixar. Tampoco lo pretende, es cierto, pero en determinados momentos del film, sobre todo en los puntos álgidos de los conflictos emocionales, se echa en falta la garra y la sabiduría narrativa que sí se halla, por ejemplo, en la trilogía de ‘Toy Story’.

Evidentemente, este es un mal menor. Frozen: El reino del hielo es una aventura hermosa que hará disfrutar a pequeños y mayores. Posee el aroma de los clásicos de la productora (hay algunos números musicales que parecen sacados de La Bella y la Bestia), pero su interior es único y cálido, contrastando así con el frío que transmite su forma. Pocas cosas se pueden criticar a una propuesta tan completa, salvo tal vez una carencia emotiva en determinados fragmentos de la relación entre las hermanas. ¡Ah! Imprescindible el corto previo a la película, una combinación perfecta entre clasicismo y modernidad animada. Una especie de resumen de los que, en el fondo, es este relato invernal: un puente entre las estructuras clásicas y las innovaciones técnicas.

Nota: 7/10

Acerca de Miguel Ángel Hernáez
Periodista y realizador de cine y televisión.

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