‘No dormirás’: puede que sí, puede que no, nunca lo sabremos


Suele decirse que hacer reír es más difícil que hacer llorar o asustar al espectador. Sobre eso se puede matizar y debatir mucho, pero hay algo seguro. Sea cual sea el género, siempre habrá niveles narrativos, interpretativos y formales. Y la nueva película de Gustavo Hernández (La casa muda) se encuentra en esa categoría del susto fácil, la ambientación prefabricada y la historia simple que pretende ser enrevesada. Y el resultado es lo que cabría esperar.

Lo más frustrante de No dormirás posiblemente sea que el punto de partida es interesante. Una directora de teatro obsesionada con que sus actores se introduzcan en el personaje, la frontera entre la vida y la muerte, el insomnio y una obra de teatro marcada por la locura, el dolor y la muerte. Pero lo que comienza siendo un relato sobre los límites de la mente termina convirtiéndose en una especie de psicosis colectiva en la que la trama pierde por completo el control de lo que quiere contar. Si bien es cierto que existen muchos arcos argumentales secundarios que ayudan a nutrir la historia principal, la resolución de todos ellos en un único final crea el efecto contrario, es decir, diluye lo visto hasta ese momento en un clímax con poco o ningún sentido.

Da la sensación de que ni el director ni el guionista han sido capaces de establecer una conclusión más o menos coherente a una historia en la que han mezclado (o querido mezclar) psicología y fantasmas. Y a esto no ayuda el hecho de que el envoltorio de la trama sea excesivamente manido. Un relato sobre locura y terror que transcurre en un psiquiátrico abandonado. Una protagonista con un historial familiar psicótico contratada para dar vida a una mujer encerrada por su locura. Todo lo que da forma al desarrollo dramático se plantea de forma tópica para crear, eso sí, una ambientación exquisita, pero que recurre al susto fácil y a un desarrollo excesivamente lineal.

Al final, y como ocurre con muchas historias de terror, No dormirás parece más de lo que es. Tiene una buena idea original que no se desarrolla adecuadamente, tal vez por un exceso de celo a la hora de hacer más compleja la trama. A pesar de que el reparto está correcto y la ambientación hace su trabajo de forma solvente, la falta de originalidad a medida que avanza la historia y la mezcla de elementos en un arco dramático que debería haber sido más simple de lo que es hacen que el film se pierda en su propio mundo, sin que al final sea capaz de definir, como ocurre con la protagonista, si lo que se ha visto en pantalla es fruto de la imaginación o realmente ha abierto la puerta a algo más. Y en la indefinición, por desgracia, no está la respuesta.

Nota: 5/10

Acerca de Miguel Ángel Hernáez
Periodista y realizador de cine y televisión.

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