‘The Equalizer 2’: un buen plato de venganza


Denzel Washington (Fallen) ha hecho de todo en su carrera. De todo menos una secuela. Este es uno de los atractivos del nuevo film de Antoine Fuqua (Los amos de Brooklyn), pero desde luego no el principal ni el más relevante. Porque lo más interesante de la cinta es, en realidad, su superioridad dramática, visual e interpretativa con respecto al original, todo ello gracias a una historia mejor construida aunque irremediablemente previsible.

Y es que esta es la principal debilidad de The Equalizer 2, algo que también ocurría en la primera parte. La trama se desarrolla de forma directa, sin prácticamente ningún giro dramático que pueda producir sorpresa alguna o que desvele algún tipo de información inesperada que modifique por completo el sentido de la trama. El rol de Washington avanza en la historia sin que nada ni nadie pueda plantarle cara, descubriendo pistas que nadie más encontraría y acabando con grupos de enemigos casi sin despeinarse. Así las cosas, la película podría parecer casi anodina, pero precisamente en la sencillez de su guión es donde también encuentra su mayor virtud.

A diferencia de la primera película, en esta ocasión la trama ahonda en el pasado del protagonista, lo que otorga a la trama un trasfondo dramático sumamente interesante. Es este trasfondo, marcado por la traición, la venganza y el dolor, el que hace crecer la historia en su contenido, que no en su forma. Si a esto se suma un actor de la categoría de Washington y un director como Fuqua, lo que nos encontramos es un thriller solvente que mejora algunas de las carencias que tuvo el original, sobre todo en su ritmo narrativo, para ofrecer al espectador un producto directo, fácilmente consumible pero con una cierta intriga interna que juega en todo momento con el presente y el pasado del protagonista.

En este sentido, The Equalizer 2 deja momentos para el recuerdo. Al igual que la primera parte, la trama crece en espectacularidad y acción hasta un clímax tan fantasioso como visualmente espectacular. Pero más allá de eso, las motivaciones del héroe, su sentido del deber mezclado con la venganza y la labor de Fuqua tras las cámaras hacen de esta continuación un producto más complejo e interesante, que funciona perfectamente de forma individual y que es capaz de suplir sus evidentes carencias argumentales. Un thriller de acción perfecto para dos horas de entretenimiento puro que, además, se pasan en un suspiro.

Nota: 7/10

Acerca de Miguel Ángel Hernáez
Periodista y realizador de cine y televisión.

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